Durante casi una década, a pesar de contar con la liga más potente del mundo, la selección de Alemania ha sido vapuleada una y otra vez en las competiciones internacionales; sin embargo, con la llegada de Dagur Sigurdsson todo ha cambiado. Ahora, el equipo teutón es temido en todo el mundo y tras hacerse con la corona del Viejo Continente en el pasado Europeo de Polonia los límites no existen.

El proyecto comandado por el técnico islandés requería de tiempo, tiempo para que sus promesas llegaran al top mundial y pudieran catapultar a Alemania al podio; pero los plazos se han acotado. Con una defensa titánica y el lanzamiento exterior más poderoso del planeta, Alemania conoce a la perfección cuáles son sus armas. Sin embargo, lo que la hace una de las selecciones favoritas en Río es su éxito en Polonia, donde fue consciente de su enorme potencial. Y es que no hay rival más peligroso que aquel que no conoce sus límites.

Resulta curioso que mientras la hegemonía de los clubes de la Bundesliga en Europa se ve amenazada por la aparición de súperequipos por todos los rincones del continente -Veszprém, Kielce, Szeged, PSG...-, a nivel de selecciones Alemania ha conseguido dar con la tecla definitiva. El balonmano se mueve en el país germano, y hasta su jerarquía interna está cambiando. Tras doce años de liderazgo del Kiel en la Bundesliga -excepto en 2011, cuando el recientemente desaparecido Hamburgo se alzó campeón-, el Rhein-Neckar Löwen ha desplazado de la cabeza al conjunto zebra, haciéndose por primera vez en su historia con el título de la competición alemana.

Un pasado de oro

A pesar de que no estuvo presente en Londres en 2012, Alemania es una selección fija en los Juegos. De hecho, con once participaciones es el combinado que más veces ha pujado por el oro olímpico. Su primer intento se remonta a 1936, cuando Berlín acogió los Juegos Olímpicos durante el régimen nazi. En esa ocasión, la sección de balonmano acabó en lo más alto del podio, haciéndose con el oro en una edición en la que exigencia para los anfitriones era máxima.

Los teutones volvieron a hacerse con el oro en una segunda ocasión

Sin embargo, pasaría mucho tiempo hasta que los teutones volvieran a colgarse alguna medalla en las Olimpiadas, y lo hicieron curiosamente en otra edición marcada por el contexto histórico: Moscú 1980. Esos Juegos tuvieron lugar en medio de la Guerra Fría, con una Alemania dividida, y muchos fueron los países que decidieron no participar; pero entre ellos no se encontraba una Alemania Oriental que consiguió doblegar a la Unión Soviética en la final. Esa sería la última medalla de oro que el país germano se anotaría.

Posteriormente, Alemania también se hizo con el metal de plata por partida doble en Los Ángeles 1984 y Atenas 2004, pero de aquellos vestigios ya no queda nada. No hay ningún resto en la selección germana actual que recuerde a aquella etapa de éxitos, por lo que la selección de Sigurdsson intentará rehacer el camino andado.

Sin frenos

La victoria en el Europeo ha revalorizado a una selección alemana que ahora está obligada a apuntar a la medalla de oro, algo que puede volverse en su contra. Con un equipo tan joven, la presión puede jugarle una mala pasada, aunque es cierto que el equipo ha recuperado a varios jugadores que se perdieron el Europeo por lesión y que pueden aportar calma en los momentos clave. Gensheimer, Wiencek y Groetzki cuentan con una dilatada experiencia que puede serle muy útil a Sigurdsson, por lo que a buen seguro los tres tendrán mucho que decir en Río.

El primer objetivo de Alemania es terminar la fase de grupos en primera posición, algo que parece al alcance de su mano pues ha quedado encuadrada en el grupo B junto con Eslovenia, Polonia, Brasil, Egipto y Suecia. Sin embargo, será en cuartos de final cuando los germanos deberán demostrar si de verdad son serios candidatos al trono olímpico, pues muy posiblemente se medirán en dicha fase a Francia, Dinamarca, Croacia o Catar.

Mucho más que físico

La primera característica que llama la atención de los germanos es su imponente físico. El típico jugador alemán es un armario de dos metros de altura y alrededor de 100 kilos de peso, capaz de defender y atacar con las mismas garantías y que puede soltar el brazo sin problemas desde más allá de la línea de los nueve metros. Sin embargo, la actual campeona de Europa es mucho más que eso, pues Dagur Sigurdsson ha conseguido crear un bloque muy compacto que tiene muy claro cuáles son sus armas. 

Hasta ahora, el principal problema de la selección bávara había sido su excesiva verticalidad. Sus cañoneros se empecinaban en ganar el partido por su cuenta, sin prestar atención a sus porcentajes de acierto. Además, las defensas 5:1 ponían en serios aprietos a las huestes alemanas, pues conseguían cortar el juego entre su primera línea y se les agotaban las opciones a falta de un juego colectivo capaz de generar ocasiones. Con la llegada de Sigurdsson esto cambió, tal y como pudo comprobar España en la final del pasado Europeo. Cuando las cosas comenzaron a ponerse feas, Manolo Cadenas colocó a un avanzado para entorpecer las ofensivas teutonas, pero lejos de amilanarse, Alemania demostró que su estilo de juego es adaptable y que domina a la perfección el juego con pivote.

Las lesiones siguen persiguiendo a los teutones

Además, Sigurdsson encontró, tras mucho buscar, a su director de orquesta: Steffen Fäth. El reciente fichaje del Füchse Berlin sorprendió por su claridad de ideas y tranquilidad, pero en los Juegos su participación está en el aire. Cuando la temporada estaba muriendo, Fäth se rompió un metacarpiano de su mano derecha en un entrenamiento del Wetzlar y, aunque ha sido convocado como jugador de recambio (el número 15) para la cita olímpica, parece una obviedad que no rendirá al mismo nivel que en el Europeo. De esta manera, la responsabilidad recaerá sobre el único central de la lista de Sigurdsson: Martin Strobel. Y es que, al igual que en el Europeo, las lesiones han vuelto a cebarse con el conjunto alemán, especialmente con el puesto de lateral derecho. Holger Glandorf, que se rompió el tendón de Aquiles en uno de los últimos partidos de la temporada contra el Kiel, y Steffen Weinhold, que sufrió un desgarro muscular en el muslo en los entrenamientos previos a los Juegos, también se perderán las Olimpiadas, aunque este último ha viajado a Río como posible sustituto. En su lugar, al igual que en la final del pasado Europeo, Fabian Wiede y Kai Häfner intentarán que su equipo no acuse las ausencias.

Rune Dahmke no podrá debutar en unos Juegos Olímpicos (Foto: www.stern.de).

En cuanto al extremo derecho, Tobias Reichmann y Patrick Groetzki volverán a formar una dupla de primerísimo nivel después de que el del Rhein-Neckar se perdiera el Europeo también por lesión; aunque parece que el jugador del Kielce parte con ventaja en la batalla por la titularidad. En el ala contraria, Sigurdsson arriesgará convocando a tan solo un extremo izquierdo: el mago Uwe Gensheimer. El flamante fichaje del PSG se perdió el Europeo por lesión, y a buen seguro querrá disputar el máximo de minutos en Río. El gran perjudicado por esta decisión ha sido el joven Rune Dahmke, que se ha quedado a las puertas de los Juegos para fortalecer la defensa teutona. Y es que Sigurdsson ha preferido convocar a los especialistas defensivos Finn Lemke y Julius Kühn, los cuales también echarán una mano en ataque a los laterales izquierdos Christian Dissinger y Paul Drux -recuperado de la lesión que le apartó del Europeo-. Estos dos últimos jugadores protagonizarán a buen seguro las acciones ofensivas de su equipo, pues son cañoneros natos a los que no les puede la presión por mucho que haya en juego.

En el pivote, Patrick Wiencek regresa para aportar consistencia en defensa a la vez que para abrir huecos en ataque. El jugador del Kiel será secundado por Hendrik Pekeler, un fijo en las convocatorias del técnico de la selección alemana pero que en el Rhein-Neckar Löwen vive a la sombra de Gedeón Guardiola. Por último, la portería será defendida por Andreas Wolff, un guardameta que se ha revalorizado tras su magnífico Europeo y su fichaje por el Kiel. Su sustituto será el histriónico Silvio Heinevetter, que vuelve a la selección en lugar de Lichtlein. Este último también viajará a Río, aunque en condición de posible sustituto al igual que Weinhold.

El entrenador: Dagur Sigurdsson

Foto: www.spox.com.

El técnico islandés ha conseguido volver a hacer de Alemania una selección temible tras varios años de naufragio. A base de trabajo, Sigurdsson ha conseguido encajar las piezas del puzle teutón y los resultados han llegado incluso antes de tiempo. Y es que cuando el entrenador aceptó el reto de liderar la selección bávara hace dos años, su misión era llevar a cabo un relevo generacional bastante radical incorporando jugadores con un futuro prometedor pero que requerían de tiempo para conducir a su equipo al podio. Sin embargo, tras coronarse campeones de Europa, la exigencia en los Juegos Olímpicos es máxima.

Jugó y entrenó en Japón y Austria

Sin embargo, Dagur Sigurdsson llamó a la puerta de la DHB (Deutscher Handballbund) gracias a su magnífico trabajo en el Füchse Berlin, donde consiguió alzarse con la DHB Pokal, la Copa EHF y la Super Globe. Sin embargo, la trayectoria del nórdico ha sido de lo más variopinta, hasta el punto de que llegó a jugar con la selección de fútbol sub-17 de Islandia. Una vez que se decidió por el balonmano, se labró un nombre en el Valur Reykjavík de su ciudad para más tarde dar el salto al Wuppertal alemán. Allí vivió su etapa más fructífera, pero en el 2000 pasó a ser jugador-entrenador del Wakunaga Hiroshima japonés. Tres años después el destino le condujo al A1 Bregenz, que le catapultó a ser el entrenador de la selección de Austria. Sin embargo, Sigurdsson volvió a hacer la maleta para trasladarse definitivamente a Berlín, donde parecía haber encontrado su sitio. Sin embargo, el islandés decidió el año pasado dejar de dirigir al Füchse, puesto que le estaba siendo complicado compatibilizar su tarea de seleccionador.

La estrella: Christian Dissinger

Foto: www.focus.de.

A pesar de su juventud -24 años-, Dissinger se ha hecho con las riendas de su equipo. Desde el lateral izquierdo, el cañonero del Kiel protagoniza el ataque teutón, mientras que en defensa es una pieza clave en el sistema de Sigurdsson. Su seña de identidad es un terrible lanzamiento exterior que ha sembrado el pánico en toda Europa y que ahora amenaza Río de Janeiro. En el pasado Europeo, Dissinger demostró que está preparado para echarse su equipo a las espaldas y que la responsabilidad no le pesa, por lo que está llamado a ser el líder de su selección durante muchos años.

Su destino estaba ligado al Atleti

Curiosamente, el desaparecido Atlético de Madrid tenía atado a Dissinger cuando esté comenzó a destacar en el Kadetten suizo. Sin embargo, tras la desintegración del club colchonero el alemán regresó a la Bundesliga de la mano del Lübbecke para, una temporada después, enrolarse en las filas del Kiel. A pesar de ser una apuesta de futuro, aprovechando la salida de Jicha dirección Barcelona, Dissinger se ha convertido en un indispensable para Alfred Gislason y ha tenido mucho que ver en que el Kiel peleara por la Champions y la Bundesliga hasta el final.

Sin embargo, no ha sido una buena campaña para el lateral en el plano físico. Varias lesiones, algunas de ellas graves, han provocado que Dissinger se perdiera buena parte de la temporada, pero el internacional alemán ha sido capaz de sobreponerse a los contratiempos y llega a Río en plenas condiciones.

Jugadores clave: Andreas Wolff y Uwe Gensheimer

Foto: www.n-tv.de.

Alemania llevaba buscando varios años un portero de garantías para cubrir sus espaldas, pero desde que Johannes Bitter cediera el testigo, el puesto estuvo vacante durante demasiado tiempo. Ahora, teniendo en cuenta el brillante Europeo de Andreas Wolff, parece que el cancerbero del Kiel ha llegado para quedarse. A sus 25 años, Wolff es un portero que destaca por su corpulencia y flexibilidad, un estilo que recuerda a Arpad Sterbik. Sin embargo, el alemán también comparte muchas características con José Javier Hombrados, a quien tuvo tiempo de observar en sus años en Wetzlar. Muy probablemente, del madrileño aprendiera cómo manejarse en la guerra psicológica con los lanzadores, acostumbrando a ofrecer siempre un lado de la portería. Además de por sus dotes físicas, Wolff también destaca por su carisma, siendo uno de los líderes de la selección teutona.

Foto: blog.mundohandball.com.

Otra de las piezas fundamentales de Alemania es su capitán Uwe Gensheimer. El extremo se perdió el Europeo por lesión, por lo que llega a los Juegos Olímpicos cargado de energía. El que defenderá la camiseta del Paris Saint-Germain la próxima temporada, se despidió del Rhein-Neckar Löwen ganando la Bundesliga, y ahora quiere colgarse una medalla con su selección. A sus 29 años, Gensheimer sigue maravillando a medio mundo con su deliciosa técnica y plasticidad. Sus roscas y vaselinas son verdaderas obras de arte que lejos de ser simples adornos, tienen una efectividad sorprendente.

Tabla de convocados

Jugador Posición Edad Altura (cm) Peso (kg) Club
Andreas Wolff Portero 25 198 110 THW Kiel
Silvio Heinevetter Portero 31 194 99 Füchse Berlin
Uwe Gensheimer Extremo izquierdo 29 188 89 Paris Saint-Germain
Finn Lemke Lateral izquierdo 24 210 115 SC Magdeburg
Julius Kühn Lateral izquierdo 23 198 100 VfL Gummersbach
Christian Dissinger Lateral izquierdo 24 202 102 THW Kiel
Paul Drux Lateral izquierdo 21 192 90 Füchse Berlin
Martin Strobel Central 30 189 90 HBW Balingen
Steffen Fäth (14+1) Central 26 195 98 Füchse Berlin
Fabian Wiede Lateral derecho 22 192 89 Füchse Berlin
Kai Häfner Lateral derecho 27 192 96 TSV Hannover-Burgdorf
Tobias Reichmann Extremo derecho 28 188 85 KS Vive Tauron Kielce
Patrick Groetzki Extremo derecho 27 189 84 Rhein-Neckar Löwen
Patrick Wiencek Pivote 27 200 108 THW Kiel
Hendrik Pekeler Pivote 25 203 101 Rhein-Neckar Löwen

Calendario en la fase de grupos

Día Hora Rival
7 de agosto 16:30 Suecia
9 de agosto 16:30 Polonia
11 de agosto 21:40 Brasil
13 de agosto 14:30 Eslovenia
15 de agosto 16:30 Egipto