Un ejército de arqueros fantasmas en la Primera Guerra Mundial: la batalla de Mons
La batalla de Mons | Foto: Google

El 28 de junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando de Austria fue asesinado en Sarajevo, dando comienzo a lo que sería la Primera Guerra Mundial, entre las potencias centrales, Alemania y Austria-Hungría, y los aliados, Francia, Gran Bretaña y Rusia (luego se irían incorporando diversos países entre los dos bandos), aquella que, según Woodrow Wilson, presidente de los Estados Unidos de América, aseguró que sería “la guerra que acabará con todas las guerras”… cuan equivocado estaba.

La posición de Alemania entre dos de los países enemigos, Francia y Rusia, hacía que partiera con cierto grado de inferioridad al tener dos frentes abiertos a ambos lados de sus fronteras. El Estado Mayor alemán había reflexionado sobre ello en una fecha tan temprana como 1892, poniendo sobre la mesa un plan que preveía un ataque rápido contra Francia a través de Bélgica y Luxemburgo que hiciera capitular al país galo en el mínimo de tiempo posible, para atender así posteriormente el frente ruso. Se llamaba “Plan Schlieffen” (nombre del jefe del alto mando militar alemán en aquel momento).

Pues bien, Alemania puso en marcha dicho plan en agosto de 1914. El día 3 de agosto, los alemanes declararon la guerra a Francia, atravesando la frontera belga el día 4. Este hecho tuvo dos consecuencias importantísimas: la primera es que quitó toda legitimidad a la actuación alemana en la guerra, ya que penetraba en un país neutral; y la segunda, que la entrada en Bélgica provocaría la intervención del Reino Unido, debido a que, además de ser aliada de Rusia y Francia, se veía comprometida por un acuerdo con Bélgica como defensora de su libertad firmado en 1839, por lo que Gran Bretaña terminó declarando la guerra a Alemania.

La primera vez que la fuerza expedicionaria británica entró en combate contra el ejército alemán fue en la batalla de Mons, al oeste de Bélgica, el 23 de agosto de 1914. Los alemanes superaban, y mucho, el número de combatientes de los ingleses, lo que llevó al alto mando alemán a lanzar a sus tropas en un ataque frontal contra unas posiciones defendidas por unos fusileros ingleses, los cuales estaban bien curtidos debido a las guerras coloniales y a un excelente entrenamiento de tiro, causando una auténtica carnicería entre los combatientes germanos. Los alemanes se justificarían ante su Estado Mayor de haber sufrido un “intenso fuego de ametralladora", pero nada más lejos de la realidad: los ingleses apenas disponían de ametralladoras, lo que ocasionó estragos entre las líneas alemanas sería la tremenda precisión y la rapidez con la que los fusileros ingleses disparaban con sus fusiles Lee-Enfield. Si bien es cierto que, al día siguiente, debido a su inferioridad, los ingleses se vieron obligados a retirarse, en el Reino Unido esta victoria y esta retirada serían percibidas por el público inglés como un momento clave, pues, al comprobar el número de fuerzas con el que contaban los alemanes hizo que se multiplicaran las peticiones para alistarse en el ejército.

Los ángeles de Mons. Primera Guerra Mundial
Los ángeles de Mons. Primera Guerra Mundial

Llegados a este punto, la tremenda hazaña británica dio pie a una leyenda sobre un ejército de arqueros fantasmas que se levantaron de sus tumbas para frenar a los alemanes. La leyenda fue conocida como la de los “Ángeles de Mons” y sería muy difundida, llegando a crear cierta histeria colectiva. ¿Dónde surge dicho mito? Todo hace entender que fue una deliberada propaganda patriótica surgida a posteriori por un relato de ficción del autor Arthur Machen (1863-1947), titulado “The Bowmen” (los arqueros), publicado el 23 de septiembre de 1914, sin duda inspirado en aquella batalla e introduciendo en ella un suceso asombroso.

The Bowmen and other legends of the war, de Arthur Machen
The Bowmen and other legends of the war, de Arthur Machen

En aquella historia se relataba como en una batalla entre ingleses y alemanes en Mons cientos de fantasmas arqueros, dirigidos por San Jorge de Capadocia (soldado romano considerado mártir y más tarde santo cristiano) en la mítica batalla de Agincourt (batalla entre ingleses y franceses que tuvo lugar en 1415, durante la guerra de los Cien Años, con victoria inglesa) regresaron de entre los muertos para ayudar a sus compatriotas ingleses. Así comenzó el bulo, pero, más tarde, una hoja parroquial le daría crédito como narración de un milagro ocurrido a sus tropas y de ahí esta historia ficticia se extendería por diversos lugares. Como el propio Machen reconocería más tarde: "Al parecer, mi ficción se tomó por sólida realidad en aquella particular congregación y de ello se deriva que, aunque fallé en el arte de la literatura, acerté, sin proponérmelo, en el arte del engaño".

Quisiera terminar haciendo un breve apunte como curiosidad. ¿Saben quién se hizo eco de esta leyenda, ya que participó en diversas batallas como combatiente inglés en la Primera Guerra Mundial? El que sería catedrático en la Universidad de Oxford JRRTolkien, autor del famoso relato de fantasía El Señor de los Anillos, quien introdujo en su tercer libro El retorno del Rey la dichosa leyenda, en el pasaje donde Aragorn recorre el Sendero de los Muertos para pedir ayuda a éstos en su lucha contra las fuerzas de Mordor. 

Imagen del Retorno del Rey (el Señor de los Anillos), de Peter Jackson (2003)
Imagen del Retorno del Rey (el Señor de los Anillos), de Peter Jackson (2003)
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