Cuando uno piensa en la última década de los Minnesota Vikings hay algo que viene inmediatamente a la mente, la figura de Adrian Peterson, el buque insignia del equipo. Pero este año el veterano running back ha sido finalmente cortado después de una nueva lesión y de varios años con problemas para llegar a su mejor nivel. Irónicamente su nuevo equipo son los New Orleans Saints, los cuales le apartaron de la Superbowl en su única final de conferencia y el primer rival de la temporada de los Vikings.

Pero el año pasado los Vikings ya tuvieron que vivir sin juego de carrera, y sorprendentemente acabaron en positivo. Antes de ir al ataque hay que hablar de la defensa y como la dirige Mike Zimmer, transformándola en la unidad mejor engrasada de toda la liga, con varios jugadores de un nivel All-Pro y otros creciendo hacia ese nivel.

Mike Zimmer fue coordinador defensivo y eso se nota en la actual Minnesota. Con Rhodes, Griffen y nuevas figuras como Waynes el equipo es dominante en defensa. Con una presión fuerte al quarterback y dos hombres como Waynes y Rhodes para cubrir el pase, el año pasado Minnesota fue una máquina durante 14 jornadas en defensa. El único pero que tiene en este aspecto (y que mantiene este año) es que la defensa en carrera es ligeramente inferior a la de pase.

Gracias a esta defensa y a varios aspectos más que luego se desarrollaran Minnesota logró llegar a ponerse 5-0 e ilusionar sobre sus opciones de Superbowl. Pero el resultado final de 9-7 tiene un culpable, la horrenda línea ofensiva del equipo. A pesar de que este año se ha firmado a Reiff o se ha drafteado a Elfein el equipo parece adolecer del mismo problema, ser incapaz de abrir huecos en carrera y no aguantar más de tres segundos para que el pasador pueda lanzar.

En este esperpento del año pasado hay alguien que sigue para desesperación de la afición norteña, TJ Clemmings. Aunque de momento es suplente, conociendo la mala suerte que rodea al equipo de Minnesota es posible que tenga que volver a ser titular. Viendo la pretemporada se puede asegurar que el jugador no solo no mejora, sino que a cada año que pasa parece peor en su posición, si es que eso es posible.

Los equipos especiales también han tenido que remodelarse por completo después del ridículo del año pasado. Tras dejar ir a Jeff Locke debido a su bajón de nivel, se ha traído a  Quigley y a Symmank para que peleen por el puesto de Punter, en un encuentro que parece bastante igualado por un solo puesto en el equipo.

Pero si algo destruyó el año pasado al equipo fue el puesto de Kicker. La decisión de mantener a Blair “Wide left” Walsh en el equipo fue desastrosa, durante los 9 partidos que disputo con el equipo falló cuatro field goals de dieciséis y cuatro extra points de diecinueve, provocando varias derrotas al equipo y su corte. El jugador, demostrando que no ha superado aún su fallo contra los Seahawks, además se dedicó en esta pretemporada a señalar al banquillo de Minnesota después de anotar un FG para los Seattle Seahwks.

Después del fiasco de Blair Walsh, llegó Kai Forbath, el cual es un kicker seguro pero incapaz de patear a más de 45 yardas. Y por ello el equipo también ha traído a un jugador sin draftear como Koehn, el cual no consiguió el año pasado el puesto de Kicker en los Miami Dolphins. Entre estos dos jugadores estará una de las posiciones que más dolor ha provocado en la historia de la franquicia, con el momento de Blair Walsh y el momento de Gary Anderson en aquella final de conferencia del 98 frente a los Falcons.

La baja de Adrian Peterson debería haber acabado con la carrera de los Minnesota Vikings, pero por suerte el equipo se ha reforzado realmente bien. La llegada de Murray procedente de los Oakland Raiders era positiva, pero no era suficiente para levantar la ilusión de la afición. No obstante la llegada del novato Dalvin Cook en la segunda ronda del draft sí ha conseguido hacer que haya confianza. Cook cayó en el draft debido a problemas fuera del campo y parece que puede ser la encarnación de AP para los Vikings.

La situación de los quarterbacks por otro lado es cuanto menos complicada por el problema de contratos que habrá el año que viene. El año pasado Teddy Bridgewater se destrozó la rodilla en pretemporada, lo cual provocó que en una jugada de desesperación los Vikings hiciesen un trade por Sam Bradford, dando una primera y una tercera ronda por él.

Bradford cumplió a la perfección con su papel, completando el record de pases completos y siendo el primer QB que conseguía  manejar el equipo de forma eficaz desde Daunte Culpepper. Aun así las dudas sobre él son lógicas, durante años ha sido un QB que ha tendido a lesionarse y lanza pocos pases profundos, lo cual unido a su edad hace complicado que se le vea como un jugador de futuro, especialmente detrás de la línea ofensiva menos protectora de la liga.

El problema con Sam es que el jugador solo tiene un año de contrato y si sigue a este nivel va a pedir un contrato a la altura de lo realizado. Y en este caso habría que plantearse cuanto de rentable es contratar por un gran precio a un quarterback que tendrá 30 años teniendo uno de 25 años en el banquillo, sobre el cual también hay dudas debido a la lesión que sufrió.

Evidentemente ese quarterback es Teddy Bridgewater. Se esperaba que el año pasado se demostrase de que pasta estaba hecho, pero la lesión acabó con esa idea. Además de ello su rotura por varias partes de la rodilla provocó que empezasen a surgir dudas sobre si el jugador podría volver a la liga o no, todo esto añadido a que acaba contrato esta temporada

Teddy Bridgewater aún tiene su contrato de Rookie y hay una duda en Minnesota, si se mantiene toda la temporada en la lista de lesionados su contrato pasará al año siguiente por lo que no habría que renovarlo. Pero el problema es que el jugador no parece dispuesto a aceptar pasarse un año en blanco, además de que en caso de lesión de Bradford es casi seguro que tendrían que sacarle de la IR.

Por otro lado queda Case Keenum, un quarterback que a pesar de su mala prensa ha hecho un espectacular trabajo en la pretemporada. Sin parecer un titular claro es evidente que como suplente puede cumplir perfectamente con el papel y que es un jugador de calidad para el sueldo que cobra.

La única opción que existe entonces es elegir al final de la temporada por uno de los dos quarterbacks y decirlo claramente. Minnesota no puede permitir pagar a dos jugadores para que solo haga uno el trabajo. El mejor caso es dejar sí o sí a Teddy Bridgewater en la IR, pase lo que pase en la temporada, y ya con eso seguro revisar si Bradford se tiene que quedar o no.

En caso de considerar que Bradford es el qb de los próximos años, Minnesota podrá sacar rondas del draft por el jugador, en el caso de considerar a Teddy el titular, será simplemente dejar a Sam Bradford marcharse libre y esperar que en la próxima temporada el joven jugador sea capaz de llevar el ataque de un equipo que empieza a ver que necesita urgentemente una buena carrera en Playoff.

Si Sam se fuese y Teddy decidiese que prefiere irse o forzar su marcha solo quedará la opción de confiar en Case. Esto no está bien visto ni por afición ni por prensa, pero habría que ver como lo haría el joven jugador proveniente de Texas. Bajo las circunstancias adecuadas y un playbook adecuado (como es el de Minnesota, que tiene gran importancia la carrera) podría ser una versión superior de lo que actualmente le ofrece Trevor Siemian a Denver Broncos.

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