Quimeras
Quimera de Arezzo. Museo Arqueológico de Florencia.

En la mitología clásica, una quimera era un monstruo imaginario que vomitaba llamas y tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón. Es decir, una quimera (en griego antiguo Χίμαιρα Khimaira; latνn Chimæra) se encontraba compuesta por partes de varios animales.

En medicina, una quimera es un individuo que tiene más de una población de células genéticamente diferenciadas originadas a partir de más de un huevo o cigoto.

Las primeras descripciones son en individuos hermafroditas (características de los dos sexos). Los mosaicos y las quimeras son animales que poseen más de una población de células genéticamente diferenciadas, en los mosaicos, los tipos de células genéticamente diferentes proceden de un único huevo o cigoto, mientras que en las quimeras se originan de más de uno.

El quimerismo clínico se relaciona con el hermafroditismo verdadero que ocurre cuando un individuo posee un ovario y un testículo, o mezcla de ambos, presentando genes femeninos y masculinos (XX y XY).

Suelen ser individuos con genitales ambiguos, con infertilidad en estudio, y características particulares. Por ejemplo, un niño que nace con un testículo derecho normal, el izquierdo no descendido y genitales externos normales. A los seis meses el testículo izquierdo se palpa descendiendo, pero como no lo hace a los 15 meses al intervenirlo se encuentra una hernia que contiene un testículo anormal, con un ovario con trompa y parte del útero.

Esto supone un problema legal y ético en medicina muy importante, los seres humanos deben desarrollarse de manera plena. Por otra parte, además de las correcciones quirúrgicas hay otra cuestión, deben conocer su verdadero origen genético o no. Aunque asignemos un sexo genital en función de la reconstrucción sus células aún portan ambas líneas celulares que les confieren dos sexos genéticos.

El dilema mental en nuestra sociedad con las connotaciones psicosociales, médicas e incluso socioculturales asociadas es importante. No obstante, existe el derecho al conocimiento de uno mismo y el ocultar información si continúa viviendo de acuerdo al sexo genital asignado, si en un futuro se estudia por infertilidad podría descubrir su origen quimérico.

Se encuentran también en genética casos no relacionados con el hermafroditismo, al encontrar poblaciones celulares diferentes en un mismo tejido, en este caso se dice que puede que se trate de que inicialmente hubo dos embriones que se fusionaron en el útero materno. También hay casos en que dos óvulos fertilizados por diferentes espermatozoides de su padre se fusionen en un único embrión.

Y finalmente encontramos el microquimerismo o la presencia de un escaso número de células circulantes que se transfieren de un individuo a otro,  durante el embarazo, entre la madre y el feto o entre los fetos en gestación múltiple y también puede ocurrir durante la transfusiones y los trasplantes.

En investigación la producción de quimeras humano-animales, es decir, organismos animales con tejidos u órganos humanos, está hoy día de plena actualidad por la ética biológica en el campo de la medicina regenerativa. Consiste en introducir células madre humanas en embriones animales así el individuo animal que se forma posee en su interior tejidos y órganos humanos. Esto es la base del estudio de numerosos transparentes y curación de enfermedades. Considerar que no se emplean embriones humanos empleando células humanas y que el animal que suele emplearse es el cerdo por su similitud con el humano. Aclarando que hay líneas celulares que no se desarrollan por ética, un riñón por ejemplo no es una estructura cerebral, para que se pueda entender.

Se generan una serie de preguntas: seremos como sociedad capaces de aceptar individuos que no tengan nuestra sexualidad o nuestra corporeidad, sin calificarlos de enfermos, de seres monstruosos.

"Los monstruos son cosas que parecen fuera del curso de la Naturaleza (y que en la mayoría de los casos constituyen signos de alguna desgracia que ha de ocurrir), como una criatura que nace con un solo brazo, otra que tenga dos cabezas y otros miembros al margen de lo ordinario. Prodigios son cosas que acontecen contra la naturaleza, como una mujer que dé a luz una serpiente o un perro, o cualquier otra cosa opuesta a la Naturaleza” (Ambroise Paré; “Monstruos y prodigios” edición de Siruela, col. Biblioteca sumergida, en 1987).

O se volvería quizás a la mentalidad de la época renacentista y barroca, en la que todo lo portentoso tenía una razón de ser, los monstruos eran designios divinos y existían para mostrar o anunciar algo que debía ser interpretado y atendido y mientras científicos y naturalistas se esforzaban en desentrañar su misterio formal, abundaban los adivinos y agoreros empeñados de leer el futuro y descubrir los misterios que estos seres anunciaban, por lo general acontecimientos catastróficos.

Es cierto que hay que corregir lo que sea un riesgo para la salud, pero hay otros cuadros, no necesariamente las quimeras, en que el físico es diferente, la sexualidad es diferente y debemos de convivir y aceptar estas realidades.

Si  sociedades que consideramos primitivas como los Anasazi, como las tribus de las Praderas, diversas tribus africanas y sociedades amerindias aceptaron seres diferentes y sexualidades alternativas, nuestra moderna sociedad debería ser capaz de aceptarlo también como parte de la normalidad.

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