“La natación para mí ha sido mi estilo de vida, desde que era pequeño es lo que me ha gustado hacer. Me ha enseñado a ser un luchador y a levantarme cuando me he caído. Es cierto que por circunstancias de la vida lo dejé un par de veces pero a día de hoy es a lo que quiero estar vinculado el resto de mi vida”. 

Mario Cortéz Nuñez, nacido en Sevilla el uno de Enero de 1986, ha sido por méritos propios uno de los grandes nombres de la natación española durante los últimos quince años. Si mencionamos los títulos ganados durante su carrera o las competiciones más destacadas en las que ha participado, nos damos cuenta enseguida del inmenso calibre de este nadador: seis veces campeón de España absoluto, otras tantas subcampeón y siete veces tercero, campeón de España en todas las categorías inferiores en varias pruebas, quinto de Europa júnior, miembro del equipo nacional en los Juegos Olímpicos de la Juventud, en la Gimnasiada de Caen, en los europeos júnior de Glasgow’03 y Lisboa’04 y un largo etcétera. Ha nadado y ganado a braza, a mariposa, a estilos, en relevos.. Tras haber pasado por el Club Natación Sevilla -su club de toda la vida-, por el Alcalá y por el Mairena, milita en estos momentos en el Club Natación Santa Olaya, con sede en Gijón, donde vive feliz con su familia. 

Pregunta: Después de tantos años en la élite como nadador absoluto, nos gustaría saber que es lo que recuerdas con más apego de tus comienzos, el cómo empezaste en este mundo.. 

Respuesta: La verdad es que comencé de la manera más sencilla posible: mi hermano mayor la practicaba y acabó picándome el gusanillo. De pequeño recuerdo la ilusión que me hacía subir de nivel y entrenar con los mayores del equipo. Siempre quería superarlos entrenando, pero sobre todo superarme a mi mismo. Guardo mucho cariño por las concentraciones con las selecciones andaluza y española a las que asistí durante aquellos años. Hice muchísimos amigos de todas partes de España y también fuera de ella.

P: Estuviste alejado de las piscinas varios años hasta que en 2010 volviste a la primera línea. ¿Qué fue lo que te impulsó a querer volver a enfundarte el bañador de competición? 

R: Por aquel entonces volvía a trabajar en el natación Sevilla dando cursos y como socorrista. Siempre que veía a los chavales entrenando notaba como crecían mis ganas de volver, aunque no me atrevía a dar el salto. Fue Eloy Cornejo, mi entrenador por aquel entonces, tras una charla en las entrañas del CNS -en las mismísimas calderas-, el que me convenció. Me dijo que esa misma temporada iba a quedar campeón de España. No le creí entonces pero acepté. No se equivocó. 

P: Hablemos del CNS, la que fuera tu casa durante tantos años. Dos años después de volver a verte nadar cierra sus puertas. Desde finales de 2012 hasta ahora continúan cerradas. ¿Qué significó para ti su desaparición?

R: No negaré que fue un jarro de agua fría. El mismo día perdí a mi equipo de toda la vida y mi puesto de trabajo. Poco más que añadir. Dolió y todavía sigue doliendo, pero mantengo mis esperanzas en que algún día las puertas de aquel club de la calle Trastamara vuelvan a abrirse.

P: Eloy Cornejo fue tu entrenador durante aquella segunda etapa en el Natación Sevilla pero has tenido la oportunidad de entrenar con muchos otros a lo largo de tu carrera. ¿Qué ha sido lo que te han aportado?

R: Todos y cada uno de ellos han dejado su huella en mí, como nadador y como persona. Manolo Calero, el entrenador de mis comienzos, me aportó mi nado, cuyo estilo, a grandes rasgos, sigo manteniendo en la actualidad. Kiko Porcar, en el Alcalá, me transmitió la garra, la fuerza y la competitividad que siempre le ha caracterizado. Eloy me enseñó a vivir la natación de una manera muy intensa, y sobre todo la importancia de confiar en uno mismo para conseguir lo que nos propongamos. Súmale a ello los grandes momentos que pasé con él. Con Antonio Reina, ya en el Mairena, empecé a ver la natación desde otros puntos de vista, y también aprendí a disfrutar de los triunfos colectivos de una manera diferente. De Pepín Rivera, mi actual entrenador, también estoy aprendiendo muchísimo, desde nuevos sistemas de entrenamientos a apreciar los detalles de nadadores de gran nivel. 

P: Respecto a los entrenamientos, no debe ser fácil compaginarlos con la dedicación a tu familia…

R: Es complicado. Muchos días toca atender a los niños estando muy cansado, no queda otra, y ello sumado a las noches sin pegar ojo. Aunque la verdad es que sin ellos seguramente estaría peor. Prefiero estar cansado físicamente por la dedicación familiar a estar cansado psicológicamente por no tenerlos cerca. Esta temporada estuve siete meses sin ellos pero afortunadamente ya vuelven a estar aquí conmigo.

Eloy me dijo que si volvía a competir, esa misma temporada iba a ser campeón de España. No  le creía entonces pero acepté. No se equivocó.

P: ¿Y qué fue lo que te llevó a mudarte a Gijón para competir con tu actual club, el CNSO?

R: Para ser sincero, estaba bastante angustiado en Sevilla por aquel entonces. Compaginaba dos trabajos y los entrenamientos y me plantearon la opción de venir a Asturias. Tras meditarlo con mi pareja detenidamente, decidimos arriesgarnos. Otra de las razones fue la posibilidad de mejora y de entrenos más exigentes. Tengo que decir que me han acogido desde el primer como si hubiera nadando toda la vida en este club, así que solo tengo palabras de agradecimiento por mis compañeros y por mi actual entrenador.

P: Por último, nos gustaría saber cómo te planteas el futuro. ¿Cuáles son tus objetivos a corto y largo plazo?

R: A corto plazo sin duda el campeonato de España de verano en Canarias. Quiero estar en mi mejor versión y así poder mejorar mis mejores marcas. A largo plazo, me alegra confirmar que vuelvo el próximo año a un viejo y conocido club, el C.N. Alcalá. Estaré de segundo entrenador junto a Kiko Porcar. Así que con ganas de ponerme manos a la obra, de trabajar con él y de seguir aprendiendo. Seguiré poniéndome el bañador pero ya desde otra perspectiva.