Cae el sol sobre Vila-Real, el Estadio de la Cerámica se ilumina con luces de color, las gradas se llenan de aficionados ataviados con prendas amarillas, pita el árbitro, comienza el juego. El balón tiene un brillo especial, el de las ocasiones especiales, el de un equipo que tiene la ambición de volver a brillar. Y es que el Villarreal quiere volver a ser pieza importante dentro del firmamento de equipos de La Liga, y tras una temporada de sobresaltos, volver a batallar por los más grandes objetivos: la lucha por la cuarta plaza y mejorar el nivel ofrecido en Europa League y Copa del Rey.

Foto: villarrealcf.es
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Fran Escribà ya ha aprendido, y muy en consonancia con su caracter, sabe que los sobresaltos no son buenos. La pretemporada amarila no ha dado lugar a la improvisación de última hora, teniendo (casi) todos los fichajes cerrados a tiempo y una idea de juego trabajada a fondo durante los meses de preparación, y es que al haber estado entera a su cargo ha podido implantar sus ideas y ya ha abierto la puerta a nuevas variantes tácticas para sacar provecho a una plantilla completa y de garantías.

Y es que a la llegada del técnico valenciano la pasada campaña a tan solo una semana del comienzo de la competición no existió la posibilidad de trabajar la pretemporada completa con el equipo, algo que mermó el comienzo de la campaña amarilla a nivel de resultados, idea de juego y maniató la posibilidad de incluir variantes significativas sobre el trabajo de Marcelino. Por el contrario, este verano esta sirviendo a Fran Escribà para desplegar y trabajar distintas variantes tácticas más allá del 4-4-2 inamovible desde que Marcelino se sentara en el banquillo del Submarino. Con un mediocampo plagado de calidad y un ataque veloz y explosivo, son formaciones más dinámicas como el 4-3-3, con más protagonismo para los atacantes, las que ha puesto Escribà encima de la mesa para utilizar de cara al próximo curso.

Para ello, el valenciano se ha servido de los nuevos y flamantes fichajes que llegan para darle un aire nuevo y más nivel a una plantilla de altas miras. A la marcha de jugadores importantes como Mateo Musacchio y Jonathan dos Santos, el club se movió rápido para incorporar sustitutos de garantías. El primero en llegar fue Enes Ünal, delantero turco procedente del Manchester City de 21 años y una larga proyección. Destacó aotando 18 tantos en su pasada temporada cedido en el Twente holandés, algo que bien le valió al VIllarreal para desembolsar 15 millones por sus servicios, con la esperanza de que sea la solución a la falta de gol acusada por el equipo en el pasado curso.

Foto: villarrealcf.es
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En la defensa central llegó Rúben Semedo, defensor portugués de 23 años procedente del Sporting de Portugal a cambio de unos 15 millones de euros. Es pura potencia, poderío físico  y contundencia, corta balones, asedia al rival, es poderoso por alto y tiene incluso un cierto olfato goleador, prueba de ello dan los dos goles que ha anotado en pretemporada, lo cual ni deja de ser anecdótico.

Foto: villarrealcf.es
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En el medio del campo aterrizó un jugador conocido por la casa, como es Pablo Fornals procedente del Málaga. El castellonense, que militó en la cantera grogueta, se unió al conjunto amarillo previo pago de su cláusula de rescisión de 11 millones de euros.  Aportará magia y fantasía a un equipo con jugadores como Bruno Soriano, Manu Trigueros o Roberto Soriano con los que asociarse y dar juego y brillantez al equipo de Fran Escribà.

Foto: villarrealcf.es
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Asimismo, tanto la llegada de Fornals como la baja de última hora de Roberto Soldado son muestra de una clara apuesta de Fran Escribà, cambiar del 4-4-2 al sistema 4-3-3. Algo que permitiría explotar mejor las variantes ofensivas y creativas del equipo, permitiendo desarrollar un juego más combinativo y dinámico. La pretemporada ha servido para observar cómo funcionaría este nuevo sistema, con la línea de tres del centro del campo como protagonista. En ella, un mediocentro más defensivo se ubicaría por detrás de los centrales para ayudar en labores defensivas y facilitar la salida de balón (Bruno Soriano o Rodri), mientras que por delante suyo se encontrarían los jugadores creativos del sistema, es decir, Manu Trigueros, Pablo Fornals o incluso Roberto Soriano. Esta sería la parte diferencial del sistema: jugadores talentosos que faciltarían un juego mucho más dinámico, de toque, con vistosidad y virtuosismo para maravillar a la afición. En otras palabras: magia, fantasía y talento.

Una estrella amarilla está dispuesta a brillar con luz propia en La Liga, maravillar al mundo con una nueva apuesta de juego combinativo y demostrar que tiene su nombre grabado y asentado junto a los más grandes astros del firmamento.

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Sobre el autor
Arturo Encinar
Estudiante. Descubriendo cada día el apasionante mundo que es el Periodismo deportivo. Redacto y coordino en Villarreal VAVEL.