Devoradores de hombres 1: la Bestia de Gévaudan
La Bestia de Gévaudan. Grabado siglo XVIII. Fuente missedinhistory.com

En los cuentos europeos, por lo general, el devorador de hombres es el lobo. Sin embargo en Mesoamérica se consideraba devorador, tecua, (el que devora a los hombres) a la fauna local como jaguares, serpientes, zorros en ocasiones y coyotes. No obstante la tradición oral en mundos tan alejados en tiempo y espacio, la selvas y los bosques europeos y del norte de Asia donde las manadas de lobos campaban a sus anchas, provocan de manera inconsciente y también consciente cuando se está en el lugar físico, reacciones de miedo que superan con creces los miedos habituales, porque en definitiva es el miedo a ser cazado, yendo de la amenaza que provoca el encuentro con un anima.

Además del miedo al depredador, se encuentran las influencias religiosas del mundo cristiano, ya sea católico o no, en las cuales la demonización del animal, la similitud con el diablo, convirtiendo directamente al animal en un monstruo del averno, dependiente directamente de fuerzas oscuras. Y realmente, esto en el mundo americano, y en el mundo colonial en general, hace que se mezclen las creencias locales con el diabolismo religioso impuesto, llegando a formar parte de la tradición sincrética de un pueblo. En relación a las selvas americanas de hecho, el miedo del hombre está en relación con el fin del mundo conocido, el final de una era, motivado por la desaparición de la especie. Animales como la serpiente, que con su veneno es capaz de matar rápidamente con la destrucción de la carne al deshacerla o producir el sangrado, y sobre todo las grandes serpientes que con sus anillos sobre el ser humano son capaces de arrastrarlo de manera directa al inframundo.

La bestia del Gévaudan

Numerosos escritores han dedicado trabajos monográficos en relación a la Bestia, desde los más recientes, Pascal Cazottes, hasta Jacques Delperrie de Bayac, Xavier Pic, Gérard Ménatory, Félix Buffière y Michel Louis.

En concreto el primer autor además nos da aproximadamente unos quince casos de Bestias devoradoras de seres humanos de características misteriosas en los siglos XVII-XIX en Francia, mucho más que el resto de los autores.

La historia de la Bestia es sencilla, entre 1.764 y 1.767 en la región de Gévaudan perteneciente a la zona montañosa de Francia, fueron asesinadas de manera trágica y sangrienta más de 130 personas por una criatura misteriosa y sádica.

El tamaño de la Bestia era grande, similar a un caballo o a un asno, con una tonalidad ocre rojiza, de gran cabeza y una cola muy larga. Además se consideraba que era capaz de imitar e incluso adivinar el comportamiento del ser humano.

Inicialmente se identificó con un lobo y aunque se hicieron gran cantidad de batidas, fue imposible darle caza.

Los ataques eran cada vez más atrevidos, acercándose más a las poblaciones urbanas y cada vez se hicieron más frecuentes.

Se ofrecieron recompensas a los cazadores que se atrevieran a tratar de batirle, y el asunto llegó incluso a constituir un grave problema para la Monarquía. En 1.767 uno de los cazadores, Jean Chastel, abatió a una bestia extraña, sin embargo los restos se descompusieron antes que pudieran analizarse.

En los comentarios que Robert Dumont hace sobre el libro de Cazottes nos señala lo siguiente; es muy posible que los ataques no hayan sido de un solo individuo, pudiendo durante ciertos periodos, haber actuado hasta dos Bestias al mismo tiempo, lo que explicaría porqué aparecían cadáveres de manera simultánea en lugares alejados geográficamente.

Y nos aporta un ejemplo, la agresión del 22 de abril de 1.765 en la que la Bestia ataca a dos pastorcillos, siendo rechazada por un leñador con su hacha y al huir se la ve con otra Bestia más pequeña, que cuando se juntan le olfatea la boca y le lame los labios.

En relación a que especie pertenecía, es complicado, hay descripciones de la transformación de la Bestia en hombre, que podían haber sido ocasionadas por el pánico descontrolado y por la obsesión por un determinado personaje, Antoine Chastel.

Antoine Chastel tenía la fama de pertenecer a una familia de brujos, adiestrar lobos y ser un hombre lobo. Su vida estuvo llena de aventuras y se dice que incluso estuvo en el Norte de Africa, en el que, se decía, había sido castrado.

Y como decíamos en relación al tipo de animal hay varias hipótesis, las que son más aceptadas son que pudiera ser un lobo, un oso, una hiena o un "perro-lobo". El lobo queda prácticamente descartado por los testimonios de los cazadores del momento, los osos hibernaban y los ataques eran constantes. La hiena sin embargo lleva asociadas dos teorías, una que se hubiera escapado de un zoológico ambulante y que fuera una hiena manchada (Crocuta Crocuta) por su tamaño, nacida en cautividad, la segunda es que había sido traída del norte de África por Antoine Chastel y entrenada por él para atacar al hombre, pero pese a que las descripciones se asemejan, la cola de la hiena es corta, no larga como está descrita.

Jean Chastel, el cazador de la Bestia, padre de Chastel, se dice que abatió a la misma una vez que la Bestia asesinó a una niña que la consideraba como su nieta, habiendo sido anteriormente una especie de encubridor-consentidor de Antoine.

Se decía que Chastel decapitaba a las víctimas una vez que la Bestía las había matado.

Existe una tercera hipótesis según la cual la Bestia era el resultado del cruce entre un lobo y una perra, cubierta por una sobrepiel protectora de jabalí.

Pascal Cazottes nos propone otra hipótesis más, la existencia de una especie no catalogada por la ciencia, un gran depredador inclinado por naturaleza a ver en el hombre una presa favorita.

Que una especie, por ejemplo, perteneciente a la subfamilia de los hemiciónidos (extinguida en el Pleistoceno), haya sobrevivido en Europa occidental hasta el siglo XVIII, podría haber sido posible a nivel zoológico en forma de micro-poblaciones.

El caso es que no conocemos al no haber restos a que especie animal o no podría pertenecer pero la realidad es que la Bestia ha llegado a nuestros días y aún es temida y estudiada.

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