Veinte años después el Torino volvía a disputar un partido en una competición continental, y lo hacía con una alineación que presentaba muchas novedades. Ventura tan solo repitió con dos hombres de los que salieron el domingo pasado a disputarse los puntos en Génova, Molinaro y Darmian -hoy capitán-. Una de las grandes novedades se presentaba en portería. En lugar del internacional Padelli actuaría el belga Gillet, que llevaba 16 meses sin disputar un encuentro oficial, aunque a la postre acabaría siendo de los mejores del Torino.

El balón comenzó a rodar pero no así el ímpetu de los dos equipos. Brujas y Torino se tenían demasiado respeto mutuo como para arriesgar más de la cuenta cuando no era necesario. En este guión del encuentro, el Torino se encontraba cómodo. Se asentó sobre el campo y comenzó a tener la pelota, apoyado en unos buenos Gazzi y Benassi, y en un excepcional Jansson que cumplía con creces la tarea de la subida de balón. Lo único que faltaba era mordiente arriba. Lo intentó un par de veces Quagliarella desde lejos pero sus disparos no creaban sensación de peligro.

Entre tanto los locales comenzaron a soltarse. Apoyados en el jovencísimo Felipe Gedoz caído a banda derecha comenzaron a llegar las ocasiones locales. En estas llegó la mejor ocasión de la primera parte en ambos conjuntos. Gedoz sacaba un córner al punto de penalti donde Duarte aparecía completamente solo en un fallo en la marca de la defensa granata, pero su remate lo sacaba Gillet con una demostración de reflejos que dejó boquiabiertos a todos los presentes. Los locales comenzaban a gustarse y comenzaban a encerrar al Torino en su área.

Aun con todo, en una jugada aislada, Sánchez Miño recibió en el área y colocó un buen pase atrás que Quagliarella no llegó a empujar a la red. El Torino metía el miedo en el cuerpo justo antes del descanso. Con un Brujas de menos a más y con un Torino de más a menos se llegó a la charla de los técnicos en los vestuarios.

La segunda parte no hizo más que confirmar lo que se venía apercibiendo. El Torino comenzaba a desinflarse y los locales comenzaban a agrandarse sobre el verde. Y eso que la segunda parte prometía un encuentro más animado con un intercambio rápido de golpes, pero no tardó mucho el Brujas en hacerse con la posesión y el dominio del encuentro. Las mejores ocasiones de la segunda mitad llegaban de la mano de unos imprecisos locales. Gazzi tenía completamente seco a Fernando, por lo que el juego del equipo belga pasaba por las botas de Gedoz. El propio Gazzi tuvo que salvar una ocasión clarísima de gol cuando los locales ya se relamían los labios con el tanto.

Cuando el partido entraba en su recta final, en el que se volvió espeso y sin ideas, los locales dispusieron de una última ocasión clara para llevarse los tres puntos, pero Gillet realizó la que, sin duda, será una de las paradas de la jornada. El partido iba a morir tal como empezó, con los dos equipos sin tomar riesgos y con la pólvora mojada arriba.

El Torino se coloca segundo de su grupo empatado con el Brujas y por detrás del Copenhague tras la victoria de los daneses en su estadio ante el HJK por dos goles a cero.

Así se movieron Brujas y Torino sobre le césped

Torino - Brujas - Football tactics and formations