En sus terceros Juegos Olímpicos, después de conseguir la medalla de oro en el K2 500 en Pekín 2008 y ser segundo en el K1 200 de Londres 2012, formando pareja junto a Cristian Toro ha logrado colgarse el oro al cuello en Río 2016, pero su andadura en la ciudad carioca no había hecho más que comenzar con la medalla en pareja, y es que días después se ha conseguido colgar su segunda metal, en esta ocasión en competición individual. En el K1 200 comenzó mal, tuvo que ir poco a poco remontando hasta en un final agónico llevarse la medalla de bronce empatando a tiempo con el alemán Ronald Rauhe, quedando cerca pero a la vez lejos del francés Maxime Beaumont y el británico Liam Heath.

"Ha sido increíble, ha sido la final, no soñada, porque la había visualizado de otra forma, con una salida sin errores"

Como no podía ser de otra manera, Craviotto mostraba su alegría al conseguir una nueva medalla que a pesar de los errores en la salida le terminó llegando al empatar a tiempo con Ronald Bauhe. "Ahora mismo siento mucha felicidad, al final lo más importante más que las medallas, que solo son un trozo de metal, es que he hecho feliz a mucha gente, a mi familia, a todo un país. Ha sido increíble, ha sido la final, no soñada, porque la había visualizado de otra forma, con una salida sin errores, pero he sacado energía y fuerza de donde podía. Muy contento porque han despertado a la bestia como dije el otro día y tenía mucha motivación", comentó ante los medios de comunicación.

Para terminar, Saúl Craviotto consigue sumar cuatro medallas en los Juegos Olímpicos, teniendo dos oros, una plata y un bronce, algo que jamás habría podido soñar. "Cuando empecé en todo esto nunca pensé que podría sacar cuatro medallas en unos Juegos Olímpicos, ya tengo una de cada color, sólo me faltaba el bronce", concluyó.