La gran temporada de los Bengals finalizó la pasada noche cuando a falta de 14 segundos para la conclusión Pittsburgh anotó un field goal que les daba la victoria. El partido fue muy intenso, con demasiados golpes innecesarios, con un último cuarto de infarto. Con esta victoria, los Steelers viajarán la próxima semana a Denver para enfrentarse a los Broncos, primer clasificado de la conferencia AFC.

Partido bronco y tenso

El comienzo del partido fue intenso, con ambas defensas imponiéndose bajo una intensa lluvia. Al ser rivales de la misma división, la tensión entre ambos equipos era notable, con broncas entre jugadores y golpes a destiempo. El guión del partido era el previsto, con los ataques intercambiando punts y viendo más testosterona que football. Así fue como discurrió el primer cuarto, con los equipos más atentos de no cometer errores que de forzar al rival a cometerlos. Fue ya en el segundo periodo cuando llegaron las primeras sensaciones de que era un partido de NFL y no una pelea callejera, y bajo este manto fueron los Steelers los que consiguieron desenvolverse de mejor manera.

Tal vez fuese porque los Bengals no contaban con su quarterback titular, Andy Dalton, que se lesionó precisamente en el último partido contra Pittsburgh, sino con AJ McCarron, que se enfrentaba a su primer partido importante en la liga. La lluvia tampoco ayudaba, pero se le veía impreciso en los pases, que eran de media y corta distancia, buscando no cometer errores. La primera anotación del partido llegó después de un intercambio de pérdidas entre ambos equipos, primero con un fumble de los visitantes, y luego con la única intercepción que cometieron los locales. Tras aprovecharse de la gran posición de campo, los Steelers anotaron un field goal que les daba la primera ventaja en el marcador. En los momentos finales de esta segunda mitad los visitantes aumentarían la distancia en el electrónico con otro field goal, llegando al descanso con el triste marcador de 6-0.

El tercer cuarto continuó con la misma historia del choque, con la lluvia haciéndose notar así como ambas defensas. Con el balón mojado, la aparición de fumbles parecía más probable, como vimos en la primera secuencia ofensiva de los locales. Tras esta pérdida fueron los Steleers los que volvieron a anotar, esta vez con otro field goal. A falta de cinco minutos para la conclusión del tercer cuarto fue cuando llegó el primer touchdown del encuentro. Este llegó tras una buena secuencia ofensiva por parte de Pittsburgh, que concluyó con un pase de Roethlisberger a Bryant en la zona de anotación, con una recepción espectacular del jugador, de las mejores de la temporada. La lluvia seguía causando estragos en los locales, que cometieron el segundo fumble del cuarto, pero un placaje al quarterback de los Steelers le dejó dolorido, creciendo así las esperanzas de los Bengals, llegando al último periodo.

La maldición de los Bengals en playoffs

El equipo de Cincinnati lleva sin ganar un partido en playoffs desde 1990, y tampoco será este año. Tras conseguir una liga regular histórica en la franquicia todo parecía indicar que sería uno de los equipos que lucharían por la Superbowl, y después de conseguir una remontada importantísima fueron las penalizaciones de la defensa lo que les arrebató el triunfo al final del choque, pero comencemos por el principio. La primera secuencia ofensiva del cuarto llegó de mano de los Bengals, consiguiendo los primeros puntos del partido en forma de touchdown. Este llegó tras una penalización de la defensa visitante, que les dejó muy cerca de la zona de anotación, concluyendo con una carrera de una yarda de Hill. La defensa de los Bengals seguía haciendo su trabajo, en este cuarto de manera más eficiente por la lesión de Roethlisberger, y frenaba en cada ataque a los visitantes. Los de Cincinnati seguían anotando en ataque, primero con un field goal que reducía la ventaja, y posteriormente consiguiendo la misma con un touchdown de AJ Green a pase de McCarron tras 25 yardas. Con la ventaja en el marcador y la principal figura de los Steelers en el banco, el triunfo local parecía muy probable. Este sentimiento aumentó cuando a falta de 1:43 para el final del choque los Bengals consiguieron una intercepción en campo rival.

Fue en este momento cuando la suerte dió un giro de 180º grados apuntando directamente al equipo visitante. En la jugada posterior a la intercepción, Cincinnati cometió el tercer fumble de la noche, devolviéndole en balón a los rivales. Esa secuencia ofensiva fue dirigida por Roethlisberger, que volvía al campo, y daba comienzo el despropósito de la defensa local. Primero con un golpe a destiempo sobre el receptor Antonio Brown, que regalaba quince yardas a los rivales, y en la jugada siguiente un comportamiento antideportivo fue penalizado de nuevo por los árbitros, dejando a los Steelers en la zona mínima de field goal. Estos no lo desaprovecharían y volvieron a tomar la ventaja con ese field goal a falta de solo 14 segundos. Así acababa el partido, con los Steelers celebrando y tanto afición como jugadores de los Bengals desconsolados, lamentándose del final de temporada tan cruel que el destino les tenía preparado.