Villarreal y Sporting llegaron al encuentro en dinámicas totalmente opuestas. Los amarillos eufóricos tras asaltar el Vicente Calderón y asentados en la quinta plaza de la clasificación con 60 puntos. En el lado contrario, los pupilos de Rubí ante una de las últimas bazas para conseguir luchar por la salvación en las últimas jornadas.

Con el clásico 4-4-2, los pupilos de Escribá se acomodaron sobre el césped con un fútbol atractivo para los aficionados, buscando la meta rival desde la primera acción. Una idea de fútbol que se ostenta en la solidez defensiva, y quizás, en algunas ocasiones esta campaña, el Submarino ha pecado de conformismo y de fútbol "amarrategui". 

En tal contexto, la fortaleza mental fue decisiva en el devenir del choque. Ambos salieron a buscar al rival desde el pitido inicial. Las excelentes intervenciones de Andrés Fernández evitaron el tanto de los rojiblancos. Sin embargo, Soldado no falló y adelantó al Villarreal en un fallo de la zaga visitante. 

Desde la medular  mandaron durante la mayor parte la dupla amarilla Bruno y Rodrigo. El capitán, a un nivel elevado, y el canterano se va asentando en la primera plantilla; recuperó balones, dio fluidez al juego y asistió a Soldado en el primer gol. Internacional con las categorías inferiores, muy cerca de la renovación para un elemento fundamental en el Villarreal del futuro.

La debilidad defensiva de los asturianos, clave en los goles encajados

Con el esférico en su poder, el conjunto "groguet" aprovechó los carriles, especialmente José Ángel, que llegó constantemente hasta la línea de fondo para poner peligrosos centros ante los que Cuéllar se tuvo que emplear a fondo.

En el inicio de la segunda mitad, Bakambu sentenció el choque ante la debilidad defensiva con un doblete. Douglas recortó distancias y Rubí trató de cambiar el rumbo del choque con un cambio de sistema que no surtió efecto, si no que enloqueció más a los suyos en el intento de reacción.

Cuestión de pegada

Pese al holgado y cómodo triunfo del conjunto castellonense, las estadísticas muestran lo contrario. De hecho, el Sporting disparó siete ocasiones en los tres palos. Por las seis del Villarreal, que tuvo un porcentaje del 50% en acierto de cara a gol. El Submarino resolvió en las dos áreas, donde fue infinitamente más eficaz y demostró el porque de la diferencia en la clasificación.