Cada cierto tiempo una vieja historia vuelve a salir a la palestra. Antaño lo hacía en revistas y publicaciones en papel pero ahora campa a sus anchas en blogs, webs y foros de internet. La historia no es otra sino la de un soldado español que en 1593 fue “teletransportado” de punta a punta del océano Pacífico.
La historia se ha desvirtuado hasta tal extremo, que se ha llegado a decir que el soldado era guardia civil (lo que le convertiría también en un viajero en el tiempo ya que la Benemérita se fundó dos siglos y medio después) e incluso se ha dicho que se llamaba Gil Pérez. Todo ello sin apenas base histórica, pues en la mayoría de publicaciones omiten que la fuente original de la que partió todo es el libro Conquista temporal y espiritual de las Islas Philipinas escrito en 1698 por fray Gaspar de San Agustín. En él se narra el caso y todo apunta a que las alteraciones parten de unas líneas muy concretas en las que por ejemplo no se habla de Gil Pérez pero sí de Gómez Pérez Dasmariñas (gobernador en ese momento en Filipinas), pero mejor será leer directamente lo que dice la crónica en su página 465:
"Es digno de ponderación, que el mismo día que sucedió la tragedia (de la muerte) de Gomez Pérez, se supo en México por arte de Satanás, de quien valiéndose algunas mujeres inclinadas a semejantes agilidades trasplantaron a la Plaza de México a un Soldado que estaba haziendo posta una noche en una Garita de la muralla de Manila y fue executado tan sin sentirlo el Soldado que por la mañana le hallaron passeandose con sus armas en la Plaza de México, preguntando el nombre à quantos passaban. Pero el Santo Oficio de la Inquisición de aquella Ciudad le mandò bolver à estas Islas, donde le conocieron muchos, que me aseguraron la certeza de este sucesso".
Ahora bien, ¿este texto es prueba suficiente para demostrar que un ser humano puede viajar miles de kilómetros en un santiamén? Apliquemos la lógica. Fray Gaspar de San Agustín reconoce que las fuentes que le han llegado son tradiciones orales, no aporta ni siquiera el nombre del soldado, cosa rara en fray Gaspar que anota en el resto del libro hasta los detalles más insignificantes. Por otro lado hay un dato lo suficientemente importante como para tirar al traste toda esta historia fabulosa.
Líneas antes fray Gaspar nos cuenta cómo el gobernador de Filipinas Gómez Pérez Dasmariñas murió en una emboscada frente a las costas de Luzón, es decir, a una considerable distancia de Manila (concretamente el mar de Célebes donde murió Dasmariñas, dista aproximadamente de Manila, lo mismo que Gibratar del cabo de Rosas).
Por lo tanto nadie en Manila pudo haberse enterado de la muerte del gobernador “el mismo día que sucedió la tragedia” como dice el cronista.
Es decir, que aunque aquel soldado hubiese sido teletransportado mágicamente a México jamás pudo haber llevado una noticia que sencillamente no tenía. El propio cronista reconoce que varios de los hombres de Dasmariñas como fray Francisco Montilla o Juan de Cuellar tardaron “quarenta dias” en llegar.
Otro detalle singular y en el que pocos investigadores han reparado es que fray Gaspar de San Agustín nos habla de otra teletransportación desde Filipinas a España. Dice así:
"Tuvose tambien noticia con brevedad en España del infortunio del Governador por la India Oriental; y así, proveyó su Magestad por sucesor a Don Francisco Tello de Guzmán, que (tachado) a estas Islas por Julio de 15 (tachado)".
O lo que es lo mismo, que gracias a una teletransportación se buscó un suplente para Gómez Pérez Dasmariñas el mismo día en que murió.
Quizá solo sea un disparate, pero reconozco que es más fácil pensar en un complot político en el que se sabía con antelación cuándo y cómo moriría Dasmariñas que en viajes interdimensionales.
