2017 no ha comenzado nada bien para el Villarreal. La ida de Copa del Rey frente a la Real Sociedad en Anoeta terminó con una dolorosa derrota de 3-1 que pone muy complicado el pase a cuartos de final. La buena racha con la que se terminó el 2016 no prosperó y el domingo, les espera el FC Barcelona en Liga.

Sin embargo, y pese a la dificultad que entraña el pase, el técnico del Villarreal, Fran Escribá, ya confiaba en sus hombres para la gesta en El Madrigal. “Nos encontramos un 3-0 que no merecíamos. En el momento que mejor estábamos encajamos el segundo de una manera curiosa. La eliminatoria se nos ha quedado difícil, pero lógicamente pensamos que podemos clasificarnos. Quedan 90 minutos por delante y tenemos equipo para marcar dos goles. Para pasar deberemos ser más fuertes a nivel defensivo”, analizó el técnico valenciano que no podía esconder su enfado por la dura derrota que el equipo se llevaba de Anoeta.

Sin embargo, en el entrenador amarillo, quedó la sensación de que algún fallo defensivo les llevó a un desastre que el juego sobre el césped no había demostrado: “Es el clásico partido que el resultado afea todo lo demás. El equipo no estuvo mal, pero tampoco estuvimos acertados en el último pase. En la segunda parte llegamos más. Sabemos que es un resultado malo. Tenemos equipo para darle la vuelta a esta eliminatoria. Solo quedan 90 minutos y podemos tomar decisiones más arriesgadas”, explicó un contrariado Escribá por la forma de perder este partido, con errores defensivos que castigaron al equipo.

Todo pudo cambiar si Musacchio hubiese acertado en el último minuto hubiese anotado el 3-2 o si el árbitro, Clos Gómez, hubiese señalado un penalti que parecía claro por unas manos en el área del equipo local. Pero Escribá, como acostumbra a hacer, no quiso entrar en polémicas: “El juez de línea me dice que se la lleva con la mano, pero que va arrastrándose por el suelo y que no tiene intención. A mí me lo pareció, pero respeto enormemente las decisiones arbitrales”, sentenció el entrenador del Submarino.