El Villarreal B completó la primera visita de la temporada a Aspropace Castellón, un centro que trabaja con personas que tienen parálisis cerebral. Los futbolistas y los integrantes del cuerpo técnico del filial amarillo se desplazaron hasta la residencia para completar su primera actividad enmarcada en la iniciativa Endavant Igualtat, por la que los distintos equipos de fútbol 11 amarillo apadrinan a un centro especial de la provincia de Castellón.

Los jugadores y miembros del cuerpo técnico del Villarreal B se dividieron en cuatro grupos para completar las distintas actividades organizadas por Aspropace, para la ocasión: “Hemos planteado cuatro actividades. Jugar a la bocha, disfrutar de la piscina, practicar acciones de comunicación y salir a dar una vuelta por Castellón. Los jugadores vendrán una vez al mes para completar todas las actividades”, explica la Eva Mas, directora del Centro y Residencia Aspropace de Castellón.

“La valoración de la relación con el Villarreal CF es muy positiva. Llevamos tres años cooperando juntos y el beneficio es mutuo. A nuestros chicos este tipo de actividades les supone salir de la rutina y los jugadores se implican mucho y se lo pasan muy bien. Además, el año pasado trabajamos con el Villarreal C y como hay muchos jugadores que han promocionado al B, ya los conocemos, lo que hará aún más sencilla la relación”, destaca Eva Mas.

El primero de los grupos se puso el traje de baño y se tiró a la piscina con algunos de los residentes del centro. “Es la primera vez que venimos a Aspropace esta temporada. Estamos ayudando a los chicos a hacer ejercicio en la piscina. Este tipo de visitas nos sacan de nuestra rutina y nos permiten estar en contacto con realidades distintas a las que estamos acostumbrados”, razona Ramón Bueno, defensa central del Villarreal B.

Durante la visita, los jugadores amarillos aprendieron a jugar a la bocha. Un juego similar a la petanca, en el que formaron parejas y compitieron por hacerse con el triunfo. “Es un juego entretenido con el que interactuamos con los usuarios del centro. Al principio es complicado el entendimiento, pero, a medida que avanza el juego, vas compenetrándote más. Estas actividades nos sirven para salir de nuestro entorno y estamos agradecidos por ello”, valora Miguelón, lateral del Mini Submarino.

 El taller de comunicación fue, sin lugar a dudas, una de las actividades donde se respiró un ambiente más distendido. Lo que empezó como una actividad interactiva, acabó convirtiéndose en un divertido y competido concurso sobre fútbol: “La verdad es que estamos disfrutando del buen ambiente y resolviendo preguntas de fútbol. A pesar de ser solo un juego, tanto ellos como nosotros somos competitivos y nos gusta ganar”, apunta Imanol García.