Una de las mayores sorpresas de la temporada son los Eagles, quienes actualmente cuentan con récord de 10-2 y con una división completamente accesible, están a punto de amarrar su pase a los playoffs, aunque en las próximas cuatro semanas intentarán colocarse con el mejor récord de la Conferencia Nacional para recibir todos los partidos en su estadio.

La última vez que Philadelphia logró una buena temporada fue en el 2004 bajó el mando de McNabb. Hasta la fecha 13 en aquella lejana temporada de 2004, contaba con récord de 11-1, perdiendo únicamente contra los Pittsburgh Steelers.

¿Pesará la inexperiencia de Carson Wentz?

En el transcurso de la campaña 2017, los Eagles sólo han enfrentado a dos equipos con récord ganador: Carolina Panthers y Seattle Seahawks. Curiosamente en ambos casos de visitante, en el cual derrotaron a Carolina categóricamente y dejaron muchas dudas en el último duelo con su derrota ante los ‘hawks’.

A pesar de ello, Wentz ha dado muestras que es un quarterback capaz de conducir a su equipo no sólo para touchdowns, sino para ganar los partidos. Prueba de ello son sus números, puesto que ha completado 242 de 399 pases, para una productividad de 60.7% y superando las tres mil yardas (3,005). Además, ha logrado 29 anotaciones y sólo seis intercepciones.

Parte de la buena productividad en cada una de sus jugadas, se debe al apoyo del ataque terrestre. Legarrette Blound (684 yardas), Cory Clement (266 yardas), Jay Ajayi (229 yardas), aunado a la gran producción del propio Wentz (283 yardas, segundo mejor corredor del equipo), se han combinado para poco más de 1,450 yardas, siendo de los mejores de la liga.

También, la gran colaboración y química con sus wide receivers como Alshon Jeffery (47 recepciones, 680 yardas), Zach Ertz (57 recepciones, 663 yardas) y Nelson Agholor (40 recepciones, 599 yardas), han facilitado la labor del Wentz, quien hoy es considerado como uno de los contendientes para ganar el premio al jugador más valioso de la liga.

En el año 2004 aconteció una cosa similar con los Eagles, ya que McNabb tuvo una de sus mejores campañas durante su trayectoria, acompañado de dos runningbacks que fortalecieron el equipo y siendo el arma principal Terrell Owens, catapultó al equipo a la Súper Bowl.

En esos instantes Donovan acumuló 300 completos de 469, 31 touchdowns y sólo 8 intercepciones, estadísticas que Wentz a este ritmo está próximo a alcanzar. Westrook fue la llave en el ataque terrestre con 812 yardas y 3 anotaciones. A su vez, Terrell Owens acumuló 77 recepciones, ganando 1200 yardas y 14 touchdowns.

Todas estas cifras no suenan tan descabelladas si Philadelphia mantiene el ritmo de juego. Wentz apenas en su segundo año en la liga, tiene habilidades, compañeros y equipo para alcanzar la máxima meta, a pesar de la inexperiencia que aún tiene, aunque, cabe recalcar, que otros quarterbacks en su primera o segunda campaña, han logrado llevar a su equipo a lo más alto de la NFL.