Es la mesa en la que todos los jugadores de póker quieren estar y, sobre todo, es la que todo aficionado a este popular juego de cartas quiere ganar. Es la mesa final del evento principal de las series mundiales de Póker y ya se conoce su ganador. Después de nueve días de competición (siete de ellos en Julio y dos a partir del nueve de noviembre) y de más de 6500 jugadores eliminados, el sueco Martin Jacobson ha logrado la victoria ante el noruego Felix Stephenson y se ha hecho con el brazalete de campeón del mundo.

Pese a que comenzó la mesa final siendo el octavo (de nueve jugadores) en número de fichas, y pese no haber ganado ningún torneo de póker hasta el día de ayer, el jugador profesional sueco se ha llevado el gato al agua y el premio gordo en una larga mesa final. Sin hacer movimientos que hiciesen peligrar sus fichas y con la tranquilidad que le caracteriza, logró pasar el corte y meterse en el corte del segundo día, junto con el noruego Stephensen y el holandés Van Hoof. Y allí, dio su mejor versión y no dio tregua a sus rivales, que acabaron siendo eliminados por él mismo.

Noruega, Suecia y Holanda

Nueve jugadores empezaron la mesa final el nueve de Noviembre en el casino Rio, en Las Vegas, la capital mundial del póker. Destacaba la presencia de cinco jugadores no estadounidenses, algo no muy habitual en la mesa final. Entre los nombres destacaba el del norteamericano Mark Newhouse, que pudo repetir mesa final en dos años consecutivos, algo que no pasaba desde hacía diez ediciones.

Se empezaron a repartir las cartas y a medida que pasaban las manos no se produjeron grandes cambios en el número de fichas de los jugadores. Newhouse fue el primero en abandonar la mesa, repitiendo la novena posición obtenida el año anterior, y detrás de él la abandonó el brasileño Bruno Politano. Quedaban siete jugadores y cada vez la presión del dinero y de los premios en metálico era más grande para los que aún seguían en pie.

El americano Dan Sindelar fue eliminado en séptima posición y poco después, para tristeza de los aficionados españolas, lo hizo Andoni Larrabe. El vasco lograba así la segunda mejor posición de un español en el evento principal del nueve de noviembre, sólo por detrás de la actuación en 2001 de Juan Carlos Mortensen, que acabó ganando el torneo. Y Billy Papas, el único jugador no profesional de póker que quedaba en la mesa (profesional, si, pero como jugador de futbolín), se marchó eliminado en quinto lugar y con más de dos millones y medio de premio.

Tres contra uno. Las posibilidades de tener a un estadounidense en los "heads-up" era muy pobre, más aún cuando éste era el jugador con menos fichas de la mesa. Sin la posibilidad de ganar grands botes en sus manos vencedoras, William Tonking fue eliminado por Van Hoof, esperando un trébol para completar su color que no llegó después de acumular cuatro cartas del mismo palo después del flop.

Dos dieces rojos y diez millones de premio

Tres hombres pasaban el corte del primer día y se disputarían los diez millones del premio en el segundo día de la competición. El holandés Van Hoof lideraba, pero su juego en las siguientes manos mostró una debilidad que sus dos rivales supieron aprovechar para desarmarle y arrebatarle la gran mayoría de sus fichas. Un mal juego del holandés coincidió con la sensación contraria en sus dos compañeros de mesa, que aprovechó Jacobson para eliminarlo y doblarse en su cantidad de fichas de cara a los tan deseados "heads up". 

En el cara a cara de jugadores nórdicos se impuso lo lógica, es decir, el jugador más veterano y el que más fichas acumulaba hasta ese momento: Jacobson. Tuvo a raya al noruego y no le permitió aumentar sus reservas de fichas. En la mano final, el noruego apostó todas sus fichas a su mano, un As-9 de corazones, y provocando el "call" de su oponente, con una pareja de dieces. El sueco flopeó un diez más a su mano y cerró prácticamente la mano y el torneo. Las siguientes manos descubiertas no obraron el milagro que buscaba Stephenson y dieron como vencedor a su rival, el sueco. 

Desplegando su mejor juego, el sueco se llevó una victoria merecida y ante un rival que poco pudo hacer para evitar su claro triunfo. Se endosó las últimas fichas que le quedaban por ganar y se llevó los diez millones de premio final, junto con el brazalete que le acredita como vencedor. Un gran triunfo para un jugador que finalmente se dedicó al póker profesional por culpa de un trabajo como chef que no consiguió en un restaurante de Barcelona. 

Larrabe no pudo volver a repetir la historia

Con la miel en los labios se quedaron los amigos y familiares del vasco Andoni Larrabe cuando el vasco apostó todas sus fichas para doblarse y el holandés Van Hoof flopeó una pareja de reyes, dejando a la jota y el diez de tréboles del vasco muy por debajo de la mano de su rival. Sin cambios durante las siguientes cartas descubiertas, el holandés ganó la mano y eliminó al vasco, dejándolo en sexto lugar y con un premio de más de millón y medio de dólares.

"A young one, but a talented one" (Un joven, pero con talento). Así definió una de las voces más famosas del póker, Norman Chad, al jugador vasco en una de las jugadas de las fases de clasificación. Fiel seguidor del Athletic de Bilbao y siempre con su camiseta puesta durante el torneo, Larrabe comenzó a destacar en el evento principal poco después de comenzar, acumulando las fichas suficientes para mantenerle en el top - 10 y con muchas posibilidades de jugar la mesa final. 

En la mesa final del nueve de noviembre vio como varios de sus contrincantes se iban y como su premio aumentaba por cada eliminación en la mesa, pero poco pudo hacer ante Jorryt Van Hoof, el dominador de la mesa del primer día de la mesa final. Quedaba eliminado y se convertía en el segundo español de la historia en conseguir ser parte de la preciada mesa del campeonato del mundo, solo por detrás de Carlos Mortensen, ganador en la edición de 2001.