El nuevo camino hacia la luz
Nikola Tesla, el inventor de la corriente / teslarati.com

Locos, genios, ambos y viceversa. Abunda el número de personas que, a lo largo de la historia, han sido despojadas de la cordura por una sociedad incapaz de aceptar su talento. La llegada de algunas mentes grandiosas al mundo no encontró el recibimiento ni mucho menos el reconocimiento que merecían sino que hubieron de pasar décadas e incluso siglos para que la humanidad aplaudiera su labor. De Darwin se rieron hasta su muerte, los profesores de Einstein creyeron que nunca llegaría a nada por su mala predisposición para las matemáticas y Galileo Galilei tuvo que arrodillarse y pedir disculpas por sus teorías que posicionaban a la tierra girando alrededor del sol y no al revés, como se había creído tradicionalmente.

Nikola Tesla no solo fue un genio incomprendido sino que muchos de sus inventos hoy se los atribuimos a otros hombres que, en el mejor de los casos, se dedicaron a patentar unas ideas “más desarrolladas” que no les pertenecían. Nació en 1856 en el Imperio Austrohúngaro aunque consiguió la nacionalidad estadounidense por sus trabajos como ingeniero mecánico, electricista, físico y, en último término para él, inventor aunque él se consideraba un genio.

A su cuenta se suman el motor de corriente alterna, la transferencia de energía inalámbrica, el teslascopio, los rayos X, la Torre Wardenclyffe o el famoso “rayo de la muerte” y otros muchos que la opinión pública desconoce. Es el caso de la radio ya que, aunque Guglielmo Marconi fue el primero en comercializarla, quince años antes de la primera radiotransmisión a través del océano Tesla ya había creado un dispositivo similar. Asimismo fue pionero en la protección del medioambiente sin dejar de lado el desarrollo tecnológico, ya que la energía por la que trabajaba no provenía de combustibles fósiles sino que utilizaba como fuentes de energía el sol y la tierra.

Sin embargo, pese a todas sus aportaciones a la ciencia, las enemistades que cosechó con sus inventos y su particular modo de ver el mundo han hecho que Tesla no se estudie en los libros de texto y su nombre continue entre las sombras de todos sus seguidores.

El enfrentamiento con Edison

Thoma Edison diría de él en una de sus cartas "¿Tesla? Sí... Tuve un aprendiz con ese nombre hace mucho tiempo. Un europeo estirado, sin pizca de gracia. No me extraña que muriese olvidado: el pobre diablo era un desastre, incapaz de llevar sus negocio". E incluso se jactó de la escasa relevancia que había tenido su nombre para la ciencia "pregunte a cualquiera quién inventó la bombilla, todo el mundo lo sabe ¡Edison! Pregunte qué inventó el tal Tesla ¡Apuesto cincuenta de los grandes a que nadie le da una respuesta!"

Edison sobre Tesla: "No me extraña que muriese olvidado, el pobre diablo era un desastre."

La verdad fue que Tesla trabajó para Edison al llegar a Nueva York con solo 28 años. Este tiempo fue decisivo para que se gestase la "guerra de las corrientes" y una acusada enemistad entre ambos inventores. Edison pujaba por el uso de la corriente continua, el sistema de electricidad que comenzaba a usarse para iluminar algunas calles de Nueva York, mientras que el serbio apostaba por la corriente alterna como vía para transportar la electricidad a cualquier punto del mundo sin cables.En este enfrentamiento, George Westinghouse, Inventor estadounidense, se posicionó del lado del serbio y financió gran parte del proyecto de corriente alterna. Edison contó con el banquero J.P Morgan, que llegaron a financiar la construcción de la silla eléctrica e incluso electrocutar a un elefante delante de 1.500 personas para demostrar que el tipo de electricidad que defendía Tesla era peligrosa.

Elefante electrocutado en 1900

Las críticas a Tesla no provenían de los experimentos que presentó Edison contra su corriente, puesto que él mismo se sometió a ella y demostró al mundo que la corriente alterna fluía sobre la piel sin dañarla, sino de la falta de beneficios que tendría su aplicación. El genio trabajó incansablemente en su idea de una energía gratis y capaz de llegar a todo el mundo sin necesidad de cables y en 1893 consiguió transmitir energía electromagnética, construyendo el primer radiotransmisor. Ese mismo año durante la exposición universal de Chicago, se hizo una exhibición pública de la corriente alterna, demostrando su superioridad sobre la corriente continua de Edison. Durante 1983 también se construyó la primera central hidroeléctrica en las cataratas del Niágara, cumpliendo el sueño de Tesla de crear energía limpia y renovable.

La decadencia de Tesla

Margaret Cheney, autora de "Nikola Tesla: el genio al que le robaron la luz" achaca el olvido del que ha sido considerado el inventor del siglo XX a su personalidad "cándida y llena de ideales, obsesiones y transtornos". Algunos autores reconocen que Tesla padecía un transtorno obsesivo compulsivo (toc) que le hacía utilizar más de diez servilletas para limpiar los cubiertos antes de comer. Además algunos malos hábitos como sus escasas horas de sueño, únicamente dos o tres al día, le terminaron provocando problemas fisiológicos y falta de concentración que le impedía, en ocasiones, desarrollar sus sobresalientes ideas.

Tesla aseguró haber recibido señales que atribuyó a extraterrestres, lo que propició su decadencia.

Si hay que marcar un hito por el que este genio comenzó a sentirse rechazado por la comunidad científica no podemos pasar por alto su intento de entablar comunicación con vida extraterrestre. Durante sus experimentos en Colorado Springs, laboratorio donde realizó experimentos de alta tensión y campo eléctrico, recibió una serie de señales cuyo origen atribuyó a seres interplanetarios, más concretamente procedente de Venus o Marte. La revista semanal Colliers publicó el siguiente texto el 9 de febrero de 1901:

"El señor Tesla ha obtenido resultados maravillosos en descubrimientos eléctricos. Ahora, en los albores del nuevo siglo anuncia un logro que sorprenderá a todo el universo y que eclipsa el sueño más salvaje de los científicos más visionarios. Ha recibido comunicación, afirma, desde el gran vacío del espacio: una llamada de los habitantes de Marte o Venus, ¡o algún otro planeta hermano! Y, por otra parte científicos como Sir Norman Lockyer han afirmado poder estar de acuerdo con las sorprendentes deducciones del señor Tesla

El señor Tesla no sólo ha descubierto muchos principios importantes, sino que la mayoría de sus inventos son de uso práctico: todo en el aprovechamiento de las fuerzas titánicas de las cataratas del Niágara, y el descubrimiento de una nueva luz por medio de un tubo de vacío. Él ha declarado haber resuelto el problema de telegrafiar sin necesidad de cables o conductores artificiales de cualquier tipo, utilizando la tierra como su medio. Por medio de este principio que espera ser capaz de enviar mensajes bajo el océano, así como a cualquier distancia de la superficie de la tierra. La comunicación interplanetaria le ha interesado desde hace años, y él no ve ninguna razón por la que no deberíamos estar muy cerca de Marte o de todos los mundos en el sistema solar que puede ser habitado por seres inteligentes." (Collier´s Weekly,2-9-1901)

Exceptuando algún apoyo ocasional, Nikola Tesla no fue tomado en serio por el mundo científico y a partir de este momento vivió una decadencia y un aislamiento de algunos de los círculos más notables que le acompañó hasta el fin de sus días.

"La misma genialidad que impulsaba su enorme talento y su inagotable capacidad de trabajo propició que otros se aprovecharan de su esfuerzo y le privó de obtener beneficio de sus creaciones hasta el punto de acabar arruinado y viviendo de créditos que era incapaz de pagar", explica Cheney. De hecho, pese a que el serbio ayudó a renombradas personalidades como la actriz francesa Sarah Bernhardt y permitió a muchos de sus colegas comercializar sus inventos para obtener beneficios económicos, murió solo en una pequeña habitación de hotel el 7 de enero de 1943, a los 86 años. Aunque en los últimos años apenas conservaba relaciones humanas a funeral, celebrado en la catedral de Nueva York, acudieron más de dos mil personas entre los que se contaron tres premios Nobel.

Justicia a su memoria

En los últimos años han proliferado los artículos que ensalzan a Tesla como el gran inventor del siglo XX y el padre de la electricidad y la ingeniería moderna. Iniciativas como la creación de un museo en el lugar donde se encontraba su famoso laboratorio, Wardenclyffe, por parte de Matthew Inman, creador del cómic 'The Oatmeal', fomentan que su figura sea poco a poco reconocida entre los más jóvenes.

"A penas hay literatura en este idioma que dé a conocer al investigador que más ha influido en el desarrollo de la tecnología moderna", se lamenta Margaret Cheney. Pese a que en España su figura aún continua siendo una gran desconocida, exposiciones como la que alberga durante los meses de enero y febrero Fundación Telefónica ayuda al público a conocer su vida y obra y poder admirar una de las grandes mentes de la humanidad. A Tesla le robaron ideas, inventos y fue apartado de la vida científica por no dejar su genialidad al servicio de un mundo de negocios y dinero que no compartía. Él fue el ejemplo de que en cualquier momento, en cualquier lugar, las mentes maravillosas pueden crear su propia luz.

Imagen 1: Extraída de Taringa.net

Imagen 2: Extraída de kobresia.com

Nota: La publicación del Collier´s Weekly que incluye el artículo está traducida al español por lo que puede contener errores.

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