Salem, un cuento de brujas
Las brujas de Salem  Fuente: Wiki Commons

Si hay algo por lo que se conoce esta ciudad estadounidense, no es por su atractivo turístico, sino porque la historia nos ha contado y así lo recordamos, que en este lugar hubo brujas que fueron ejecutadas por practicar el arte de la brujería. Es inevitable pararse a pensar qué fue lo que llevó a los habitantes de este lugar, fundado por colonos de origen británico y que vivía del comercio portuario y la industria de la peletería, a acusar y ajusticiar a miembros de su propia comunidad alegando supuestos actos de brujería y cegados todos al unísono por la misma convicción sin sentido.

Muchos han sido los estudios que se han dedicado para intentar determinar lo que desató esta locura colectiva y para conocer quiénes fueron las mujeres que pasaron a la historia reencarnadas en un ser cuanto menos fantástico.

Todo empezó cuando dos de las niñas que allí residían comenzaron a mostrar ciertos síntomas como convulsiones repentinas o estados de trance en los que perdían el conocimiento. Estos síntomas se extendieron a otras niñas de la comunidad con las que estas tenían contacto y en pocas semanas varias de ellas los presentaban de forma constante.

El médico de la zona fue incapaz de determinar cuáles eran las causas de las dolencias. Hasta aquí la historia se desarrolla de forma lógica, ya que estos síntomas se deberían muy probablemente a cualquier virus que no tuviese explicación para los sanitarios de la época y por ello no se pudiesen aportar medios para tratarlos, algo que no es poco común ,ya que muchos diagnósticos no estaban al alcance de la medicina del siglo XVII.

Juicios de Salem Fuente: Wikipedia
Juicios de Salem Fuente: Wiki Commons

Pero no acabó aquí, la vida de la comunidad no transcurrió de forma habitual dejando a un lado los casos de las afectadas, estos síntomas se atribuyeron a la influencia de Satán y se vieron obligados a realizar un juicio que condenase ese alejamiento de las creencias religiosas cristianas. Estos juicios infundados se cobraron la vida de 20 personas, no solo las afectadas, sino también varios individuos que se creía que podían estar involucrados.

Es fácilmente observable la enorme predisposición de la población allí residente a creer en falsos mitos y sobre todo materializar la figura del diablo cuando existen circunstancias desconocidas que se escapan a la razón. Esta reacción popular generalizada ante este tipo de problemas se debe en  parte a la influencia de la clase clerical en la sociedad y a la muy posible excedencia en sus funciones.

No solo se limitaban a atender el ámbito eclesiástico correspondiente con su profesión, sino que además se habían convertido en una especie de jueces populares con la capacidad de mediar ante las posibles disputas que se pudiesen ocasionar en el pueblo.

La sociedad crea de forma progresiva unas tendencias psicológicas muy marcadas por el temor al diablo y todo aquello que puede estar relacionado con este, por lo que alentados por la presión del clero pueden llegar a creer cualquier tipo de acusación, que de tratarse de una cultura que se desarrolla en parámetros de coherencia y relacionados con el ámbito científico, jamás triunfarían y nadie les daría ningún tipo de crédito.

Sin embargo, este afán por el castigo de la supuesta brujería, que demostraba la fidelidad a Dios y el buen hacer cristiano, no era algo que estuviese reservado únicamente al ámbito privado, que incumbiese a la Iglesia como institución con sus propias normas, sino que dentro de la propia legislación que regía el orden público inglés, la brujería estaba penada de manera oficial como uno de los delitos a cometer.

En el caso de Massachussetts, Estado al que pertenece Salem, se legislaba mediante la Biblia y no mediante la normativa inglesa, por lo tanto no se consideraba un delito de agresión a otros miembros de la comunidad, por ser su práctica algo que pudiese suponer un peligro para los ciudadanos, sino que se consideraba algo de extrema gravedad ya que suponía el contacto con el diablo.

Se podría afirmar que todo el mundo conocía a los sospechosos, por diferentes motivos estaban en el punto de mira para la Iglesia y cuando eran acusados solía ser por algún incidente que le había ocurrido a un miembro del pueblo, como algún problema al que no se encontraba explicación, un descenso del capital económico o incluso alguna enfermedad sin aparente razón.

Esto nos lleva  a pensar que esa férrea creencia en el diablo va unida a la capacidad de utilizar como chivo expiatorio a los sospechosos de brujería y de la misma manera de calmar ciertas incógnitas y poder aportar una explicación, para nada científica pero si práctica.          

Fuente: Wiki Commons
Fuente: Wiki Commons

Es curioso destacar que no se llevaron a cabo procedimientos serios de investigación  que determinasen los supuestos contactos de este grupo de mujeres y niñas con el diablo, más allá de rumores instalados entre los lugareños y los episodios alucinatorios que algunas sufrían y que bien podían estar provocados por algún problema de salud de carácter contagioso.

No fue Salem el único lugar donde se llevaron a cabo estos juicios injustos, sino que también podemos encontrar condenas de este tipo en asentamientos como BostonCharlestown. Además, no solo se condenaba a mujeres sino que varios hombres fueron ajusticiados con ellas, aunque en una proporción menor.

Varias líneas de investigación se han desarrollado para  intentar huir de la explicación simplista, de la aplicación de la ley de Dios por encima de la ley oficial y del potente fanatismo religioso. Se ha interpretado como un acto ligado al patriarcado que pretende un menosprecio de la mujer calificándola de “bruja” como excusa perfecta para cometer un proceso de aislamiento progresivo. Aunque es imposible la confirmación de esta teoría sí está claro que los hombres lideraban la sociedad por medio de la administración de negocios y sin ir más lejos, la Iglesia estaba dirigida únicamente por hombres y teniendo en cuenta cual es el peso del clero, no es raro que varios investigadores se hayan aventurado a defender esta teoría.

También hay quien ha querido encontrar una explicación exacta de los síntomas que manifestaban las mujeres. Aunque no fue el motivo con más peso, sino más bien una excusa encerrada en convicciones sociales y prejuicios, se puede afirmar que algún tipo de mal afectó a varias personas.

Una de las explicaciones hasta hoy más convincentes es una posible intoxicación que deriva de un hongo que se genera a través de las micro toxinas  que tiene el pan de centeno fermentado. Esto puede llegar a provocar efectos alucinógenos, muy parecidos a los que aporta el LSD. Por supuesto una alucinación, acompañada de gritos y probablemente convulsiones, era algo imposible de explicar o probablemente lo que más se parecía al concepto de posesión demoníaca que se tenía en el siglo XVII. A través del tiempo, estos fatídicos episodios, se han quedado grabados en la historia como una advertencia de los peligros del fanatismo religioso, así como una veda ideal para desarrollar todo tipo de literatura fantástica sobre brujas y visitas demoníacas.

Cabe destacar la obra de teatro "Las brujas de Salem" o "El crisol", versiones españolas de la obra de A. Miller o la novela "Yo, Tituba, la bruja negra de Salem" escrita por Matyse Condé. Así como gran cantidad de adaptaciones cinematográficas como "Las Brujas de Salem" dirigida por Joseph Sargent o la adaptación más reciente "La Bruja" de Robert Eggers.  Parece que por mucho que pase el tiempo y se desmientan las supersticiones, Salem siempre será lugar de brujas.

Portada Las brujas de Salem y El crisol Fuente: Wikipedia
Portada Las brujas de Salem y El crisol Fuente: Wiki Commons
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