Los años perdidos de Jesucristo
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Sin entrar en la controversia de las diferencias religiosas, se debe aceptar que Jesucristo es un hombre importante en la historia universal, creador de una serie de investigaciones alrededor de su nombre por el rezagado conocimiento que se tiene acerca de él.

Apenas se tienen como testimonios los cuatro evangelios de La Biblia, aquel libro sagrado de las religiones que profesan el cristianismo; aquellos textos son autentificados por la Iglesia y pertenecen al Nuevo Testamento (la segunda sección del Libro Sagrado).

Desde su nacimiento, Jesús no fue nunca mencionado en ninguno de los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan hasta que tuvo la edad de 12 años. A esa edad se le había escapado a sus padres durante las fiestas de pascua realizadas en Jerusalén causándoles una gran aflicción a lo largo de tres días; José y María nunca tuvieron la idea de que el niño pudiera estar en el Templo de Jerusalén, lugar donde lo encontraron ocupándose de los asuntos de su padre (Dios), como Jesús les respondiera cuando le reprocharon el por qué había desaparecido.

Entonces, luego de aquel suceso en el Templo de Jerusalén, se perdió toda pista de Cristo, habrían de pasar casi veinte años para que Jesús volviera a parecer en público. Según los expertos, reaparece cuando tenía 30 años para predicar la palabra de Dios.

Jesús, el carpintero

Existen distintas hipótesis de cuál pudo ser el paradero y qué hizo Jesús durante los “años perdidos”, cómo el hecho de que pudo haber seguido el ejemplo de su padre terrenal, José, que se dedicaba a la carpintería.

Pero tenemos un problema, ¿pudo Jesús ser sólo un carpintero? En Marcos 6:3, se menciona la cita “¿No es acaso el tekton, el hijo de María?”; la palabra carpintero o bien, tekton, tiene su origen en el vocablo griego techné, éste hacía referencia a una amplia gama de actividades como la arquitectura, la pintura, la carpintería, la medicina e incluso aquella de tejedor.

La teoría de Aristóteles plantea que techné era cualquier actividad humana productiva que dependiera de la actividad del practicante.

Lo cierto es que en ninguna parte de La Biblia se asegura que José, el padre de Jesús, era carpintero. En dicho libro se considera a Jesús un tekton, palabra griega que hace referencia a que éste pudo ser un diseñador, ingeniero de construcción o arquitecto.

El oficio de Jesús es un misterio, pero de haber practicado la carpintería, ésta pudo ser una de las razones por las cuales se mantuvo ocupado durante casi dos décadas de desaparición. (Foto: elhombremasgrande.blogspot.com).

Jesús en el Oriente

En esta teoría se comienza a plantear la idea del Jesús viajero, obviamente aquí lo hizo al Oriente. Levi H. Dowling asegura en su libro The Aquarian Gospel of Jesus the Christ, publicado en 1908, que Jesús se estableció en India, Tíbet, Persia, Asiria, Grecia y Egipto durante su juventud.

Elmar Gruber y Holger Kersten sostienen enThe Original Jesus que Cristo viajó al Tíbet y que se inmiscuyó en las ideas del budismo, aunque éste empezó su difusión dos siglos después de la Pasión.

Otra idea más y que no hace alusión a los “años perdidos”, pero sí a la de que Jesús pudo estar en el Oriente, es la que dicta que Cristo escapó de Jerusalén después de ser crucificado (recordemos que el evangelio apócrifo de Judas relata que la muerte de Jesús es pura utopía) cruzando por Siberia hasta llegar a Aomori, Japón. En ese lugar, Jesús viviría el resto de su vida como un granjero adinerado (grave contradicción en un hombre que siempre profesó dejar todo por seguir a Dios) y murió a la edad de 114 años por vejez. (Foto 1: ignoranciailustrada.blogspot.com) (Foto 2: taringa.net).

Budismo y cristianismo

Para hacer más fuerte la teoría de que Jesús estuvo en el Oriente y que además fue parte de la corriente del budismo, se presentan algunas citas de éstas doctrinas que muestran similitudes y clarifican las posibilidades de que estuvieron enlazadas.

Cristianismo

Budismo

“Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre.” – Mateo 7:15

“Robar, engañar, cometer adulterio: eso es lo que desvía a una persona; no la desvía comer carne.” – Sutta Nipata 242

“No os hagáis tesoros en la Tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan, sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.” – Mateo 6: 9 - 20

“¡Que el hombre bueno haga lo correcto! Eso es un tesoro que nadie puede arrebatarle. Un tesoro que jamás se acaba.” – Khuddakapatha 8:9

“Bienaventurados los puros de corazón, porque verán a Dios.” – Mateo 5:8

“Cualquiera que se retire a meditar sobre la compasión verá a Brahma con sus propios ojos, hablará con él cara a cara y podrá consultarlo.” – Digha Nikaya 19:43

“Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” – Juan 8:12

“Cuando un Bodhisattva desciende de los cielos, e este mundo aparece una luz espléndida e inconmensurable que sobrepasa la gloria del brillo más poderoso. Cualesquiera que sean los espacios oscuros más allá del fin del mundo, serán iluminados por esta luz.” – Digha Nikaya 14:17

Jesús en América

La hipótesis de que Jesús pudo estar en América, es indudablemente, la más fuerte y creíble de todas por los factores que se han encontrado.

Cuando Cristo fue crucificado, faltaban aún alrededor de 1500 años para que el continente americano fuera descubierto. Sin embargo, L. Taylor Hansen sostiene en su libro Walked in the Americas de 1963, que un profeta blanco había visitado la región de Mesoamérica, era un “maestro santo” de piel blanca que curaba enfermos, controlaba las aguas, los vientos y otros fenómenos naturales. Hansen estaba seguro que ese hombre era Cristo.

Los nativos mesoamericanos eran politeístas y uno de sus muchos dioses fue Quetzalcóatl; los mormones aseguran que esta deidad era Jesucristo, pues como él, el también llamado Kukulkán en la civilización maya, había bajado del cielo y prometió regresar para estar entre sus fieles.

Cuando los españoles llegaron a América al mando de Hernán Cortés, pensaron que Kukulkán había regresado, pues el capitán ibérico tenía un gran parecido a “la serpiente emplumada”, como también se conoce al dios mesoamericano. (Foto: actividadesmormonas.com).

Jesús en Gran Bretaña

Por último, existe una leyenda marcada en el ‘Ciclo Artúrico’, un conjunto de cuentos acerca del Rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda; ésta leyenda tiene indicios de que Jesús pudo pasar sus años perdidos en Inglaterra.

La obra Jesus The Master Builder, de Gordon Strachan, argumenta que Jesús pisó tierras británicas gracias a la ruta marítima existente entre Palestina y Gran Bretaña, dos regiones que fueron parte del Imperio Romano.

El motivo de que Jesús fuera a Gran Bretaña sería estudiar con los druidas, miembros de la clase sacerdotal de ese mismo reino, además de Irlanda y la Galia en Francia. Esta última teoría carece mucho de sustento.

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