Comenzó a surgir con fuerza en Europa en los años 80. El Revisionismo tiene una corriente científica y otra pseudocientífica, que acumula grandes críticas. La primera se apoya en datos históricos, evidencias, un estudio pormenorizado de las fuentes, etc.; por el contrario, hay algunos revisionistas que son acusados de utilizar la historia a su antojo para hacer propaganda política, religiosa, etc., y de falsear la información aportada por las fuentes.
Hay casos muy sonados de Revisionismo histórico que han dado lugar a teorías, como la de la Negación, referente al Holocausto Judío, con una doble cara: la que intenta minimizar la importancia histórica del exterminio judío y la cantidad de víctimas, defendiendo que las cámaras de gas nunca existieron; por otro lado hay quienes no niegan totalmente el Holocausto pero consideran que Hitler no sabía nada de lo que ocurría en los campos de exterminio ni tenía planeada una “solución final”. La Teoría de la Negación no se puede tomar a broma, sobre todo en algunos países como Alemania o Israel, donde afirmar con rotundidad que no existió el genocidio del pueblo judío, está penado por la ley. Algunos de sus defensores fueron Henry Elmer Barnes o David Irving, y llama la atención que, entre ellos, encontremos supervivientes de los campos de concentración, como Paul Rassinier, que cree que Hitler era engañado por sus subordinados y que eran los oficiales quienes hacían y deshacían a su antojo en los campos.
En España también se aplica el Revisionismo a ciertos episodios o períodos de larga duración en la Historia. Probablemente el más conocido (y controvertido) sea el que rodea a la Guerra civil Española. De un lado se sitúan quienes, a partir de la Transición, comenzaron a ver la guerra como un levantamiento contrario al poder democrático y legítimo del momento; de otro están los que consideran que la guerra civil ya habría empezado en 1934 con las revueltas de octubre, por lo que el levantamiento de los sublevados estaría justificado, como lo consideran César Vidal o Pío Moa.
Si viajamos más atrás en el tiempo y nos situamos en la Edad Media, podríamos encontrarnos con que no hubo una conquista islámica en la Península Ibérica y que todos sus habitantes eran “blancos”, e incluso de raza aria. Esto es lo que defiende cierto sector que apoya el llamado Revisionismo de la Reconquista, con claros rasgos racistas y xenófobos, y que pretende negar la influencia musulmana en España y Portugal, relegando la presencia árabe a la de unos cuantos comerciantes con los que llevar a cabo intercambios.
El Revisionismo surge como una alternativa a la Historia oficial, la defendida por los ámbitos académicos, como la necesidad de revisar (de ahí el término) lo ya sabido o cambiar la visión común que la sociedad posee sobre la Historia. Se escuda en la creencia de que la disciplina histórica ha sido utilizada desde siempre con fines políticos y que ha sido escrita por los vencedores.
