El último mes de un 2016 donde el Villarreal ha conocido la ilusión, el llanto, la discusión y la transformación. Anfield rompió el sueño de toda una población, Marcelino abandonó el club por la puerta de atrás, un equipo tocado fue eliminado de la previa de la Champions por parte del Mónaco. Entre tanto cambió, el grupo resurgió y continua entre los grandes de España, con la esperanza de que 2017 supere a 2016.

La entrada de diciembre llegó en un momento dubitativo, con una serie de resultados negativos en Liga y con todo por decidir en la fase de grupos de la Europa League en la última jornada. El primer compromiso del último mes del curso fue ante el Leganés, ambos equipos tuvieron miedo a perder y dieron por bueno el empate. A falta de cuatro días para disputar una final europea ante el Steaua de Bucarest, las sensaciones del equipo no eran positivas, quizás por la presión y la responsabilidad de tener que seguir en Europa sí o sí.

Llegó el día esperado, aquel siete de diciembre con un Madrigal abarrotado, con una multitud de aficionados rumanos apoyando al Steaua en busca de la clasificación. El Villarreal arrancó enchufado y Sansone puso el primero en el marcador. El control del partido era amarillo y Bakambu desaprovechó una magnífica ocasión para abrir brecha. Tras el descanso, todo cambió, los rumanos se lanzaron al ataque e igualaron el partido. El partido se convirtió en una ruleta rusa, se percibía miedo en los futbolistas amarillos, que no sabían si atacar o defender. Un gol del Steaua mandaba fuera al Submarino, Asenjo salvó al Villarreal con una magnífica intervención. Tras distintas ocasiones fallidas, Trigueros se vistió de héroe y con una magnífica vaselina enloqueció a la afición amarilla y consiguió el tanto que sellaba el pase a deiciseisavos de final. Una elimintoria que se disputará en febrero ante la Roma.

Un triunfo que llenó de moral al Villarreal, muestra de ello fueron los resultados y el juego desarrollado en los encuentros posteriores. El 12 de diciembre, tan solo cuatro días más tarde, el Atlético del Cholo llegaba al Madrigal con un solo punto por encima. Los amarillos se impusieron desde el primer minuto, y aprovecharon errores impropios de un equipo tan compacto como el Atlético de Madrid. Trigueros adelantó al Villarreal en una gran definición y Jonathan puso el segundo en el primer tiempo. El conjunto rojiblanco tuvo opciones para entrar en el partido, pero Asenjo repelió cualquier opción. Roberto Soriano culminó una excelente actuación con un tanto en el 93 para poner el 3-0. Una victoria que ubicó al Submarino en cuarta posición, un puesto que disfrutará mínimamente hasta 2017.

En el último compromiso liguero de año, el Submarino visitó Gijón con la intención de cortar une negativa racha a domicilio. De hecho, simplemente había asaltado la Rosaleda, hasta la victoria en el Molinón. Con un Pato estelar y todo el equipo muy enchufado, el Villarreal pasó por encima del rival. Dos Santos abrió el marcador con un zapatazo, y Sansone le quitó a Pato el segundo gol. Sin embargo, en el segundo acto, el italiano habilitó al brasiléño para cerrar la goleada. En los minutos finales, el Sporting recortó distancias. Una victoria que mantiene al Villarreal con 29 puntos en la cuarta plaza.

Para cerrar el año, el Villarreal tuvo que superar el trámite de la Copa del Rey tras la goleada por 0-3 en el Salto del Caballo. Con un equipo plagado de suplentes, el Submarino Amarillo tuvo ocasiones para ganar, pero el Toledo consiguió un meritorio empate.

Buen sabor de boca para pasar las navidades en el conjunto dirigido por Fran Escribá, que tendrá que coger fuerzas para lo que deparará 2017. Para empezar con una eliminatoria ante la Real Sociedad en Copa y la visita del FC Barcelona al Madrigal.