Álvaro Fernández es un hombre vinculado al fútbol sala segoviano desde que pudo darle patadas a un balón. El que fuera jugador del Caja Segovia hace años, vivió desde la grada y los banquillos de entrenamiento de la cantera el crudo varapalo de la desaparición del club por motivos económicos.

Después de unos duros, pero enriquecedores, comienzos con la fundación de Segovia Fútsal y su lucha constante por el ascenso a Primera División, la ciudad del acueducto vuelve este año a disfrutar del mayor espectáculo de fútbol sala del mundo. Gran parte de la responsabilidad de este logro recae sobre la directiva del club, encabezada por el protagonista de esta entrevista.

Álvaro Fernández tomaba las riendas del equipo el pasado verano, cuando el hasta entonces presidente, Javier Herrero, presentaba su dimisión por no poder compatibilizar estas funciones con su actividad laboral. El club parecía que no terminaba de alcanzar el sueño de la Primera División, pero en el primer año de Álvaro Fernández al frente de Naturpellet Segovia, se lograba el tan ansiado ascenso.

Pregunta. Después de cuatro años en Segunda División, una ciudad histórica como Segovia regresa a la máxima categoría del fútbol sala español. ¿Qué se siente después de conseguir un sueño por el que se ha luchado durante tanto tiempo?

Respuesta. La verdad es que después de la desaparición de Caja Segovia, el volver atrás con un Segunda División fue difícil, un palo para toda la ciudad, incluso una decepción para mucha gente. Hemos estado cuatro años luchando, de los cuales tres peleando por el ascenso, y ya os podéis imaginar la alegría cuando vemos que conseguimos el objetivo. Hemos vivido la celebración de toda la gente en la calle, de la afición en el pabellón y felicitaciones de todo el mundo del fútbol sala, y todo esto se convierte en una sensación indescriptible.

P. Esa satisfacción se verá acrecentada al echar la vista atrás y ver que se ha conseguido por méritos propios, deportivos, después de que la desaparición de Caja Segovia fuese provocada por causas económicas, ¿verdad?

R. Sí. Cuando dicen “poderoso caballero es don dinero” es verdad, y aquí lo vivimos porque esa fue la puntilla que mató a Caja Segovia. Conseguirlo por méritos deportivos fue un plus de satisfacción especial. El año anterior estuvimos a punto de ascender en los despachos cuando Jumilla estuvo a punto de no salir, pero conseguirlo deportivamente acrecienta el orgullo y la alegría, por supuesto.

P. ¿Cómo se han vivido estos cuatro años en Segunda División?

R. En lo económico hemos sufrido mucho, porque Segovia es una ciudad pequeña que no tiene los recursos que puedan tener otras. Pero gracias a Naturpellet y a Epal hemos encontrado ese empujón económico, ese respaldo que necesitábamos para encontrar una mayor tranquilidad. A nivel de club, ilusionados. Gracias a nuestra afición sabemos que Segovia es una ciudad que siempre ha querido fútbol sala. Hemos sentido un apoyo tremendo, ya no sólo en nuestra ciudad, sino en toda España. Recordemos que hemos sido ‘trending topic’ un par de veces en dos años distintos por jugar el playoff de ascenso y por conseguirlo la pasada temporada.

P. Al margen de las cuestiones meramente deportivas, de las que hablaremos más adelante, suponemos que durante todo este tiempo una de las principales preocupaciones ha sido formar un proyecto económicamente viable. La estabilidad parece que llegó en la temporada 2015/2016, cuando firmaron el patrocinio con Naturpellet, y posteriormente con la llegada de Epal. ¿Han notado mayor implicación por parte de las empresas segovianas?

R. La verdad es que sí. Este año ha sido exagerado: puerta a la que hemos tocado, puerta que nos han abierto. Que te digan “mira, yo no puedo aportar mucho, pero puedo colaborar con esto” y que ayuden con lo que tienen, significa mucho para nosotros. Es muy grande el cariño que hemos recibido de la pequeña y mediana empresa, reconociendo el gran trabajo que hemos hecho estos años, sobre todo a nivel deportivo, pero también a nivel del club como institución, de nuestra junta directiva. Con deciros que hemos tenido que hacer una gran cantidad de vallas publicitarias nuevas de las que rodean el campo porque nos hemos quedado sin ellas…

P. A nivel deportivo, el actual bloque empezó a cocinarse con la llegada de Diego Garcimartín como entrenador en la temporada 2014/2015. ¿En qué medida influyó la llegada del técnico?

R. La llegada de Diego lo ha supuesto todo. Dos años seguidos metiéndonos en playoff de ascenso, uno de ellos rozando la primera división en aquella final con Canarias, y conseguirlo de forma directa el tercer año, lo convierten en uno de los principales culpables de que hoy estemos en Primera. Un barco sin capitán se va a la deriva, y Diego siempre ha tenido las cosas muy claras y una forma de jugar muy fiel a un estilo, además de que encaja muy bien con los jugadores.

P. Y con la llegada a Primera División lo tenían claro: Diego debía continuar al frente del equipo.

R. No nos planteábamos otro nombre. Se nos ofrecieron muchos entrenadores, pero no se nos pasó por la cabeza contar con otro que no fuera él. Aparte de las cualidades que tiene como persona, como entrenador se ha ganado a pulso el tener un banquillo en Primera División. Tengo una confianza plena y ciega en Diego. Con paciencia y con trabajo vamos a estar muchos años en Primera.

P. Hablemos del vestuario, ¿cuál es o en qué se ha basado la política del club para construir la plantilla que ha hecho que Segovia vuelva a Primera División?

R. La filosofía siempre ha sido contar con gente joven, porque creemos en la juventud, y porque los jugadores jóvenes se esfuerzan por hacerse un hueco en este mundo, tienen hambre. Pero sólo con juventud y con ilusión no se llega a ningún lado. Necesitábamos un toque de experiencia y veteranía como se puede necesitar en cualquier otro trabajo. Cuando Canarias nos eliminó en la final del playoff de ascenso, yo me reuní con Diego Garcimartín y le pregunté en qué habíamos fallado, si habíamos ganado a ese equipo en la ida y en la vuelta de la fase regular, y me dijo sin dudarlo: “Nos ha faltado experiencia”. Entonces se nos pusieron a tiro Cidao y Borja, por ejemplo, y esos eran los toques que necesitábamos para poder culminar el ascenso.

P. Como hemos podido ir viendo a lo largo de todo este verano, la idea era intentar mantener el grueso del bloque, o no deformar demasiado el vestuario de cara a este primer año en la máxima categoría. ¿Satisfecho con el grupo que se ha formado? ¿Echan de menos alguna pieza que pueda ser reforzada en lo que queda de año?

R. Yo estoy muy contento. Sigo pensando que estos jóvenes tienen que demostrar ahora en Primera lo que ya demostraron en Segunda, que son grandes jugadores, y los veteranos seguir colaborando con ese punto de experiencia. Con la llegada de gente con experiencia en la categoría como Sergio González o Javi Alonso vamos a intentar que funcione en Primera lo que ya nos funcionó en Segunda.

P. Algunos jugadores de la actual plantilla ya habían militado en temporadas anteriores en la ciudad de Segovia, y aunque estuvieron alguna temporada jugando en otros equipos, con el tiempo han vuelto. Hablamos de hombres como Cidao, Alvarito, Borja Blanco o Sergio González, con mucha experiencia en el fútbol sala, o una nueva generación representada por Álvaro o Javi Alonso. ¿Estaban estos jugadores en la agenda del club esperando al mejor momento para su regreso?

R. Segovia es una ciudad que deja mucho poso a todos los jugadores que pasan por aquí. Tú hablas con Sergio Lozano, por ejemplo, y siempre recordará su año de cesión en Segovia con mucho cariño, por cómo se le trató aquí. Y esto es algo extensible a casi todos los jugadores que han pasado por el Pedro Delgado. Muchos quieren volver. Estuvimos ya en Segunda intentando que vinieran varios, pero es verdad que es una categoría que pesa mucho, y puede suponer un paso atrás para ellos. Pero al día siguiente de subir a Primera yo tenía correos electrónicos de cuatro representantes diferentes ofreciéndonos jugadores que querían venir a Segovia, y eso es síntoma de que el jugador que pisa Segovia quiere volver.

P. Durante mucho tiempo estuvo al frente de la cantera. ¿Qué suponen para Segovia Fútsal sus categorías inferiores?

R. Nuestra cantera ha crecido mucho en estos años, tanto en experiencia como en calidad. Por un lado, tenemos una cantera social, hasta la edad de infantil, donde los niños tienen que venir a disfrutar, a divertirse, a conocerse, a jugar al fútbol sala y a hacer afición con el club. Y por otro lado, a partir de la creación del Cadete Regional y el Juvenil Nacional, desarrollamos una cantera más enfocada al desarrollo del joven deportista, con futura salida tanto en el club como en otros equipos del fútbol sala español. La prueba del éxito es que hemos ganado en dos años consecutivos el campeonato regional y hemos ido al campeonato de España. Por tanto, podemos hablar de dos fases en nuestra cantera, una más enfocada a la educación y la diversión, sin perder de vista la formación deportiva, y otra más enfocada a la competición y la fase final de la formación de cualquier jugador de fútbol sala profesional.

P. Después de una última temporada muy buena, el equipo femenino se ve obligado a desaparecer. ¿Materia pendiente para las próximas temporadas?

R. No lo descartamos, desde luego. Me ha dado bastante pena, porque fui yo como vicepresidente el precursor de la idea del equipo femenino. Lo que sí que quiero dejar claro es que la desaparición de la sección femenina no se sucede por una cuestión de sexo, no se trata de una discriminación. Se trata de una cuestión económica. Dentro de nuestros proyectos estaban el equipo femenino en Segunda División y un equipo masculino en Tercera División para que dieran un salto los cadetes y juveniles, y ninguno de los dos es viable hoy en día. Esperamos que con el tiempo podamos materializar estos sueños.

P. Segovia siempre ha presumido de tener una de las mejores aficiones de España. ¿Qué mensaje le daría a esos aficionados, abonados y peñistas después de haber conseguido llegar a Primera División?

R. Pues que este año nos toca disfrutar. Sufriremos, eso es evidente, porque nuestro presupuesto es pequeño, pero tenemos que disfrutar de lo que tenemos. Hemos estado cuatro años en Segunda División para poder vivir este momento: ver jugar en nuestra casa el mejor fútbol sala del mundo.

P. Ya estamos terminando. ¿Cuáles son los objetivos del club para este año tan diferente a las temporadas anteriores?

R. A nivel deportivo, evidentemente el objetivo es la permanencia, asentarnos en la categoría y estar tranquilos en Primera División. A nivel del club e institucional, conseguir una absoluta estabilidad económica, que prácticamente ya lo tenemos conseguido, e intentar encontrar a alguna otra empresa grande de la ciudad, que las hay, que se sume a este proyecto y apuntalar más si cabe el sueño de Segovia en Primera.