El judo es uno de los deportes más reconocidos de los Juegos Olímpicos. También para España, pues a lo largo de la historia ha conseguido seis metales sobre el tatami, siendo una de las disciplinas que más alegrías ha dado a la afición española hasta el punto de ser la tercera que más medallas de oro ha reportado a la afición española, con un total de tres.

La primera gran alegría española en este deporte llegó precisamente en Barcelona, en aquellos espectaculares Juegos Olímpicos que a día de hoy siguen siendo los que más metales reportaron a la delegación española. El judo era por primera vez olímpico para las mujeres y la participación española fue prácticamente inmejorable. La vallisoletana Miriam Blasco realizó una competición perfecta y se colgó la medalla de oro en la categoría de -56 kg., convirtiéndose además en la primera deportista española en conseguir una medalla en los Juegos Olímpicos de Verano y la primera en ser campeona olímpica.

Pero las alegrías no terminaron ahí para el judo español en Barcelona 1992. Y es que las mujeres volvieron a dar una alegría a la afición española, de nuevo en forma de medalla de oro. La valenciana Almudena Muñoz, que al igual que su compatriota debutaba en unos Juegos Olímpicos, consiguió también subirse al cajón más alto del podio, en su caso en la categoría de -52 kg. El balance no podía ser más positivo, y España finalizaba la competición de judo con dos medallas de oro colgadas al cuello.

El judo femenino se introdujo en 1992; España consiguió dos medallas

Cuatro años más tarde, los hombres también entraron en la historia olímpica española en esta disciplina deportiva. Concretamente uno, el madrileño Ernesto Pérez Lobo, consiguió una meritoria medalla de plata en Atlanta 1996 compitiendo en la categoría de +95 kg. El judoka español rozó la perfección en la competición pero se encontró en la final con el que muchos consideran el mejor judoka de la historia, el francés David Douillet, que no dio opción al español de conseguir la medalla de oro.

También en esta ciudad estadounidense quedó refrendada la idea de que las mujeres y el judo español guardan una gran relación. Dos metales más irían a parar al medallero gracias a la labor de dos grandes deportistas. La primera de ellas fue Yolanda Soler, que tras proclamarse en varias ocasiones campeona de Europa conquistó la medalla de bronce tras un emocionante combate en la categoría de -48 kg. El mismo metal se colgó en el cuello de la judoka española más reconocida a nivel mundial, Isabel Fernández, que en su primera participación en unos Juegos Olímpicos subió al tercer cajón del podio en la categoría de -56 kg.

Pero las alegrías no iban a terminar ahí para el judo español y para Isabel Fernández. Cuatro años después, en Sydney 2000, la alicantina iba a conseguir la que hasta la fecha ha sido la última presea en judo, pues conquistó la medalla de oro en la prueba de -57 kg., un segundo metal en su palmarés que influyó notablemente para convertirse en la abanderada española en Atenas 2004. Con dos medallas olímpicas, cuatro mundiales y trece europeas, Isabel Fernández se ha ganado por méritos propios el hecho de ser considerada la mejor judoka de la historia de España.

Leyendas

A nivel mundial, hay varios nombres que tienen un lugar privilegiado en la historia de este deporte. El primero de ellos, Anton Geesink, 'sólo' consiguió una medalla olímpica, el oro en Tokio 1964. Sin embargo, su éxito adquirió mayor trascendencia al convertirse en el primer judoka europeo en derrotar a los japoneses, subiendo al cajón más alto del podio en una cita olímpica. Años antes, el gran nombre propio de esta disciplina deportiva fue el alemán Wim Ruska, que se convirtió en el primer judoka en conseguir dos medallas de oro en los mismos Juegos Olímpicos (Múnich 1972), logrando el metal más preciado en categoría abierta y en la de +93 kg.

David Douillet está considerado el mejor judoka de la historia | Foto: PA.
David Douillet está considerado el mejor judoka de la historia | Foto: PA.

También hay una serie de dobles medallistas olímpicos que forman parte del Hall of Fame del judo además de Ruska. Peter Seisenbacher es uno de ellos, y además el primer judoka en repetir medalla de oro en dos ediciones consecutivas de los Juegos Olímpicos, subiendo al cajón más alto del podio en la categoría de -86 kg. en Los Angeles 1984 y Seúl 1988. El italiano Ezio Gamba también tiene en su haber dos medallas olímpicas, si bien en su caso se hizo con la presea de oro en Moscú 1980 y la de plata en Los Angeles 1984.

El georgiano Shota Chochishvili consiguió la medalla de oro en la categoría de -93 kg. en Múnich 1972, mientras que tuvo que conformarse con el bronce en Montreal 1976. Los dos mismos metales que tiene en su palmarés el brasileño Aurélio Miguel, pero su caso es especialmente significativo por el hecho de que entre la primera y la segunda presea pasaron ocho años, además de ser el mejor judoka sudamericano de la historia. Mismos metales y misma diferencia temporal entre medallas para el belga Robert Van de Walle en la categoría de -95 kg. (Moscú 1980 y Seúl 1988).

Mención especial merece el francés David Douillet, considerado por muchos el mejor judoka de la historia. Además de campeón de Europa y tetracampeón mundial, el deportista galo es el único que posee tres medallas olímpicas. Douillet conquistó el bronce en Barcelona 1992 en la categoría de +95 kg., misma categoría en la que cuatro años más tarde se colgaría la medalla de oro. Su leyenda aumentó en Sydney 2000, donde volvió a subir al cajón más alto del podio, esta vez en la categoría de +100 kg.

Ryoko Tani es la judoka con más medallas olímpicas | Foto: PA.
Ryoko Tani es la judoka con más medallas olímpicas | Foto: PA.

Las mujeres también tienen su lugar en la historia del judo. Dos nombres propios destacan muy por encima del resto: Driulis González y Ryoko Tani. La cubana cuenta en su palmarés con cuatro medallas olímpicas tras lograr el bronce en Barcelona 1992, el oro en Atlanta 1996, la plata en Sydney 2000 y el bronce en Atenas 2004. Más brillante aún fue la carrera de la japonesa. Campeona del mundo en la categoría de -48 kg. desde 1993 hasta 2007, la judoka nipona también es la que más medallas olímpicas tiene, con un total de cinco (plata en 1992 y 1996, oro en 2000 y 2004 y bronce en Pekín 2008).

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