Del Mahabharata a Hiroshima
Foto: http://historyconflicts.com

A las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945 una bomba atómica paró el tiempo en Hiroshima, su explosión se produjo a una altitud de 600 metros sobre la ciudad japonesa, acabando con la vida de aproximadamente 140.000 personas. Little Boy era una bomba de uranio-235 de 4.400 kilogramos de peso, 3 metros de longitud, 75 centímetros de diámetro y una potencia explosiva de 16 kilotones. La detonación mató al instante a 66.000 personas, hiriendo a otras 69.000, pero aún más impactante y desgarrador que la devastación y las muertes que produjo, fueron los testimonios de los supervivientes.

El testimonio de Sunao Tsuboi

Foto: https://culturacolectiva.com
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Sunao Tsuboi era estudiante universitario y tenía 20 años cuando cayó la bomba. Ubicado a menos de un kilómetro y medio del epicentro su terrible vivencia no encuentra parangón en la historia -al menos en lo que se refiere a la historiografía oficial-. Tsuboi cuenta cómo pudo contemplar la imagen de los cuerpos carbonizados flotando en las aguas salobres que cruzan Hiroshima.

Aquel calor abrasador como de mil soles, el olor a carne quemada impregnando de muerte el aire, mientras decenas de supervivientes se lanzaban al río, sumergiéndose para escapar del infierno y mitigar sus quemaduras. Cientos de ellos no salieron, en su memoria quedó grabado ese destello blanco plateado, el hongo diabólico, la columna de humo hacia el infinito, los pocos edificios de piedra que quedaron en pie y sobre ellos impresos como en un negativo fotográfico, las sombras de las cosas y las personas carbonizadas. Su camisa, pantalones y su piel colgando de su cuerpo, dejando los vasos sanguíneos al descubierto, casi sin orejas y sin pelo, mientras que a su lado un chico corría despavorido con su ojo derecho colgando de su rostro ante una mujer que apenas podía contener los intestinos dentro de su cuerpo.

El infierno, el fin del mundo llegó aquel doloroso día para Hiroshima, ¿pero fue aquella la primera vez que la humanidad vivió un acontecimiento similar o existen en los textos históricos, leyendas que sugieran que en un pasado remoto otra civilización vivió o en su caso profetizó algo parecido?

El Mahabharata

Foto: https://www.quora.com
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La idea tan solo en su planteamiento resulta con total seguridad una disparatada locura para la ciencia y la historiografía oficial, pero existe un texto tremendamente curioso y misterioso, que como mínimo inquieta de manera importante a todo aquel que tiene la posibilidad de estudiarlo y leerlo. Para ello hay que recurrir al Mahabharata, una de las mayores obras épicas de la literatura de la India, junto con el Ramayana. Con una importancia crucial tanto para la cultura india como para la literatura universal. La más larga jamás escrita, pues sus más de 100.000 versos la convierten en una obra seis veces más extensa que obras de la antigua Grecia como La Odisea y La Ilíada y cuatro veces más que la Biblia.

Foto: http://scroll.in
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Considerado como un texto de transmisión oral, es una epopeya hindú con enorme carga de conocimiento. Nadie en realidad sabe la datación real de cuándo fue escrita, pero se ha llegado al consenso y la conclusión de que es el resultado de la recopilación de diversos textos que llevaban circulando cientos o miles de años en la civilización india, una recopilación que se habría llevado a cabo en el año 400 A.C. Respecto a los hechos a los que se refiere es posible que se remonten al año 3000 A.C.  Por tanto el enigmático y supuesto texto que a continuación se expone se escribió hace miles de años y, por supuesto no lo escribió ningún testigo de aquella bomba que cayó en 1945 en Hiroshima, mucho menos ningún escritor contemporáneo: “Era un único proyectil cargado con toda la fuerza del universo, una columna incandescente de humo y llamas brillante como diez mil soles se elevó en todo su esplendor. Era un arma desconocida, un relámpago de hierro gigantesco mensajero de muerte que redujo a cenizas a toda la raza de los Vrishnis y los Andhakas". "Los cadáveres quedaron tan quemados que no se podían reconocer, se les cayó el pelo y las uñas. Los cacharros se rompieron sin motivo y los pájaros se volvieron blancos. Al cabo de pocas horas todos los alimentos estaban infectados, para escapar de ese fuego los soldados se arrojaban a los ríos para lavarse ellos y su equipo”

¿Guerra nuclear en la antigüedad?

Resulta tremendamente inquietante el solo hecho de pensar que quién hace tres mil años sabía o podía imaginar un arma de fuego con semejante poder devastador, cuyos tremendos efectos tanto se asemejan a los que producen las armas nucleares. Un arma que quemaba, que hacía que se cayese el pelo y las uñas, tiene realmente difícil explicación, pues los autores de este supuesto relato o presenciaron algo realmente notable, insólito, inédito e imposible o poseían un don de profecía sin parangón en la historia de la humanidad. No menos misterioso es el hecho de que en el supuesto texto se describe que las citadas armas eran disparadas desde unas aeronaves llamadas Vimanas, que eran pilotabas por personas y mantenían batallas aéreas o completaban devastadoras misiones de bombardeo, como la descrita en el fragmento del texto citado.

Kisari Mohan Ganguli

Como es lógico, la historiografía oficial no contempla la citada descripción como un evento de características bélicas nucleares, mucho menos teniendo en cuenta el contexto histórico en el que presuntamente se produjo. De hecho cuando los primeros estudiosos europeos comenzaron a hacer exámenes sobre el texto a principios del siglo XIX, cuando el Imperio británico se extendió hasta la India, las referencias a naves voladoras y armas de destrucción masiva fueron consideradas como una hipérbole poética. Sin duda una conclusión posiblemente acertada, pues al parecer toda esta polémica surgió del supuesto historiador Kisari Mohan Ganguli. Aquel que defendió que esos textos sagrados de la India están repletos de descripciones de un gran holocausto nuclear en la antigüedad, de proporciones claramente superiores a Hiroshima y Nagasaki.

El Drona Parva y el Mausala Parva

Foto: http://www.etupdates.com
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El problema radica en que al buscar la fuente original del fragmento, esta no es nada fiable y surge la controversia, pues aquel supuesto verso del Mahabharata no aparece por ningún lado, al menos en el libro siete del mismo, el Drona Parva en el que supuestamente se debería encontrar. En cambio y en referencia a la aniquilación de los Vrishnis y los Andhakas. Sí que existe una referencia en el libro dieciséis, el Mausala Parva. Un fragmento que dice así: “Cuando llegó el día siguiente, Samva efectivamente parió una maza de hierro por la cual toda la raza de los Vrishnis y de los Andhakas fue reducida a cenizas. En efecto, para la destrucción de los Vrishnis y los Andhakas, Samva dio a luz, por esa maldición, una terrible maza de hierro que parecía un gigantesco mensajero de la muerte.” Sin duda un texto en mayor consonancia con la naturaleza mítica tanto del mismo como del contexto histórico en el que se produjo y, por tanto mucho menos enigmático y misterioso.

Frederick Soddy avivó la polémica

Frederick Soddy / Foto: http://www.ecologiapolitica.info
Frederick Soddy / Foto: http://www.ecologiapolitica.info

El caso es que cuando alrededor del año 1909 se comenzaron a conocer los efectos de la radiación sobre el cuerpo humano, el prestigioso físico Frederick Soddy en un libro llamado Interpretación del radio, dejó plasmada su sorpresa al percatarse de la semejanza entre la energía atómica y lo que se describe en este supuesto fragmento del Mahabharata de la siguiente manera: “No podemos leerlos sin considerarlos de alguna forma una justificación de la creencia de que alguna raza perdida de hombre obtuvo no solo el conocimiento que a nosotros se nos ha otorgado recientemente, sino también un poder que aún no es nuestro. Creo que ha habido civilizaciones en el pasado que estuvieron familiarizadas con la energía atómica y que por utilizarla mal fueron completamente destruidas”

Sin duda un precocísimo mensaje para una humanidad que no tenía por entonces ni atisbo de idea de lo que podía suceder treinta y seis años más tarde en una ciudad de Japón, que fue devastada por una de esas armas desconocidas. ¿Qué sabían aquellas civilizaciones que hemos olvidado? Los actuales estudiosos de la tradición sánscrita no encuentran la respuesta a las miles de las preguntas que les hacen plantearse aquellos textos, aquellas increíbles epopeyas. ¿Por qué coinciden en dataciones históricas similares de diversas civilizaciones –de las que algunas desaparecieron sin que nadie haya dado hasta el momento una respuesta contundente- la narración de textos míticos de cataclismos de naturaleza inexplicable?

El sorprendente cráter Lonar

Foto: https://sobreindia.com
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Para echar más ‘leña’ al fuego, a unos 400 kilómetros al noroeste de la populosa ciudad India de Bombay, en el sorprendente paraje de Maharashtra existe un cráter enorme de 2154 metros de diámetro llamado cráter Lonar. Los geólogos han establecido que tiene menos de cincuenta mil años de antigüedad, por lo que en ese periodo de tiempo lo lógico sería pensar que impactó en aquel enclave geográfico un meteorito de proporciones gigantescas. El problema llegó cuando no fue encontrada en la zona ni en el cráter, ni una traza de material meteórico, algo que lo convierte en un cráter de naturaleza única en su género.

El extraño hallazgo de Jodhpur

No muy lejos de allí, sin salir de la India, otro hecho inexplicable provoca cuando menos la extrañeza y nuevamente una catarata de preguntas sin respuestas. En una zona de la región India de Rajastán, a unos quince kilómetros al oeste de Jodhpur, sucedió algo que hizo alertar a todos los epidemiólogos del país. Y es que los índices de cáncer, sobre todo infantil, se dispararon muy por encima de la media del país. Llevaron a cabo una investigación y descubrieron la existencia en un estrato geológico de entre ocho y doce mil años de una capa de ceniza radioactiva de unos ocho kilómetros cuadrados.

Reinterpretación moderna de hechos míticos

Foto: https://culturacolectiva.com
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Los científicos se quedaron perplejos ante el hallazgo, al que todavía no ha podido dar explicación. Una explicación que un alto porcentaje de los hindúes -que sienten un gran apego por sus tradiciones- han creído encontrar en las entrañas literarias del tan apasionante como enigmático Mahabharata. Ese texto sagrado que posiblemente no sea suficiente como para reescribir la historia, pues casi con toda seguridad solo se trate de una reinterpretación moderna de unos hechos míticos –de la citada hipérbole poética-.

Es más puede que todo se deba a una incorrecta o sesgada traducción de los textos sagrados, como se apuntó con anterioridad. Pero resulta inquietante solo el hecho de suponer por un solo instante que en aquellos antiquísimos textos, en algunos de esos libros se encuentre la polémica descripción que en su momento aportó Ganguli, sólidamente discutida por la historia oficial. Y es que la semejanza del citado fragmento con el testimonio de aquellos supervivientes que contaron aquel infierno que vivieron en primera persona en la fatídica mañana de 1945, pone sencillamente los pelos de punta. Pues en aquel fatídico e ignominioso amanecer cientos de miles de personas murieron carbonizadas y, otras tantas se lanzaron al río salobre de Hiroshima para escapar de aquel calor abrasador de diez mil soles producido por ese hongo humeante de la devastación. El gran problema no radica en la veracidad de la traducción de Ganguli, sino en que aquella pesadilla no fue para nada un mito, sino una triste y dolorosa realidad que detuvo los relojes y que de no cambiar el rumbo, en algún momento de la historia podría volverlos a detener.

Foto: https://culturacolectiva.com
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