El último diez egipcio. Casi trescientos partidos con el Al Ahly y más de un centenar con la selección egipcia avalan a un jugador desconocido para el gran público. Su clase, la tranquilidad que transmitía sobre un terreno de juego se han visto tapados por la fortaleza de Aboutrika. No quería salir de su país, de su tierra, la que le había visto crecer y hacerse futbolista y, después de llegar al equipo más grande del país, el Al Ahly, se mantuvo fiel a unos colores hasta que la desgracia pudo con él y le trasladó a Abu Dhabi para vivir un fragmento de su último año como futbolista.

La carrera de Aboutrika comenzó en Giza, su ciudad natal y la tercera más grande del país, situada en el norte. Futbolísticamente hablando, Giza es famosa por su gran equipo, El Zamalek, el eterno rival del Al Ahly, el equipo donde Aboutrika triunfó como futbolista. Sin embargo, no era el gran equipo de la ciudad, el que luchaba por ganar el campeonato egipcio, quién tenía al joven Mohamed en sus filas. El estudiante de filosofía que enamoraría a los aficionados del fútbol en Egipto jugaba en el Tersana, un equipo modesto que, pese a ser el segundo más importante de la ciudad, militaba en la Segunda División del país. Allí empezó su brillante carrera en 1997, cuando tenía 19 años.

El paso de Aboutrika por el club que le había formado no fue, para nada, discreto. Desde que empezó a jugar con el primer equipo hasta 2003 el ídolo egipcio acumuló 169 apariciones en las que marcó un total de 93 goles, que le sirvieron para dar el paso definitivo en su carrera: fichar por el Al Ahly. Aboutrika era un jugador que acumuló cierta experiencia en la Egyptian Premier League, pues subió con el Tersana el año 2000. Sin embargo, nunca había conseguido pelear por un puesto que superara la octava plaza. Con el cambio de aires cambió todo. Decidió dejar Giza, así que hizo las maletas y se dirigió a El Cairo, la capital del país, para firmar su contrato con el equipo más grande del país. Había nacido una leyenda. 

Más que un futbolista

Aboutrika no se limitó a ser un ídolo de masas, una imagen explotada publicitariamente para lucrarse, como han hecho tantos futbolistas en los últimos años, siguiendo el modelo de David Beckham. Mohamed Aboutrika aparcó el lucro, rechazó cobrar más que sus compañeros y se negó a dejar su país natal para dedicarse a ayudar a su gente, la gente sin recursos, durante toda su carrera. El primer acto humanitario en el que participó fue en 2006, cuando ya se había asentado en el Al Ahly. Era un acto celebrado en Alemania, con estrellas como Ronaldo Nazario y Zidane como reclamo principal para que la gente acudiera al Partido contra la pobreza y ayudara en la recaudación de fondos. Además, el jugador es embajador de la World Food Organization y ha organizado diversos actos con UNICEF, UNESCO y otras organizaciones benéficas en su país. Sin embargo, "Trika" destacó por un gesto humanitario y reivindicativo durante la celebración de una Copa de África.

“Todo atleta tiene un papel humanitario. No sólo vive para sí mismo, sino también para los demás”. Mohamed Aboutrika

Nos trasladamos al año 2008. Concretamente, al 26 de enero. Ghana acoge la Copa de África y, durante el transcurso del torneo, la franja de Gaza es bloqueada durante diez días por Israel, condenando a los palestinos a vivir una grave crisis por falta de recursos. Ese día, la selección egipcia y Sudán se enfrentan en un encuentro del Grupo C. En el minuto 78, Aboutrika anota el segundo tanto de egipcio y sorprende a todo el mundo enseñando una camiseta con el lema "Sympatize with Gaza" como símbolo de apoyo hacia los habitantes de la franja.  El apoyo hacia ellos le convirtió en un ídolo en Palestina, donde se le homenajeó después de que Egipto ganara esa misma Copa de África, precisamente con un gol suyo.

"Estoy preocupado por la seguridad de los habitantes de Gaza. Están siendo asediados". Mohamed Aboutrika.

Pero no sólo se preocupó por lo que sucedía fuera del país. El licenciado en filosofía era uno de los firmes detractores del régimen de Hosni Mubarak, contra el que protestó en varias ocasiones. Se cuenta que una vez el dictador egipcio intentó utilizar la figura de Aboutrika para frenar una de las protestas de la plaza Tahrir, pidiéndole que dijera a los manifestantes que se calmaran y que se marcharan a sus casas. Sin embargo, el egipcio se negó y se unió a la protesta contra el líder nacional. El gesto no hizo más que levantar aún más el pedestal en el que le tenían los aficionados de Egipto, sobre todo los Ultras Ahawly -gupo de radicales del Al Ahly-, que organizaban protestas contra el gobierno de Mubarak y defendían una revolución social real. 

Líder de un país

Cuando fichó por el Al Ahly, su status en el fútbol africano subió. Empezó a encadenar partidos y buenas actuaciones y, con ellas, llegaron los títulos. Vestir la camiseta del "Nacional" no es tarea fácil, pues es uno de los equipos con más títulos internacionales (17) y el más grande de Egipto, que a la vez es el país con más Copas de África, pero "Trika", como algunos lo apodan, lo hizo a las mil maravillas desde el principio.Su primer título como jugador del Al Ahly llegó en la temporada 2004-2005, cuando ganaron la Egyptian Premier League, título que Aboutrika ha ganado en siete ocasiones. También ha ganado Copas, Supercopas, Champions, Supercopas de África... y hasta una Champions del Golfo Pérsico a nivel de clubes -un total de 22 con el Al Ahly y 1 con el Baniyas-, pero los títulos que engrandecen al Aboutrika futbolista son los individuales. 

Pese a no darles importancia, Aboutrika es poseedor de varios galardones individuales, un total de diez. Tales son los galardones que es el jugador con más títulos de mejor jugador africano del año (3), premio que entrega la CAF. También es el máximo goleador histórico de la CAF Champions League (31 goles), de las finales de esta (5 goles) y de los derbis Al Ahly - Zamalek, con 13 goles. También es uno de los jugadores con más títulos de la CAF Champions League, competición que ha ganado en cinco ocasiones. 

Dejando de banda su carrera como jugador de club, Aboutrika es admirado en Egipto por su rol con Los Faraones, la selección nacional del país, donde fue adorado en la victoria y culpado en la derrota. Debutó en el año 2001, cuando todavía jugaba en el Tersana, y en 2003 anotó su primer gol en un amistoso contra Trinidad y Tobago. Ése fue el primer gol de los 38 que marcaría en más de 100 partidos con Egipto. El Fenan dirigió a la selección de su país desde el carril del 10 durante años y llevó a la selección a ganar dos títulos de la Copa de África: en 2006 y en 2008. En ambas ocasiones, Mohamed fue uno de los referentes del combinado nacional, convirtiéndose en héroe de su país. Sin embargo, ha dejado la selección con una espina clavada de la que nunca se podrá librar: no ha podido llevar a su país a disputar un Mundial. Ese hecho también ha privado que el gran público disfrutara del alegre juego de "Trika".

La tragedia apaga su luz. El inicio del fin

1 de febrero de 2012. Al Ahly y Al Masry se enfrentan en Port-Saïd. Era un encuentro afectado por las graves tensiones en Egipto tras la Primavera Árabe, que podría provocar altercados entre los aficionados. Hosni Mubarak vivía sus peores momentos como dictador egipcio tras las revoluciones organizadas contra su régimen y la tensión se trasladaba a los aficionados furbolísticos provocando algunos altercados entre aficiones. El partido Al Masry - Al Ahly era un encuentro remarcado por el riesgo de altercados. Ultras Ahawly, el grupo radical de seguidores del Al Ahly, era el representante de la clase obrera en Egipto y uno de los que se posicionaron claramente a favor de la Primavera Árabe y del derrocamiento del régimen de Mubarak. En cambio, el Al Masry era un equipo que defendía firmemente a Mubarak y sus ultras, que provocaron el grave suceso, se declaraban defensores de los intereses nacionales de Egipto.

“Esto no es fútbol, es una guerra y la gente se está muriendo. Es un día que no vamos a poder olvidar nunca en nuestras vidas” Aboutrika, anunciando su retirada.

El partido se desarrolló con relativa tranquilidad, con el equipo local, el Al Masry, ganando por 3-1 a los campeones egipcios, que perderían su primer partido en la temporada. Sin embargo, el pitido final dio inicio a una tragedia. Los ultras del equipo local, desbocados por la alegría, saltaron al terreno de juego con hambre de sangre. Corrieron a través del campo y se dirigieron hacia los jugadores y aficionados del Al Ahly con ánimo de atacarles. Los jugadores y algunos aficionados del conjunto de la capital egipcia consiguieron escaparse hasta llegar al vestuario, pero no corrieron la misma suerte los 72 aficionados fallecidos en el momento, ni tampoco los más de 1000 heridos que sufrieron el ataque de los hinchas locales, que iban armados con navajas, cuchillos y botellas de vidrio rotas. 

Fue allí donde la sonrisa de Mohamed Aboutrika empezó a desaparecer. Sus primeras declaraciones, junto a su compañero de equipo Bakarat, fueron a través de un comunicado conjunto. Allí, el héroe del Al Ahly, comunicó su retirada por primera vez. Las tensiones en Egipto fueron demasiado para él y su compañero. El fútbol egipcio estaba de luto y el retiro de su líder les hundió aún más en la tristeza. Sin embargo, Aboutrika se replanteó la retirada y continuó jugando, llegando ese mismo año a la final de la CAF Champions League. Ese fue uno de los momentos más emocionantes de la temporada. En la ida, el campeón de la Egyptian Premier League empató a uno con el Esperance, el equipo más potente de Túnez. En la vuelta se decidiría todo. Aboutrika se sentaba en el banquillo del Estadio Olímpico de Radès. Su equipo necesitaba una victoria a domicilo para poder conseguir el título y dedicárselo a los aficionados fallecidos meses antes. Entró cuando su equipo ya se había adelantado por partida doble, para disfrutar de los últimos minutos del partido más emocionante de su carrera. El pitido final sonó y los jugadores del Al Ahly estallaron llenos de júbilo por haber conseguido ganar el trofeo más importante de África por séptima vez en la historia. 

Aboutrika: "Lo hicimos por ellos y sus familias".

Llegaba el momento de recoger el trofeo. Lejos de seguir el procedimiento habitual, de subir al escenario y levantar el título, los jugadores del campeón se cambiaron la indumentaria. En la parte de delante llevaban el número 72, en recuerdo a las víctimas de Port-Saïd. Ghaly, capitán del Al Ahly esa noche, subió a recoger el título, miró al cielo y lo levantó hacia allí. Emoción y alegría se mezclaron en la celebración de un título que fue lo único que mantenía ligeramente viva la luz de Aboutrika.

El último suspiro

El golpe, sin embargo, superó a Aboutrika. Aprovechando la suspensión de la liga de Egipto, salió del Al Ahly para probar suerte en el extranjero por primera vez en toda su carrera. El Baniyas de los Emirates Árabes Unidos fue el destino que eligió El Saher para recuperar su sonrisas. En poco tiempo se ganó la admiración de los seguidores del equipo, pues se convirtió en una pieza clave para el equipo, con el que consiguió anotar cinco goles en catorce partidos. Además, el paso por el extranjero le sirvió para rendir homenaje a las víctimas de Port-Saïd: lució el número 72 con el conjunto de Dubai en recuerdo de las 72 víctimas mortales.

Cuando la liga volvió a celebrarse en Egipto, la cesión de Aboutrika al Baniyas se terminó y "Trika" volvió al Al Ahly para ayudar al equipo a conseguir la liga egipcia y, posteriormente, a revalidar el título de la CAF Champions League, el quinto en toda su carrera, todos con el Al Ahly. El Fenan volvía a sonreír después de tanto tiempo, y se sentía más preparado que nunca para afrontar el que sería su último reto: llevar a Egipto a jugar un Mundial; el de Brasil 2014. Lo tenía todo a su favor. Tras anotar dos goles en la final de la Champions africana -uno en la ida y otro en la vuelta-, llegaba a la fase decisiva con la moral muy alta. 

Los faraones estaban intratables en la fase de grupos. No perdieron ni un solo partido y se mostraron arrolladores ante todo rival. Aboutrika, consciente de que esta era su última oportunidad de jugar un Mundial, mostraba todas sus habilidades en cada partido que jugaba con la selección a la que llevó a conseguir varios títulos de la Copa de África. Pero al llegar las eliminatorias, los faraones se encontraron con uno de los peores rivales que les podía tocar: Ghana.

Faraones y Black Stars se medían en la eliminatoria para llegar a Brasil. Era la última oportunidad de una generación de oro a la que le faltaba la guinda para coronarse. Venían sin perder ningún partido y con más confianza que nunca, pero Ghana fue demasiado para ellos. Empezaron a encadenar goles en su casa y los ánimos de los faraones cada vez estaban más tocados. El partido acabó 6-1 gracias al fol del honor de Aboutrika y los visitantes necesitaban un milagro para conseguir llegar al Mundial. Desgraciadamente, no se logró. Egipto ganó 2-1 en El Cairo pero no fue suficiente para llegar al Mundial.

Este fue el fin de Aboutrika. Con 35 años y una exitosa carrera recorrida, el no poder llevar a su país a un campeonato del mundo le empujó a tomar la decisión definitiva. La decisión de dejar huérfano al fútbol egipcio, que ha perdido a una estrella que ha alumbrado los últimos 16 años de fútbol en ese país dando juego, ilusión y ayudando a hacer de Egipto un lugar mejor con reivindicaciones sociales y humanitarias. Una estrella cuya luz se empezó a apagar por culpa de la tragedia y de la que ya no queda nada, sólo un número que quedará por siempre en la retina de todo aficionado de El Nacional: el 22.