España ha vuelto a los Juegos Olímpicos, tras dos ediciones de ausencia, de la peor manera posible. La derrota ante Japón, unida al empate entre Honduras y Marruecos, le condena a la última posición del grupo y a vencer en los dos compromisos restantes para no tener que hacer las maletas antes de tiempo. Por segunda vez desde que existe la fase de grupos en los Juegos,1960, España suma una derrota en el primer partido. La anterior ocasión se dio en los Juegos Olímpicos de Montreal, en 1976, en los que España perdió ante Brasil (2-1). En aquella ocasión, el equipo de Kubala regresó a España de vacío.

Se avecinaban cambios en la alineación de Luis Milla, uno por obligación-Muniain-, y los restantes eran consecuencia del juego de Japón. Para tratar de contrarrestar la férrea presión que intuía le iban a plantear los nipones, el técnico prescindió de uno de sus jugadores con mayor calidad, Ander Herrera, para dar consistencia a la medular con Koke. Por delante, Isco, al mando de las operaciones, estuvo completamente perdido.

Su labor consistía en dar sentido al juego español actuando con la medular y el carril del ocho como límites. Sin embargo, por delante iba a aparecer Mata, que contó con una total libertad de movimientos, la mayoría de los cuáles tenían como destino la parte central del campo. Por delante, la ausencia de Muniain dio entrada a Rodrigo, poco combinativo en la primera parte y desaparecido en la segunda, y Adrián, sin apenas opciones desde el carril diestro, los cuáles acabaron siendo víctimas de la telaraña defensiva de Japón.

No obstante, el mayor obstáculo de España hacia la victoria estuvo en su propia línea defensiva. Consciente de que el peligró nipón lo llevarían Nagai y Otsu por el costado zurdo, Milla alineó a Íñigo Martínez y Domínguez, dos centrales zurdos. Ninguno de ellos atraviesa por un buen momento, y la evidencia estuvo en que el primero acabó expulsado antes del descanso y el segundo acabó a las órdenes de Javi Martínez en el segundo acto. Además, los laterales, una especie de la que La Rojita puede presumir, completaron su tarde más espesas, con contadas apariciones por el frente de ataque hasta el ingreso de Herrera en el campo.

Si la mitad de los efectivos de la línea defensiva no aportaban seguridad, De Gea no fue una excepción. El reputado meta del Manchester United, de 1'93 metros de altura, cometió un grave error en la jugada que propició el único tanto del partido Japón botó un córner directo al corazón del área, territorio del guardameta, pero De Gea no se decidió a salir y, por mucho que lo intentó con el pie, no tuvo más remedio que sacar el balón de las mallas. A raíz del gol, España se derrumbó emocionalmente y acabó con un efectivo menos. Con 0-1 en contra, un futbolista menos y toda la segunda mitad por delante, el desgaste físico hace mella, y la empresa se tornó en imposible al son que avanzaban los minutos.

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