La Salobreja cambió su estatus de pabellón por teatro para asistir a una de las comedias más desternillantes que se pudieron ver en la Liga Nacional de Fútbol Sala en la presente temporada. Sin que nadie preguntara, los futbolistas se quedaron de cartón-piedra y pasaron a formar parte del atrezo, pues los papeles protagonistas recayeron sobre la pareja arbitral, que se hinchó de recibir gritos y palmas de la grada. Todos ellos irónicos, pues ningún bando quedó satisfecho por la puesta en escena que se vio en el parqué.

Si bien el Jaén FS estuvo colapsado por los papeles principales, no quiso faltar a ejecutar el guión de toda la temporada, el de empezar por debajo en el marcador: son ya 19 partidos (de 25) que el equipo andaluz recibe el primer tanto del encuentro, una faceta en la que sólo lo supera el Elche (20). Jorge Santos acertó a embocar un rápido contragolpe dirigido por Nano Modrego, a pesar de la resistencia que opuso Dani Cabezón en detener el balón. Tres minutos más tarde, Richi Felipe aprovechó un saque de banda del propio Nano y anotó casi al trote en el segundo palo. En esos momentos los aragoneses disponían de una tranquilidad definitoria y despedazaban a su rival como un cuchillo corta la mantequilla: casi sin forzar.

Los jiennenses no habían dispuesto de una sierra afilada hasta que apareció Solano, el mejor jugador amarillo en las últimas jornadas. Con confianza, el cordobés se siente dominante y poderoso, le salen las cosas que intenta y arroja luz al equipo, que le devuelve la confianza con constantes balones. Las maniobras, poco a poco, fueron eficaces y antes de cumplir diez minutos del primer tiempo, el pívot se hizo un hueco al borde del área y reventó lo que usualmente se conoce como "escuadra" para levantar a la grada. Además, el gol coincidió con la quinta falta de su adversario, por lo que la alegría fue doble y la inercia, ganadora.

Se inició entonces el arrebato jiennense en busca del empate cuando todavía no eran conscientes de que hubo un telón que se levantó. Se cercioraron del terciopelo cuando Dani Martín sufrió una falta que hubiese conllevado un lanzamiento de 10 metros y lo único que se escuchó fue el "fuera, fuera" del público allí asistente, como si de repente se hubieran retrepado sobre unos muelles. Aguarden, lo gracioso vino después, cuando por la mera ley compensatoria (que cumplen los inseguros) los colegiados penalizaron un piscinazo de Jordi Campoy como sexta falta aragonesa. Incluso en el propio patio de butacas se veía algún que otro pañuelo blanco, síntoma de que a los protagonistas se les había ido el texto de forma evidente.

Emilio lo transformó y plantó el empate en el marcador. Se sucedieron entonces las ocasiones para los locales y D-Link Zaragoza, a pesar de la inestabilidad del terreno, supo aguantar las embestidas de Eloy Rojas (palo), Boyis, Dani Martín (tacón) o las diabluras de Jordi Campoy. La sensación en los jiennenses es que era muy posible que se llevaran el partido, como si al final la bola fuera entrar por méritos propios. No obstante, el D-Link se encontró con otro lanzamiento de 10 metros que no pudo transformar Nano Modrego, en parte, porque Chema Mella se posicionó de forma adelantada (recuerden esto). El descanso presentó un empate con sabor a risotada.

A la vuelta Dani Cabezón salvó un mano a mano a Nano Modrego y un disparo lejano de Retamar, lo que hacía pensar que el ceutí seguía completando un encuentro con alta eficiencia. Se vio desprovisto de defensa en varias jugadas y acertó a despejar casi todo lo que le llegó sin que pareciera descabellado dirigirse a él como artífice de que su equipo se mantuviera con pulsaciones. En esto que a Boyis le vino el síndrome de Ricardinho y dejó dos caderas zaragozanas rotas en una baldosa, pero no pudo culminar. Dominaba el Jaén Paraíso Interior, pese al egoísmo de Dani Martín en cuatro (o mil) ocasiones, y se venía arriba. Mientras tanto, balones que no salían de la cancha eran sancionados como saques de banda, todo ello para que no se olvidara hacia dónde deberían apuntar los focos de la función.

Siempre incisivo, a Solano le filtraron un balón dentro del área, algo esquinado, y esperó a que alguien se acercara para dejarle el gol en bandeja. Como notó que nadie requirió de su asistencia, decidió arrastrar la pelota para colarla entre las piernas de Iván Bernad y, consecuentemente, de la portería. Remontaba el Jaén Paraíso Interior, que vio recompensa unos cuantos segundos después, cuando Eloy Rojas —que ya había avisado con un chut desde la grada— embocó un rechace de Iván. Hubo reminiscencias de la temporada anterior, por buen juego y por atino, y los aficionados jiennenses se reconciliaban con la suerte con palmas.

Poco tardó Retamar en enfundarse la camiseta rosa de portero-jugador, a falta de siete minutos, como si el color llamativo pudiera robar protagonismo. Dani Cabezón salvó nuevamente a sus compañeros con dos paradas cercanas a la santificación y hasta Murga desvió un balón bajo palos para proseguir con los milagros de la Pasión. En estas que los árbitros señalaron una infracción contra los locales en una de las bandas, aparentemente sin que aquel lance fuera merecedor de sanción. El golpeo de Tejel cayó dentro de la portería jiennense y eso sólo pudo generar animadversión en los amarillos, que de una tacada fueron receptores de cuatro tarjetas del mismo color y ya veían cómo los fantasmas de la ansiedad bajaban la escalinata del pabellón.

Poco después, Solano protegió un balón en área contraria contra el portero rival (que en realidad es cierre) y se dejó caer con cierta comprensión. La jugada quedó sin castigo e, instantes después, Víctor Tejel consumaba el empate a cuatro en una acción embarullada (con paradón de Dani Cabezón incluido) y la portería desguarnecida. Los demonios (alguno vestía de negro) volvieron a aparecer y ser convirtieron en ángeles cuando a Modrego le rechazó una pelota en la mano y esta se situaba pegada al cuerpo, con la amputación como única solución para que no le señalaran otro lanzamiento de 10 metros (que sí se señaló). Iván se adelantó al lanzamiento de Emilio (aquí deben recordar), pero en esta ocasión si se mandó repetir, y lo paró. El listón arbitral jugaba al limbo. Alguna intervención de Dani Martín y Dani Cabezón dieron por finalizado el partido.

El punto apenas puede saborearse por ninguno de los dos equipos, pues la sensación reinante después de los cuarenta minutos fue que ellos eran las típicas marionetas en una función dirigida por otras manos.

Los entrenadores analizaron el partido

Quique Soto, entrenador del D-Link Zaragoza, fue el primero en aparecer por rueda de prensa tras el encuentro. "Fue un partido en el que desde el principio Jaén iba un poco por encima, quizá por sus necesidades en la clasificación porque al parecer el fuego de abajo quema más que la insistencia de estar arriba. Sabíamos que teníamos que aprovecharnos por su ansiedad, porque en otros partidos les ha pasado eso. La segunda parte, aunque sabíamos que Jaén se pusiera por delante —por méritos propios, por supuesto—, habíamos trabajado el portero-jugador, que le hemos dedicado muchas horas", dijo.

Enseguida la rueda de prensa se viró hacia los comentarios arbitrales: "Al final terminamos hablando de los colegiados todos los días. Al fin y al cabo, hemos conseguido empatar y no nos vamos del todo mal, pero el Jaén sí que está muy fastidiado porque sigue en la quema. Todos nos tenemos que hacer mirar y observar el comportamiento de cada estamento. Ya no son errores de apreciación, sino de aplicación del reglamento. Alguien tiene que hacer algo, por ejemplo, en los lanzamientos de diez metros. Hoy hubo disparidad de criterios para los dos equipos y quiero que ellos se pongan en la posición de los banquillos, porque se está jugando el trabajo de mucha gente. Podríamos hablar de esto horas y se acabaría la cinta. Ojalá la semana que viene no suceda esto porque ensucia la competición". En esa misma línea, preguntado por si la decena de tarjetas amarillas mostradas envalentona más el partido que tranquilizarlo, respondió: "El comienzo del partido marca el devenir y dónde pones el rasero. Si a la primera protesta es tarjeta, eso no amilana, sino que acelera. Luego en la segunda parte no lo puedes bajar. Creo que se ha visto un muy buen partido de fútbol sala y es una pena que llevemos toda la rueda de prensa hablando de los árbitros. La realidad es que ahí fuera sólo se habla de esto".

En el plano deportivo también tuvo comentarios. "Tenemos gente muy joven y muy veterana, que en ese momento tienen que jugar porque están más capacitados para ellos. Salió un partido muy parecido a lo planteado. Habíamos visto que Jaén tuvo problemas con Burela y con Elche y le dedicamos muchas horas al 5vs4, además de jugar con la necesidad de ganar de ellos. El estar en la posición que estamos también nos permite arriesgar un poco más", finalizó.

Dani Rodríguez, visiblemente enfadado, también acudió a mostrar sus impresiones. "La misma historia de siempre, cuando no es un penalti es un agarrón, cuando no es una falta que se inventa el árbitro, cuando no es una mano que no pita, parejas que repiten y parece ser que este año mola que estemos luchando por el descenso. A lo mejor es lo que están esperando. No entiendo lo de los arbitrajes, no lo entiendo. Hoy un compañero que repitió el día de Burela, que no ve una mano dentro del área, que retrasa una falta cuando era un contraataque, repite, y se dedica a pitarlo todo mal. Todas las que se han equivocado ha sido el mismo compañero. Todas las semanas pasa algo", comentó.

"Me parece muy fuerte que hasta ahora no pueda hablar, porque encima luego soy yo el que mete mierda. Lo que está claro es que todos nos tenemos que mirar el ombligo y que lo de La Mejor Liga del Mundo hay que quitarlo un poco y empezar a mejorar. Hay parejas que se están retirando y que han dejado el listón muy alto. Las parejas que vienen detrás están jugando con el pan de mucha gente, están jugando con el pan de mi hija y creo que ya no es normal lo que está pasando. Una semana te puedes callar, pero todas las semanas... Luego que pongan la excusa de que yo me pongo muy nervioso, no sé. Creo que soy uno de los entrenadores que mejor se comportan en un partido. El nivel de los arbitrajes es lamentable y el club debe tomar cartas en el asunto. Si quieren que no estemos, que nos lo digan y así no organizamos nada el año que viene", prosiguió.

En cuanto a lo estrictamente deportivo, añadió: "Llevo contento casi toda la temporada. Vemos los partidos y todas las semanas estamos a la altura de los partidos. Luego son momentos puntuales que a veces nos sonríen y otros no. Creo que vemos el cómputo global y somos superiores a muchos equipos que vienen a La Salobreja. También hay otros factores que debemos dominar y se ve que faltan jugadores con peso en este equipo para que los árbitros le hagan caso. Parece que hay una consigna para que suframos este año".