El hockey sobre hielo disfruta de un momento feliz en Norteamérica, hay ciudades hambrientas de NHL a ambos lados de la frontera. Tras la llegada de los Vegas Golden  Knights como la franquicia número 31, nadie duda de que la 32 llegará con casi seguridad al Oeste para equilibrar el número de equipos entre ambas conferencias, aún así, hay más de una ciudad en el oeste y Quebec City en el este que se quedarían fuera. ¿La ampliación a 34 equipos sería la solución?

Puerta abierta a los 32

Foto: keyarena.com
Foto: keyarena.com

En este mes, una vez aprobada la remodelación del KeyArena, se autorizó a Seattle a presentar una oferta para solicitar una nueva franquicia de la liga y con ella una campaña previa de abonados, dos procesos largos y que deben superarse con nota para que pase el filtro del Consejo de gobernadores de la NHL, pero a la espera de ver si se forma un grupo de propietarios solvente y si el interés de esos inversores, coincide con el de los ciudadanos de Seattle en forma de venta de entradas, lo que está claro es que tarde o temprano veremos nacer a la franquicia número 32.

¿Qué traerían de positivo 34 franquicias?

La ampliación a 34 metería de nuevo en la ecuación a una candidata potente como Houston, respaldada por el multimillonario y propietario de los Houston Rockets de la NBA, Tilman Fertitta, que ha llegado incluso a reunirse con Gary Bettman, el comisionado de la NHL para hacerle llegar su intención de que el parquet del Toyota Center se alterne con el hielo. Una candidatura con respaldo financiero, un pabellón ya funcionando, con el séptimo mercado televisivo del país y que generaría automáticamente una rivalidad con Dallas Stars, consolidando aún más a un estado tan poco tradicional como Texas, como territorio conquistado para la NHL.

Tilman Fertitta apuesta por el hockey en Houston Foto. NBA.com
Tilman Fertitta apuesta por el hockey en Houston Foto. NBA.com

Una candidatura que ganaría enteros también sería también la de Quebec City, han pasado ya 22 años desde que los Nordiques hicieron la maleta a Colorado para convertirse en los Avalanche, y la ausencia de hockey de élite pesa en la ciudad. Cuentan con un pabellón moderno, el Centre Videotron, inversores dispuestos a respaldar la franquicia, Marc Bergevin, manager general de Montreal Canadiens ha negado cualquier veto por parte de los Habs a que retorne la franquicia, abriendo puertas a una rivalidad local y Winnipeg que ha recuperado a sus Jets, ha demostrado que el hecho de que en una época anterior el equipo tuviera que emigrar por falta de viabilidad, no tiene porque ser igual en el presente, que un mercado medio canadiense es capaz de soportar un equipo con todas las garantías.

No es oro todo lo que reluce

Aunque a priori parecen encajar todas las piezas para llegar a dicha ampliación, también hay nubes que oscurecen el cielo sobre la misma, tanto generales de la propia liga como particulares de por parte de equipos ya existentes o candidatos a tenerlo.

Por un lado la ampliación de la liga, supone el reparto de una serie de ingresos por contratos que firma la liga como tal, no cada equipo por separado, lo que supone que esos ingresos estipulados se repartirían entre más miembros con la consiguiente reducción para cada uno de los equipos actuales, aunque esa reducción se compensaría en parte por la cuota de entrada en la liga para cada una de las nuevas franquicias, en 2017, Las Vegas pagó 500 millones de dólares por ese concepto, Seattle en caso de recibir la aprobación de la liga, de estima que tendría que abonar unos 650 millones, y en la misma progresión, se podría llegar a los 800 millones para las franquicias 33 y 34. Lo que supondría un plus de 2750 millones de dólares en unos pocos años.

Y esa cuota de entrada podría ser un muro infranqueable para Quebec City, ya que la NHL realiza sus operaciones exclusivamente en dólares americanos, y la actual debilidad de la moneda canadiense frente a la estadounidense, hace que esos 800 millones dólares se conviertan hoy día en aproximadamente mil millones de dólares canadienses, una cantidad más que respetable para invertir en una ciudad de tamaño medio como la canadiense.

Y no nos podemos engañar, a pesar de la prosperidad general del conjunto de la liga, hay franquicias sobre las que los rumores de traslado son constantes, Carolina, Arizona o Florida están constantemente en boca de todos, pero últimamente los problemas que están teniendo Calgary y Ottawa para la mejora de sus instalaciones actuales con nuevos pabellones, también las ha colocado dentro de esos rumores.

 La política de Gary Bettman es muy clara al respecto, el traslado es la última de las últimas opciones para la supervivencia de las franquicias ya existentes, pero a veces la realidad puede ser más tozuda que un comisionado de la NHL, y siempre es preferible tener candidatos en la reserva para un posible traslado que tener que cerrar por no tener donde ir una franquicia que deja de ser viable en su actual ubicación.

Una disminución en el número de equipos, sería un duro golpe de imagen y minaría la confianza en el equipo directivo de la liga.