Quién lo diría allá por verano. Quién se imaginaría esta situación. Lo bonito del fútbol, y de la vida. Hoy sabes donde estás, pero mañana no. Y lo cierto es, que el equipo que maravilló a Europa hace menos de un año, ha tocado fondo. Sí, el Real Madrid. Desahuciados en Liga. Todo a la Copa y a la Champions League, como si de una ruleta rusa se tratara. Desdibujados, entregados y me atrevería a decir que sin alma. Un equipo que atraviesa una situación límite, obligado a reaccionar, a recuperar el espíritu que caracteriza al equipo de Chamartín.

Para poner en contexto al lector. Jornada 19. Última para el Real Madrid, con el partido pendiente de Butarque. La realidad de la clasificación lleva al equipo de Chamarín a mirar hacia detrás. Sevilla, a tres puntos, y el rival de esta jornada, el Villarreal, a tan solo cuatro puntos. Por encima, el Valencia a 5 puntos y el Atleti a 7 puntos, una brecha que no puede abrirse más. Y de volver a pinchar en el Bernabéu, una rutina durante este campeonato, el madridismo no perdonaría a los suyos. La imagen en Balaídos y ante el Numancia han agotado la paciencia de la parroquia merengue. Y no permiten otro tropiezo más. Mucho que perder y poco que ganar. Ante un rival, directo a día de hoy, y muy peligroso como el Villarreal. 

Zidane y toda su artillería

Dijo el técnico francés hace pocos días que confía plenamente en su plantilla. Una plantilla que lo ha ganado todo con el mismo once titular. Y salvo los lesionados Benzema y Ramos, serán los mismos tipos que tocaron la gloria. No en vano, el nivel, el físico y la actitud de estos han sido criticados en las últimas fechas. Y mañana tendrán una nueva oportunidad para recuperar esa confianza perdida. 

Formado por el clásico 4-4-2; con un Casemiro más retrasado, escoltado por Kroos y Modric. Y con Isco cerrando esa especie de rombo. Bien es cierto, que Lucas Vázquez está llamando la puerta y podría ser de la partida. En ese caso, uno de los tres volantes sería el sacrificado. El preocupante estado de los Modric, Kroos e Isco está condicionado el juego blanco, especialmente en las segundas partes. Una maquinaria que ha perdido la magia, y que a su máximo nivel es más que temible. 

En la portería, no hay duda. Keylor sigue contando con la confianza de Zidane. Y en defensa. Carvajal, Varane, Nacho y Marcelo. Una de las líneas más castigadas por el bajo rendimiento de todo el equipo. Sin embargo, los laterales son claves en el juego blanco. Sus apariciones desarbolan defensas y han sido decisivas en muchas victorias. 

Y en la punta de ataque, Cristiano Ronaldo y Gareth Bale. El astro portugués continúa con la pólvora mojada. Apagado y desacertado en esta Liga, solo ha convertido cuatro tantos. Un bagaje que está acusando todo el equipo. Gareth Bale acumula la misma cifra, pero llega tras convertir un doblete clave para el empate del Madrid en Balaídos. 

Una artillería que pasa por horas bajas, pero en cualquier momento puede despertar y atizar ante el rival, como vimos por ejemplo ante el Sevilla. La victoria más plácida del equipo blanco este curso. Un encuentro con mucho que perder y poco que ganar, y el Bernabéu dictará sentencia tras el dubitativo inicio de este presente 2018.

Dicho lo cuál, el Submarino Amarillo visita una de las plazas más complicadas del campeonato. De hecho, jamás ha conseguido vencer en el Santiago Bernabéu. Y este año tiene una nueva oportunidad de conseguirlo. 

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