En una división con unos Vikings estelares y los Packers esperando un milagro y el retorno de Rodgers es fácil olvidarse de los demás contendientes. Pero no hay que dejarse engañar, los Detroit Lions se mantienen a tiro de piedra de los puestos de playoffs. Con un calendario a priori asequible, los chicos de Caldwell esperan sacar tajada de los duelos internos de los demás contendientes —la NFC Sur, principalmente— y llegar a la última jornada con posibilidades.

Enfrentamiento de tú a tú

Dieron el primer paso tras conseguir una sufrida victoria ante los Buccaneers en Tampa Bay. Ambos equipos, a pesar de estar en situaciones completamente opuestas, se repartieron el control del juego durante casi todo el encuentro y solo un field goal de Matt Prater con veinte segundos en el reloj fue capaz de desequilibrar la balanza. Ya en el primer cuarto dieron muestras de esa tendencia, intercambiando punts de primeras y luego con dos anotaciones terrestres en secuencias consecutivas mediante Theo Riddick y Doug Martin. Un touchdown de Stafford a Tate supondría la ventaja para los visitantes al descanso.

El marcador no se movió hasta los minutos previos al último periodo, cuando Riddick encontró hueco a la izquierda de su formación y se llevó el balón hasta la zona de anotación. Fue entonces cuando los Bucs despertaron y, en el cuarto cuarto del partido, consiguieron dos anotaciones aéreas. La primera de ellas llegó con Winston conectando con OJ Howard, y en la segunda aprovecharon a un jugador de línea declarado elegible para confundir a la defensa y anotar en un pase corto de Winston al tackle ofensivo Leonard Wester. Los Bucs llegaban a los minutos finales con la inercia positiva y la victoria entre ceja y ceja, pero Matthew Stafford, con el balón en su propia 23, se puso el traje de héroe y guió a su conjunto hasta la 28 de Tampa. Matt Prater convirtió la patada de 45 yardas y dio la victoria a los Detroit Lions.

Se olvidaron de cuidar el balón

El partido estuvo marcado por el alto número de turnovers, que fue el principal responsable de que ninguno de los dos equipos se hiciese dueño del partido. Cada uno de los quarterbacks lanzó dos intercepciones. Además, los Lions perdieron un fumble. Los Bucs, por su lado, corrieron esa suerte en tres ocasiones. Una de ellas, con OJ Howard como protagonista, fue inicialmente declarada pase incompleto y falta de la secundaria por golpear a un receptor indefenso. Tras unos minutos de idas y venidas, de confusión y de opiniones de propios y extraños, revisaron la jugada y declararon que el jugador tenía posesión y que el golpe se había producido contra el balón y no contra el casco del jugador. Los Lions recuperaron el balón y la NFL quedó un poco en evidencia con un procedimiento de revisión no muy ortodoxo.

Darius Slay se erigió como el jugador determinante en Detroit, pues fue capaz de interceptar un balón y de recuperar un fumble. Todo ello con además cinco placajes individuales y uno asistido. Los Lions tuvieron que improvisar su juego terrestre debido a la baja de Ameer Abdullah, y ninguno de sus corredores fue capaz de mover el balón de manera consistente. Esto provocó que Stafford tuviese una tarde más ocupada de lo normal, teniendo que lanzar un total de 44 pases. Completó 36 de los que intentó, acumuló un total de 381 yardas y registró una anotación y dos intercepciones. Winston también vio su tarde ajetreada, con 38 intentos de pase de los que completó 26 para 285 yardas con dos anotaciones y dos intercepciones.

Los Lions se colocan con un balance de 7-6 y están a dos partidos de los puestos de postemporada. Si son capaces de ganar sus próximos dos encuentros —ante Bears y Bengals— llegarán a su duelo de la última jornada contra los Packers con opciones de pelear por entrar por segundo año consecutivo en la postemporada. Los Buccaneers continúan al fondo de la NFC Sur y no son más que meros testigos en la lucha por cosas importantes. Las sensaciones no son buenas y tanto Winston como Koetter se encuentran en el centro de todas las miradas. Los de Florida son, sin ninguna duda, una de las decepciones más importantes de la temporada.