Llegaba el partido en uno de los peores momentos para ambos conjuntos. Sumergidos en una mala racha tanto de juego como de resultados, arandinos y pucelanos afrontaban dicho encuentro prácticamente como una final. Con seis puntos en su haber, la necesidad por un triunfo se hacía presente en las dos plantillas por lo que el encuentro se presuponía bonito.

Comenzaban los primeros treinta minutos con un ritmo vertiginoso. Los locales, espoleados por un gran, una vez más, Príncipe de Asturias imprimían una velocidad endiablada. Lejos de asustarse, los pupilos de Nacho González sacaron su potencial. De la mano de César Pérez en la portería y con Fernando Hernández en ataque, el bagaje se mostraba favorable para los vallisoletanos (3-5).

A partir de aquí, hasta el final de la primera mitad, solo hubo una cosa: igualdad. Tras esta ventaja visitante el Villa de Aranda comenzó a sacar su mejor versión. Mostrando sus mejores acciones ofensivas aniquilaban la meta vallisoletana sin muchos problemas. El toma y daca estaba servido por lo que la diferencia era mínima sobre la pista.

Con el partido en tablas, el Cuatro Rayas dió un poco más. Con lo justo, los de Nacho González volvieron a ponerse por delante en el marcador (13-14). Pero el primer acto duraba media hora. El tiempo que los visitantes no quisieron jugar fue aprovechado por los locales para irse al descanso con una ligera ventaja (15-14).

En la reanudación César Pérez volvía a demostrar que los vallisoletanos tienen portero para rato. Con un recital de paradas el cancerbero era el sostén de su equipo que veía como era sobre pasado en todos los sentidos por su rival. Junto a él, Fernando Hernández que fue un quebradero de cabeza para la defensa arandina. Pero el Villa de Aranda, ante todo, es un conjunto. Todos van a una y eso se notó ayer en tierras burgalesas.

Además, ayer contaban con Diego Camino en sus filas. El mayor de la saga y vallisoletano de nacimiento volvió a demostrar el tipo de jugador que es. Con la batuta en su mano guió a sus compañeros para conseguir una buena renta en el electrónico (23-19). Aquí llegó el tiempo muerto visitante ya que la distancia empezaba a ser peligrosa.

Pero los vallisoletanos no se rindieron. Con más corazón que juego lograron remontar e, incluso, dar la vuelta a la situación para situarse un gol por encima (24-25). Pero fue puro espejismo. La intensidad volvió a ser la clave de un encuentro en el que el Villa de Aranda se llevó la palma. 

A esto se sumaron Sladic y Cabanas que con 7 y 8 goles respectivamente fueron los máximos protagonistas de su equipo y ayudaron a sumar una importantísima victoria para su equipo por 32-30. Así, los locales respiran mientras que los visitantes pueden caer hoy mismo en puestos de descenso si Puente Genil derrota al colista Bidasoa.