Un equipo normal después de unas finales de conferencia no pensaría en la posición de QB, pero los Minnesota Vikings no son normales ni pretenden aparentarlo. Con 21 jugadores para el puesto en los últimos veinte años, números dignos de Browns o Dolphins, el equipo tiene que decidir quién dirigirá el próximo año el ataque y la afición ya se ha dividido en cuatro bandos muy diferenciados.

Sam Bradford

Posiblemente el bando más pequeño de esta batalla y el más difícil que ocurra y es que Sam Bradford no tiene casi opciones de cobrar como un QB1 debido a sus lesiones. La afición tampoco está ilusionada debido a que al final Bradford no es un jugador que tenga las rodillas como para poder traer un anillo a Minnesota. Todo apunta que el mejor quarterback está más cercano de una retirada prematura que de volver a jugar como titular.

Case Keenum

Normalmente un jugador que tiene la temporada de Case Keenum sería renovado por un gran salario y tendría asegurado el puesto. Pero el haber llegado como tercer quarterback, su carrera sin brillo hasta este año y la falta  de nombre le hacen ser muy poco querido por un sector de la afición y de la directiva. Es seguro que Keenum acabará cobrando más de diez millones al año en algún sitio, la duda es si será en Minnesota o si los Vikings no respetarán la norma no escrita de que si un QB te lleva tan lejos se merece mantenerse en el equipo.

Teddy Bridgewater

El niño de oro de Minnesota a pesar de que una lesión de su gravedad suele provocar que no vuelva al nivel anteriormente mostrado. Zimmer está enamorado de él, la afición está enamorada de él y el jugador ya ha dicho que se ve como titular el año pasado. Los últimos rumores indican incluso que ya es el elegido por parte de Spielman para continuar con un contrato alto pero no de élite hasta que no se demuestre que se ha recuperado del todo de su lesión.

El draft

Y la opción que está presente si no es Bridgewater el elegido es la de draftear a otro QB con la primera ronda de este año. Algo que el sector más agresivo de la afición desea mientras que el resto tiembla solo de pensarlo. Un nuevo QB implicaría el vigésimo segundo nombre a la lista y la sensación de que una vez más va a tener que ser una transición para que un nuevo hombre tome el ataque.

En definitiva se presenta una temporada muy intensa de off-season para el equipo de la NFC y más sabiendo que la derrota de la semana pasada va a escocer mucho.