Sucedió lo inevitable con la situación de Sam Bradford. Después de lesionarse la rodilla izquierda (la misma en la que tuvo que operarse dos veces el ligamento cruzado anterior) en el partido contra los Bears, la temporada se ha acabado para Bradford. Los Vikings lo han puesto en la injured reserve que le obliga a estar ocho semanas fuera de la competición, justo lo que queda para la finalización de la misma. Ayer mismo Bradford fue operado mediante artroscopia por el doctor James Andrews. Todavía se desconoce si el QB de los Vikings podrá volver en un futuro a la NFL ya que la articulación estaba muy inestable.

La lesión se produjo antes del segundo partido de la temporada. Se tuvo que perder tres partidos para poder recuperarse. Volvió en el encuentro de la sexta jornada contra los Bears donde se agravó su lesión. Desde entonces Case Keenum ha ocupado el puesto de primer quarterback de la franquicia de la NFC Norte. Bradford llegó al equipo de Minneapolis en septiembre de 2016 a cambio de la primera ronda de 2017 y una cuarta de 2018. 

En contraposición Teddy Bridgewater volverá a ser activado para el partido contra los Redskins. Después de año y medio lesionado, Bridgewater volverá a un terreno de juego. Se espera que de aquí a final de temporada volverá a ser el QB1 del equipo. Situación que no se daba desde agosto del año pasado. Parece que los problemas en su rodilla (se rompió completamente el ligamento cruzado anterior y sufrió daño estructural en la rótula) han pasado a mejor vida. Mike Zimmer, entrenador de los Vikings, ha asegurado que Bridgewater está al 100% y que confía en él para liderar al equipo cuando sea oportuno. También ha descartado a Bradford para una eventual vuelta en la postemporada.