Si hay un jugador que represente los valores dentro y fuera del campo del Villarreal ese es Bruno Soriano. Quizás no tenga una clausula de rescisión multimillonaria o acapare portadas pero cuando un entrenador se enfrenta al Villarreal, lo primero que intenta es parar la salida de balon que tiene y evitar pasar por su zona para que no robe tantos balones. Tácticamente es el eje tanto a nivel defensivo como ofensivo y es un jugador respetado y admirado por los 20 equipos de LaLiga.

El capitán groguet suma ya más diez de temporadas consecutivas sin bajarse del Submarino y es uno de los one club man de LaLiga. En la 2016-2017 jugó 34 partidos de liga dando 57 pases en cada uno de ellos con un gran porcentaje de acierto. Además, teniendo en cuenta su posición, y estando en el segundo equipo menos goleado de la categoría solo vio cinco amarillas y anotó el mismo numero de goles siendo un seguro desde los 11 metros y un peligro a balón parado. Finalizó la temporada con molestias, lo que le ha hecho pasar por quirófano, lo que va a provocar que se pierda las primeras jornadas, lo que hará dar un paso al frente a su escudero, Manu Trigueros, y a la nueva incorporacion Pablo Fornals. Teniendo en cuenta que el equipo está en tres competiciones era necesario que estuviera a su máximo nivel y jugara sin dolor. 

Bruno ha acudido con la seleccion en diez ocasiones, aunque ninguna de ellas desde que está Julen Lopetegui. Sus 33 años y el paso por la sub-21 del seleccionador le han cerrado las puertas de la roja al 21 de Artana pero ni mucho menos se le puede descartar para el Mundial. La cita de Rusia puede ser la última gran oportunidad para él y debe dar un gran rendimiento en el club para superar a la enorme competencia que hay en el mediocentro español, con jugadores como Busquets a la cabeza.

Quizás con el paso de los años, Bruno está pasando a un rol más defensivo: cortando balones, siempre bien posicionado, dando carácter e intensidad al repliegue, pero en el momento que se tenga el balón, va a ser un primer pase de seguridad para los centrales, distribuyendo el balón con pausa e inteligencia y el jugador que se eche a las espaldas al equipo en los momentos más complicados. La afición ve en él a su representación en el campo, es el jugador del pueblo y todos en Vila-real sueñan con verle levantar algún titulo.

Todos estos datos nos hacen estar ante una temporada apasionante en la que el Villarreal puede dar el salto a jugar finales o acceder a la Champions y si estos objetivos se consiguen, en gran medida será gracias a Bruno Soriano.