El duelo divisional fue para Giants. Mucho se especuló sobre la “muerte adelantada” de New York a poco del inicio de la temporada. El repunte de Washington en casa ante Rams y los flojos desempeños de Eli Manning, presagiaron apresuradamente un resultado inverso al que muchos imaginaron. En definitiva, un gran primer cuarto del conjunto de “la gran manzana” fue suficiente para destruir los pronósticos apocalípticos.

En la NFL, los números nos engañan y los fanáticos y especialistas son (somos, me incluyo) propensos a estudiar los partidos según las estadísticas, pecando a la hora de analizar desempeños o rivales. Los comienzos de Seahawks, Colts, Ravens o Lions sorprenden por algunos factores, pero que Giants arranque 0-2 no es llamativo. El año pasado sucedió algo similar y los de New York ganaron en la semana 3 ante Texans.

El juego del jueves de la semana 3 fue simplificado para los locales por las intercepciones a Kirk Cousins (2), quien es confirmado semana a semana porque RGIII no es tenido en cuenta. Además, Eli Manning pudo despegar su fuerza aérea y el equipo defensivo resurgió para ser protagonista.

La primera intercepción de Prince Amukamara Cousins fue trascendental para aminorar las aspiraciones de la visita. Andre Williams anotó el touchdown inicial y marcó el rumbo del juego. Previo a esa acción, Rashad Jennings había bloqueado una patada de despeje y, como el balón salió de la zona de anotación, valió el safety. Un gol de campo de Josh Brown sentenció el 12-0 parcial del cuarto.

Luego, los períodos siguientes sirvieron para el intercambio de goles de campo, pero en el desarrollo solo agregaron estadísticas y fallas. Todo el trabajo que Redskins realizó por tierra con Alfred Morris ante Rams y Dolphins fue destrozado por la muralla neoyorquina. Para colmo, otra lesión complica el armado del equipo de cara al futuro, ya que DeAngelo Hall venía desempeñándose con solidez, hasta que su rodilla derecha dijo basta.

Lo mejor sucedió en el último cuarto, donde ambos marcaron dos veces touchdowns, con las defensivas desgastadas por el trajín del partido. El definitivo fue de Odell Beckham, quien atrapó un pase de Manning de 30 yardas y en 15 juegos ya acumuló 1.474 yardas con 17 touchdowns. Tremendo.

No solo Beckham trabajó exitosamente, también lo hizo su compañero Rueben Randle, quien acumuló 116 yardas en 7 recepciones y marcó una anotación tras otro notable lanzamiento de Eli, quien retornó del ostracismo para dejar en claro que ostenta dos anillos grandes.  

Chris Thompson descontó puntos en una serie de 74 yardas, mientras que Rashad Ross regresó una patada en un trayecto de 100 yardas para el touchdown definitivo del encuentro. Washington jamás tuvo posibilidades de dar vuelta la historia. En cambio, Giants manejó los hilos del partido como si se tratara de un entrenamiento y, con el triunfo, reaviva la competencia en la división.

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