El último vikingo
Retrato de Harald III de Noruega. Fuente: Wikicomons

lélEn el año 1015, en una pequeña longhouse noruega, nacía Harald  Sigurðarsonar. Harald era hijo de la reina Asta Gudbrand y de su segundo marido Sigurd Syr. Además, era hermanastro del rey noruego Olaf “el Santo”, apodado así por ser el primer rey que se convirtió a la religión cristiana. Harald fue un niño fuerte e inteligente y mostraba dotes de un futuro gran líder. Siendo aún un joven adolescente, acompañó a su hermano en la batalla de Stiklarstaðir, en la que Olaf trató de recuperar su trono noruego de manos del gran conquistador vikingo Cnut “el emperador”, rey de Dinamarca, Inglaterra, Suecia y Noruega. Tras largas horas de lucha, Olaf fue muerto en batalla y Harald resultó herido de gravedad. Rǫgnvaldr Brúsason, hombre de confianza de Olaf, salvó al joven príncipe y lo trasladó hasta una granja donde fue curado y pudo recuperarse de sus heridas.

Una vez recuperado, Harald decidió poner rumbo a otras tierras. El primer tramo del camino fue acompañado por el hijo del granjero que le había salvado. En este momento, Snorri Sturluson en su Heimskringla III narra el primer poema compuesto por Harald:

Ahora Voy escondiéndome

Por el bosque infinito, sin honor

Pero… ¿Quién sabe?

Un día puede que mi nombre sea conocido

A lo largo y ancho del mundo

El que los monarcas noruegos compusieran poemas no era algo extraño. Un buen rey no solo era aquel que supiera batallar, también debía demostrar buenas dotes en el deporte y en la cultura. Harald es descrito como un hombre de gran envergadura y altura, lo que le daba  una buena ventaja en el deporte y, sumado a eso, ha sido reconocido como uno de los mejores monarcas componiendo poesía. El viaje del exiliado príncipe le llevaría hasta Suecia, donde se encontraría el Jarl (conde) Rǫgnvaldr Brúsason y un puñado de hombres aún leales a la causa del antiguo rey Olaf. Bajo el mando de Harald, viajaron hasta Garðaríki, hogar de los  rus (de esta denominación se cree que viene el nombre del futuro estado Ruso).

Drakkar vikingo, era el medio de transporte nautico de los escandinavos, dependiendo de su tamaño y longitud recibían un nombre u otro. Fuente: Wikicomons
Drakkar vikingo, era el medio de transporte náutico de los escandinavos, dependiendo de su tamaño y longitud recibían un nombre u otro
o. Fuente: Wikicomons

Los rus eran descendientes de vikingos procedentes en su mayoría de Suecia, desde donde habían marchado a Oriente en busca de nuevas rutas de comercio con grandes ciudades como Miklagard (Constantinopla). Su capital se hallaba en Kiev, donde gobernaba el rey Jaroslav, antiguo amigo y aliado de Olaf. A su encuentro se dirigió Harald, ofreciendo sus servicios como mercenario y defensor del monarca frente a terribles amenazas como fueron el pueblo de los pechenego y los jázaros. Estos pueblos nómadas eran enemigos acérrimos de los vikingos rus y Harald combatió con bravura contra todos ellos ganándose su estandarte personal: el Landøyðan, que representaba el tradicional cuervo vikingo. Según el relato de Snorri Sturluson, el portador de este estandarte resultaría siempre victorioso en la batalla, algo de gran aprecio y apego  para Harald.

Ejemplo de un estandarte con el cuervo, simbología típica del dios Odín el principal encargado de la Guerra. Fuente: Wikicomons
Ejemplo de un estandarte con el cuervo, simbología típica del dios Odín el principal encargado de la Guerra. Fuente: Wikicomons

En el año 1034, Haradl decidió partir de la tierra del rus, descontento por no haber podido conseguir la mano de la hija de Jaroslav, la princesa Elisif. Su destino fue Constantinopla, donde se pondría al servicio de la emperatriz Zoe Porfirogéneta, esposa de Miguel IV. Aunque Harald comenzó sirviendo con su propio grupo de soldados, acabaría uniéndose a la Guardia Varega. Los varegos eran guerreros de élite escandinavos que protegían al emperador. Portaban grandes hachas y eran hombres de una ferocidad temible. Harald servía a las órdenes del general bizantino Jorge Maniakes. En un principio, Harald se llevaría bien con el general y pronto conseguiría el mando de la Guardia Varega. Sin embargo, la ambición de Harald le enemistó con el general y con muchos altos mandos de las fuerzas bizantinas.

Durante esta etapa al frente de la Guardia Varega, hay tres historias muy famosas que demuestran la astucia y audacia de Harald: la primera cuenta cómo en el año 1038, tras una larga marcha por tierras sicilianas, los soldados de Harald acamparon en una colina para descansar. Esta posición era perfecta para quedar resguardados de sus enemigos, sin embargo, los soldados griegos reclamaron esa posición para ellos. Queriendo evitar un conflicto armado, uno de los hombres de Harald sugirió que ambos generales marcaran una pieza de madera y la introdujeran en un saco. La pieza marcada que se extrajera sería la ganadora del sorteo. Harald pidió al general griego que le mostrara su marca para evitar repetirla. A continuación, se extrajo una de las piezas pero antes de que el general Maniakes pudiera ver la marca, Harald tomó la pieza y afirmó haber sido victorioso pues en el saco quedaba la pieza con la marca de los griegos. El truco de Harald fue haber marcado su pieza del mismo modo que Maniakes, logrando que este al no ver la marca repetida creyera haber perdido el sorteo. De este modo, los Varegos pudieron acampar en la colina esa noche.

representación idealizada de un muro de escudos formado por los varegos, podemos ver como usan el cuervo de estandarte, fuente: wikicomons
Representación idealizada de un muro de escudos formado por los varegos, podemos ver como usan el cuervo de estandarte. Fuente: wikicomons

Las otras historias hacen referencia a dos asedios de grandes ciudades sicilianas. Ante la dificultad de penetrar las defensas, Harald ideó ingeniosos planes para tomar cada una. En la primera, Harald se fijó en que muchos pájaros anidaban en los tejados de las casas, por ello mandó a sus hombres cazar con vida todos los pájaros que pudieran. Tras esto, ató a las patas de las aves una rama impregnada en brea, a la que prendieron fuego. Los pájaros regresaron a sus nidos, que se incendiaron al entrar en contacto con la rama en llamas. El fuego arrasó los tejados y casas de la ciudad dejando a los defensores completamente indefensos ante la acometida de Harald.

La segunda ciudad era aún más difícil de tomar y Harald puso en juego una arriesgada estrategia: fingiéndose moribundo, pidió ser enterrado en la iglesia de la ciudad siciliana. Los sitiados enviarón espías a comprobar si esto era cierto y tan buena debió de ser la actuación de Harald que así lo creyeron. Una vez "muerto" el comandante, los varegos entraron desarmados en la ciudad, mientras portaban el sarcófago de su líder. La sorpresa de los pobres sacerdotes debió de ser mayúscula, cuando del ataud salió el varego Harald completamente vivo y armado. Los porteadores tomaron sus armas del interior del mismo sarcófago y lograron abrir las puertas de la ciudad al resto del ejército bizantino.

Estas gestas trajeron grandes riquezas a Harald, pero también grandes rivales políticos que veían con muy malos ojos al noruego y a su aliada, la emperatriz Zoe. Por ello, cuando el emperador Miguel IV murió y subió al trono su sobrino Miguel V, la emperatriz fue encerrada junto con Harald y sus aliados. Pero la habilidad y astucia de Zoe lograron su liberación y la de todos los varegos, que rápidamente tomaron el palacio y fue el propio Harald el que cegó al emperador Miguel V. De  esta manera, quedó invalidado su dominio sobre el trono al no disponer de todos sus sentidos (requisito necesario para poder reinar). Tras estos incidentes, Harald decidió abandonar la vida de mercenario y marchar de nuevo a Kiev, acción a la que se opuso la emperatriz Zoe (se ha especulado mucho sobre que esta mujer pudiera estar enamorada del varego. Sin embargo, solo Snorri habla de esta posibilidad en la Heimskringla).

Una vez en Kiev, Harald se casaría con su antigua amada, la princesa Elisif. Tras los desposorios, en el año 1045 Harald y Elisif marcharon a Noruega donde reinaba Magnus “el bueno”, hijo bastardo de Olaf y sobrino de Harald. Tío y sobrino reinaron conjuntamente, ya que Magnus buscó siempre el bienestar de su reino a pesar de que Harald llegó a planear un golpe de estado contra su sobrino que nunca llevó a cabo. A la muerte de Magnus por enfermedad y ante la falta de descendencia, el buen monarca cedió Noruega a Harald y Dinamarca al sobrino de Cnut “el emperador”, Svein Estridsson, aliado de confianza de Magnus.

Moneda de Harald III de Noruega, Fuente: Wikicomons
Moneda de Harald III de Noruega. Fuente: Wikicomons

Harald se había mostrado como un hombre generoso a su llegada a Noruega. Sin embargo, su reinado se caracteriza por un fuerte y severo control sobre la población de campesinos y una concentración de poder en la corona. Fue apodado como Harald Hardrada que significa “el despiadado”, debido a su gobierno con mano de hierro que no dejó a muchos Jarls contentos. A pesar de esto, se reconoce a Harald como el gran fundador de la capital noruega, Oslo. Harald trató de conquistar el trono de Dinamarca, en manos del rey Svein, en el año 1062. En la batalla del río Nisa se enfrentaron una flota de 150 naves noruegas contra 300 danesas. Estas últimas cayeron derrotadas y su rey, Svein, puesto en fuga a nado. Sin embargo, a pesar de esta gran victoria, Harald no logró dominar las tierras danesas. Tras este intento de conquista, llegó a su Corte un hombre que marcaría su destino para la eternidad: Tostig, el hermano del rey inglés Haroldo. Tostig estaba descontento con las políticas de su hermano y por ello pidió a Harald que usará su ejército para derrocar a su hermano.

Rey Haroldo II de Inglaterra, Fuente: Wikicomons
Rey Haroldo II de Inglaterra. Fuente: Wikicomons

Los malos presagios de los días anteriores a la conquista, como el cometa que ese año surcó el cielo y la muerte de sus más valorables consejeros, no disuadieron al testarudo rey noruego de su objetivo.En el año 1066 el ejército noruego de Harald desembarcaba en el norte de Inglaterra y tomaba posesión de York, derrotando a los ingleses en la batalla de Fulford. Entonces, los ingleses mandaron una oferta de rendición reforzada por la entrega de rehenes. Harald aceptó y mandó que la entrega fuera realizada en el puente de Stanford. Al día siguiente, Harald marchó con una parte de su ejército y dejó al resto en el campamento, al mando de su hijo Olaf. Los hombres de Harald tomaron solo algunas armas de su arsenal, ya que era un día muy caluroso y la cota de malla les hacía sudar y cansar rápidamente.

Cuando llegaron al puente, se encontraron con la sorpresa de que el rey Haroldo se había presentado con su ejército al completo. Harald mandó formar a sus tropas y logró hacerlo gracias a que un solo hombre, un berserker (guerrero entrando en trance y terriblemente furioso), se dispuso en el puente acabando con todo aquel que trató de cruzarlo durante un largo tiempo. Sin embargo, un avispado lancero inglés logró situarse con pericia bajo el puente y asestar un lanzazo mortal en la ingle del guerrero a través de los tablones del puente.

Figura de ajedrez que representa a un berserker entrando en trance y mordiendo su escudo, fuente: Wikicomons
Figura de ajedrez que representa a un berserker entrando en trance y mordiendo su escudo. Fuente: Wikicomons

Muerto el berserker, nada separaba ya a ambos ejércitos. Un mensajero cruzó al galope al encuentro de los noruegos. Anunció a Tosting que el rey Haroldo le perdonaba y le ofrecía un tercio del reino, pero que a su amigo Harald le daría seis pies de tierra inglesa (viene a decir que le ofrece dos metros de tierra que serían su tumba. Gacias a esta frase podemos conocer la estatura del rey noruego). Tosting renunció a este ofrecimiento y el emisario se marchó, revelándose más tarde que era el propio rey Haroldo este enviado. Los escandinavos se dispusieron a la batalla. Tras largas acometidas inglesas, Harald lanzó un contrataque que le dejó indefenso ante las andanadas de proyectiles que caían sobre él. Harald recibió un flechazo en la garganta y murió en el campo de batalla. Los noruegos combatieron con ferocidad para recuperar el cuerpo de su monarca, así como su estandarte, que era de vital importancia, pues fue su pertenencia más querida.

Fragmento del tapiz de Bayeaux, que representa el estandarte con el cuervo de Harald, Fuente: Wikicomons
Fragmento del tapiz de Bayeaux, que representa el estandarte con el cuervo de Harald. Fuente: Wikicomons

Con la caída de Harald Hardrada, muchos ponen fin a la Era vikinga, pues ningún monarca noruego mostraría el interés de sus antepasados en viajar por el mundo, explorando, saqueando y comerciando con lejanos pueblos, sumado a la definitiva implantación del cristianismo. Sin duda, la historia de Harald es un ejemplo de vida llena de aventuras y gloriosas acciones que le han hecho grabar su nombre en la historia mundial como uno de los monarcas vikingos más interesante de estudiar e investigar para los historiadores.

Bibliografía y fuentes:

·Canales C. y Del Rey M. (2017). Demonios del Norte. Madrid: Edaf.

·Sturluson, S. (1291, reedición 2015). Heimskringla III. London: Viking society for northern research, University College London

·Velasco M. (2013). Breve historia de los vikingos. Madrid: Nowtilus.

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