Reggie Fleming, Bob Probert, Derek Boogard, Rick Rypien, Wade Belak o Steve Montador han sido víctimas del brutal desgaste que la NHL supone en los cuerpos de jugadores que han moldeado su carrera a base de golpes. Impactos en una liga con cada vez más velocidad, equipación más ligera y atletas más fuertes. Peleas, caídas, ‘puckazos’ y golpes contra las barreras a veces son el peor enemigo de las mejores carreras. Golpes que a veces también comportan una vida después de la competición apenas soportable. “Fue muy complicado para mi porque durante un buen tiempo sentí que no me encontraba bien y no podía explicarlo”. “Era una situación triste y no sabía qué hacer al respecto”. Son frases de Steve Montador, ex defensor de la NHL, en una entrevista con 'The Peterborough Examiner' sobre su vida tras haber sido víctima de conmociones cerebrales en los últimos años de su carrera. Su cadáver de 35 años fue hallado en su casa de Toronto en febrero de 2015. Montador reconoció abiertamente su estado de depresión tras sufrir una conmoción con Chicago.

Esto no ha frenado al veterano defensor de los Florida Panthers Willie Mitchell de intentar regresar a la competición tras no entrenar desde enero, con lo que en principio se creía ser una lesión en la pierna, que finalmente resultaron ser nuevos síntomas de conmoción cerebral en un jugador que ya sufrió problemas de este tipo en Vancouver en 2006. Mitchell volvió a caer tras una carga de Evgeni Malkin en enero de 2010, en la que el canadiense golpeó las barreras con su cabeza. Se perdió el resto de la temporada con síndrome post-conmoción, en lo que explicó haber sido ‘el año más duro de su vida’. Con este historial y en el último año de su contrato, la decisión para Mitchell no es fácil.

“Willie tiene que decidir si puede o no jugar”, ha dicho el General Manager de la franquicia, Dale Tallon. “Queremos asegurarnos de que no se haga daño permanente, pero está en las manos de Willie. Queremos hacer lo mejor para él, eso es lo importante. Los doctores han dicho que tienen preocupaciones sobre su salud a largo plazo”. El equipo no quiere prohibirle el retorno a Willie por el precedente que esto crearía, pero tampoco quieren verle de nuevo sufrir una conmoción y tener que lidiar con las consecuencias de tal lesión.

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