Hurgando en la herida que abrieron los Chiefs en la noche inaugural, los Carolina Panthers se convierten en el segundo equipo en sacar una victoria del hogar de los New England Patriots, algo que no sucede con frecuencia. Los locales acabaron pagando caro los errores y la falta de disciplina de su defensa y esta vez fueron incapaces de obrar el milagro y sacar una victoria de la nada.

El duelo partía bastante igualado, siendo New England uno de los mejores ataques de la liga y la de Carolina una de los mejores unidades defensivas mientras que sus respectivas unidades complementarias se encontraban en la zona baja de la estadística correspondiente. Comenzaron el partido intercambiando extensos drives que acabaron en field goal, pero una mala lectura bajo presión de Newton provocó un pase a doble cobertura y una cómoda intercepción de Malcolm Butler. Los Patriots aprovecharon el turnover para anotar el primer touchdown del encuentro entrado el segundo cuarto tras un largo drive que acabó con Brady encontrando a Hogan en la end zone.

A partir de ahí Carolina tomó el control del encuentro anotando sin mucha dificultad dos touchdowns, uno tras un pase de veintiocho yardas a Whittaker y otro de diez a Funchess. New England solo pudo sumar dos field goals antes del descanso, destacando uno de cincuenta y ocho yardas que supone una plusmarca personal en la carrera de Gostkowski.

La defensa de New England estaba totalmente perdida. El ataque de Carolina, una unidad que hizo aguas por todas partes durante las tres primeras jornadas, dominó a la zaga local e impuso su voluntad. La variedad en las formaciones de ataque de Carolina causó varios desajustes en la secundaria de los Patriots, provocando varias coberturas defectuosas que Newton pudo aprovechar para conectar con sus receptores y mantener el ataque rodando. El pass rush de New England, además, no pudo sacar partido de una maltrecha línea ofensiva visitante que controló las trincheras y facilitó las cosas al Superman de Carolina. Para los pupilos de Belichick todo aquello parecía la receta de un desastre perfecto.

Un touchdown de Funchess en el tercer cuarto y otro de Newton, este de carrera, nada más arrancar el último periodo dejaban a New England con una desventaja de catorce puntos en el marcador. Debieron ser quince, pero Gano erró la patada del punto extra en la primera de las dos anotaciones. Brady llevó a su ataque a la end zone y los Patriots acortaron la distancia tras una carrera de ocho yardas de Dion Lewis, pero no sin antes haber tenido que pasarlas canutas e incluso habérselas visto con una situación de cuarto down en el centro del campo.

La defensa de New England consiguió lo que no había podido hacer en todo el partido: forzar un punt y sacar a los Panthers del campo. Otorgaron a Brady otra oportunidad y el fantástico quarterback les correspondió encontrando a Amendola en la pintura y empatando el encuentro con tres minutos en el cronómetro.

Cuando parecía que a los Panthers se les encogía la mano y encajaban un sack en tercer down que entregaría la pelota a los Patriots con algo más de dos minutos en el reloj, los árbitros sacaron un pañuelo señalizando una penalización por unas supuestas manos ilegales a la cara contra Stephon Gilmore, defensor de los Patriots, anulando el sack y otorgando cinco yardas y el primer down automático a Carolina.

El partido acabó decidiéndose cuando un lesionado Funchess, que unos minutos atrás había abandonado el campo con molestias musculares, embolsaba un pase corto tras una ruta fade que daba a los Panthers un primer down determinante, permitiéndoles chutar un field goal de cuarenta y ocho yardas que les daba la victoria justo cuando el reloj se quedaba a cero.

Los Patriots continúan con paso irregular cumplido el primer cuarto de la temporada, con un balance de dos victorias y dos derrotas en el que los partidos perdidos escuecen sobremanera debido a que han tenido lugar en casa. Foxboro no parece ser el fortín que ha sido otros años, y la falta de competitividad en la defensa provoca la desconfianza de los aficionados y que los rivales pierdan un poco ese miedo que impone el Gillette Stadium. Las desconexiones en cobertura y el exceso de penalizaciones en momentos clave colocan a Stephon Gilmore en el centro de todos los reproches de los aficionados. 

Además de centrarse en algún que otro jugador en particular, los seguidores de New England dedicaron algún que otro abucheo tanto a su equipo de forma general como al conjunto arbitral, considerando que la penalización del final del partido no era tal. Tendrán que pasar página pronto, porque se les presenta una semana corta y se las verán el jueves por la noche en el Raymond James Stadium con los Tampa Bay Buccaneers. La victoria es urgente, pero más urge dar la vuelta a la situación de un equipo que no puede seguir sobreviviendo a base de confiar en que el '12' les vaya a sacar las castañas del fuego.

Los Panthers salen muy reforzados de New England. La inercia del ataque es positiva, habiendo involucrado a la mayoría de sus piezas y funcionando por aire y por tierra. Newton querrá construir a partir del partido de hoy, en el que estuvo absolutamente sobresaliente. La defensa, a pesar de haber concedido treinta puntos, mantuvo en jaque al ataque de New England durante tres cuartos y medio, lo cual siempre es buena noticia. Un viaje al Ford Field de Detroit para enfrentarse a los Lions no es ningún regalito, pero supone un duelo interesante contra un equipo muy serio en el que llevarse la victoria supondría un puñetazo sobre la mesa y una llamada de atención a toda la conferencia nacional