Durante la campaña 2011 Denard Robinson fue considerado uno de los talentos más prometedores de cara al futuro del football colegial y un candidado seguro para el Heisman en la campaña 2012, máximo favorito realmente para la conquista de dicho galardón. Pero todo se torció tras un 2012 en el cual no se cumplieron las esperanzas depositadas sobre el programa de Michigan ni él mismo.
Robinson se convirtió en el primer jugador en la historia de la NCAA en lograr 2,500 yardas, o más, por aire sumando por tierra 1,500 yardas más. En los Wolverines de la Universidad de Michigan impuso récord de anotaciones con 91 touchdowns.
Su estilo de juego de carrera le dio facilidad para lograr dejar Michigan con un total de 4,495 yardas en acarreo, la mayor cantidad para un pasador en la historia de la FBS.
Pero no veremos a Robinson como quarterback a partir de 2013, al menos no en la NFL. Él lo sabe y realmente, se sabe.
El jugador es consciente de que su papel pasará por ser receptor abierto, transición que supo llevar durante 2013 en varios juegos y no se cree sea mayor preocupación para que demuestre su talento sobre los emparrillados de la liga