Rostropovich y la caída del muro
El famoso músico rodeado de alemanes del este (RTVE.es)

Durante 28 años un muro separó Alemania en dos ―la República Federal Alemana (RFA), al oeste, y la República Democrática Alemana (RDA), al este―, con 81 puntos de paso entre las dos zonas. Pero claro, la economía de la zona soviética estaba totalmente hundida, y el flujo migratorio era constante. Así que el gobierno de la RDA decidió, en 1961, crear un muro, de entre tres y cuatro metros de altura, para evitar esta migración masiva, aunque la versión oficial era que se hizo para prevenir la entrada de “elementos capitalistas y fascistas”.

Desde entonces, más de tres mil personas fueron detenidas por intentar pasarlo y entre 100 y 270 murieron (las cifras no están nada claras). La última muerte se produjo el 5 de febrero de 1989, poco tiempo antes de caer, entre otros motivos por la apertura de fronteras entre Austria y Hungría (en mayo de ese año), ya que cada vez más alemanes viajaban a Hungría para pedir asilo en las distintas embajadas de la República Federal Alemana. Este hecho motivó enormes manifestaciones que llevaron a que el 9 de noviembre de 1989 el gobierno de la RDA afirmara que el paso hacia el oeste estaba permitido.

Ese mismo día miles de personas se agolparon en los puntos de control para poder cruzar al otro lado. Nadie pudo detenerlos. Y los ciudadanos berlineses, de uno y otro lado, comenzaron a destruir el infame muro.

El virtuoso del violoncelo Mstislav Rostropovich, que había tenido que exiliarse en el oeste, dos días después de la apertura del Muro, el 11 de noviembre, interpretó delante de sus ruinas ―la gente todavía lo estaba demoliendo― la Suite número 2 para violonchelo de Johann Sebastian Bach. Y dejó esta impresionante imagen para la posteridad.

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