El final de la pretemporada trae consigo decisiones que afectan más allá de las fronteras de cada equipo. Las pruebas en los cuatro partidos de preparación son múltiples y los cuerpos técnicos seleccionan y cortan jugadores hasta el máximo de 53 por plantilla. En este caso, aunque los Buffalo Bills han estado centrados mayoritariamente en la dirección del ataque, el puesto de running back se ha visto afectado tras la decisión de prescindir de los servicios de Fred Jackson. El jugador nacido en Texas ha permanecido en la franquicia los últimos ocho años de su carrera llegando a liderar la liga en yardas corridas en 2009.

Pero su carrera tomó una nueva dirección a sus 34 años cuando el 31 de agosto fue cortado por los Bills. Pero no estuvo  mucho tiempo en la agencia libre, ya que Pete Carroll se encontró con la necesidad de buscar un jugador que pudiese suplir los minutos de descanso de Marshawn Lynch, tras la lesión de Robert Turbin cuya duración aún se desconoce. De esta forma se reúne con su excompañero en Buffalo años atrás.

Tras la derrota en la pasada Superbowl XLIX, en Seattle han decidido hacer varios cambios en su faceta más débil, el ataque. Principalmente, se hicieron con los servicios de uno de los tight ends más dominantes de la liga, Jimmy Graham, cuyo rendimiento había disminuido en los New Orleans Saints. Con el apoyo de Jackson, las armas ofensivas que Russell Wilson tendrá a su disposición empiezan a ser notables, y plantea una variedad de opciones en ataque de las que no gozaba anteriormente. Sin duda es un jugador con experiencia que puede cubrir con solvencia la ausencia de Robert Turbin. Aunque el dilema para Carroll vendrá cuando los tres estén en plena forma. Hasta entonces, el ataque de los Seahawks parece irse equiparando muy lentamente a su gran defensa.

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Sobre el autor
Martín López Moreno
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