La campaña ha terminado en Segunda División B, y el mini Submarino seguirá en esta categoría el próximo curso, tras no haber sido capaz de clasificarse como uno de los cuatro primeros del Grupo III, y por lo tanto, poder participar en las eliminatorias de ascenso a la Segunda División española. El segundo equipo amarillo permanece en la misma desde la temporada 2012/2013, curso en el que volvió a ésta tras un periplo bastante destacado en la Liga Adelante, pero que se trastocó tras el descenso de la primera plantilla, en la 2011/2012, que obligaba a descender al filial, pese a haber conseguido ellos la salvación, jornadas antes de la conclusión de la temporada.

Cinco campañas después, y tras cambios de técnicos y jugadores, el Villarreal B continúa en Segunda División B, algo que es una buena noticia, dado que no todos los equipos de España pueden decir que tienen a su filial en esta categoría, y su segundo en Tercera, pero que en la mente de Fernando Roig, seguramente no sea suficiente. En la ambición que siempre ha caracterizado al mandatario amarillo durante estos veinte años que ha presidido el club, el presidente del Villarreal siempre ha manifestado desde el descenso del primer equipo en 2012, que uno de los objetivos de la entidad era devolver al Villarreal B a la segunda división del fútbol español, ya que supondría una inyección económica muy importante para el club, además de sumar una experiencia muy valiosa para los chavales que integran el filial, dado que el salto cualitativo de Segunda División B a la Liga 1|2|3 es, cuanto menos, notable. Además, se trata de un gran escaparate de cara a futuras cesiones o ventas de los valores cultivados y trabajados en la cantera amarilla, además de servir de refuerzo para aquellos que la entidad decida mantener en el Villarreal, para integrar la plantilla del primer equipo en el futuro.

No obstante, este curso no ha sido el mejor para los pupilos de Paco López, que venían de caer eliminados por el Logroñés hace un año, en las eliminatorias de ascenso a la Liga 1|2|3, y con grandes expectativas para esta campaña, con el objetivo de subir como prioritario. A pesar de todo, el arranque fue bastante negativo (una victoria en los primeros seis partidos), lo que hacía más difícil la tarea para los chavales del filial. Tras la conclusión de la primera vuelta, las esperanzas en poder engancharse al tren del ascenso regresaron, ya que terminaron como sextos clasificados, a cinco puntos del cuarto y toda una vuelta por delante para asaltar, como mínimo, la cuarta plaza.

En la segunda vuelta, las distancias con la cuarta plaza siempre se mantenían, unas veces más cerca, otras más lejos, pero siempre con el Villarreal B nadando a contracorriente, y dependiendo de otros para poder entrar en las cuatro primeras posiciones. Pese a todo, los de Paco López llegaron a las dos últimas jornadas empatados a puntos con el cuarto (el Badalona) y con seis puntos en juego, teniéndolo más cerca que nunca. Pero la derrota ante el Atlético Baleares en la penúltima fecha del campeonato, unida a la victoria del conjunto catalán ante el Eldense, propició que los amarillos quedaran fuera de la pelea a falta de una jornada para la conclusión.

El próximo curso será otro que conllevará cambios en la confección del mini Submarino, algo habitual en las plantillas filiales, entre ellos, quién se sentará en el banquillo. Los rumores apuntan a que Paco López abandonará la entidad, y el club promocionaría a Javi Calleja, que está realizando un gran trabajo con el Juvenil. Sean quienes sean los que integren el Villarreal B la próxima temporada, el objetivo que se marcará desde la cúpula del club será el mismo: regresar a la Liga 1|2|3.