Que la división AFC Oeste está siendo, en general, una decepción, es un hecho que prácticamente todo seguidor de la NFL está de acuerdo. La que debía ser potencialmente la mejor de todas podría tener al líder divisional con peor balance de toda la liga. Y esta decepción se vio reflejada en el partido que disputaron Kansas City y Oakland. Un encuentro con poca intensidad, con unos Raiders que mostraron una vez más su peor cara (especialmente en ataque) y con unos Chiefs que, aunque volvieron a la senda del triunfo y mostraron síntomas para ser optimistas, tampoco brillaron en exceso (que nadie se deje engañar por el marcador).

Sin rastro de los Raiders

Pero como se dice a menudo, lo importante era ganar y no jugar bonito. Y los Chiefs ganaron (26-15) un partido vital para sus aspiraciones a playoff que además viene con un extra: la casi eliminación de los Raiders por esa lucha. El enfrentamiento, por eso, lo tenía todo: la rivalidad entre ambos conjuntos, la igualdad en la clasificación, y el precedente de su primer enfrentamiento en la presente temporada, que dejó uno de los más (si no el que más) emocionante partido de todo el año.

Nada más lejos de la realidad. Un marcador más que desequilibrado durante gran parte del partido y unos Raiders que, si no se hubieran presentado sobre el césped del Arrowhead en la primera mitad, habrían hecho una actuación parecida a la que realizaron. Los números de los dos primeros cuartos son más que destacables: cero puntos, 68 yardas totales y cuatro primeros downs conseguidos. Derek Carr terminó con 211 yardas, pero en la primera parte lanzó para 31 yardas y una intercepción. Ni siquiera las bajas importantes en la secundaria de Kansas City (Marcus Peters, Eric Murray) impidieron todo ello. 

Marshawn Lynch, que comenzó el partido con una muy buena carrera, hizo una actuación parecida a sus compañeros (aunque al final anotara un touchdown de 22 yardas que de poco servía). Una vez más, la irregular línea ofensiva fue eso: irregular y sin dar a quien esté en el backfield la seguridad necesaria. Y los receptores, con los números totales del equipo, obviamente tampoco pueden presumir de grandes cifras. Y ni siquiera el punter Marquette King pudo darse un bailecito. Sus despejes fueron cortos y permitieron a los Chiefs tener una buena posición de campo en casi todos los drives.

Hunt, Kelce y Butker

En el otro lado, el kicker de los Chiefs Harrison Butker tuvo trabajo extra porque su equipo no es aquella máquina arrolladora de principios de temporada. En la primera parte, tuvo que chutar tres field goals, acertando en todos. Es decir, 9 de los 16 puntos anotados en dicha mitad. Los otros siete los anotó Kareem Hunt en una corta carrera que culminaba una muy buena y larga secuencia ofensiva. Lo anotó él porque a Travis Kelce le anularon el que creía haber anotado porque, tras revisión, se vio que se había quedado corto. Posteriormente, le anularon otro por una penalización de un compañero y en ese caso, los Chiefs tuvieron que chutar un field goal. Para el optimismo local, aparte del buen encuentro de Kelce, fue las buenas sensaciones que dejó Hunt. Él sí volvió a ser el que tanto deslumbró en la primera mitad de la campaña, acabando con 138 yardas totales y un touchdown

Punt tras punt, y como está dicho, Oakland no hizo nada en ataque y lo justo en defensa en la primera parte. El cero en el marcador estuvo más que justificado. En la reanudación, las cosas no mejoraron para los visitantes. Butker anotaba otro field goal y Carr seguía sin estar fino y por una vez que conectaba con un receptor de forma decente, Johny Holton perdía el balón y le daba la posesión a unos Chiefs que pudieron hurgar en la herida. Pero definitivamente, mostraron que no son los mismos que esos que, por ejemplo, ganaron en New England. En la jugada inmediatamente posterior, Alex Smith le lanzaba el balón demasiado alto a Kelce y Karl Joseph lo interceptaba sin problemas. Oakland no lo aprovechaba, chutaba otro (mal) punt y ahora sí, los Chiefs encontraban la endzone tras una luchada carrera de Charcandrick West

Una reacción tardía

Y a partir de aquí, tras el 26-0 al final del tercer cuarto, vino la tardía reacción de Oakland. Por fin un drive fluido y Lynch hacía el 26-7. Los Raiders, desesperados, chutaron el onside kick y se quedaron el balón. Para poner más drama, y en cuarto down, Carr lanzaba un pase de 29 yardas (probablemente su mejor jugada de la tarde) y Jared Cook lo llevaba a la endzone. Tras la conversión de dos, el marcador reflejaba un 26-15 a siete minutos para el final

Los Chiefs se comieron buena parte del tiempo y los Raiders no pudieron completar una remontada que parecía imposible y que efectivamente lo fue. Al final, y buscando la endzone desde lejos, Carr fue interceptado (por Steven Terrell) y ya solo quedaba que los de Andy Reed se arrodillaran.

Con el triunfo, los Chiefs respiran un poco y rompen de esta forma la mala racha de cuatro partidos consecutivos con derrota (y seis de los últimos siete). Su próximo encuentro será de nuevo clave y divisional: contra los Chargers. Por su parte, Oakland lo tiene ahora muy complicado para alcanzar la postseason. La semana que viene se enfrentará a los Cowboys.