Si algo está dejando claro esta Eurocopa de Eslovenia de futsal es que la diferencia entre los equipos es mucho más pequeña de la que a priori se imaginaba y que si no se trabaja con normalidad cualquier combinado puede darte un susto. Y sino que se lo pregunten a otra de las selecciones aspirantes a esta Euro, Italia. La azzurra no pudo pasar del empate ante Serbia y se obliga a vencer a Eslovenia en la última jornada del grupo para estar en la siguiente fase. Ambos equipos nos dejaron cuarenta minutos de igualdad, mucha intensidad y pocos goles, los necesarios para firmar las tablas y dejarlo todo abierto.

Desde el principio se observó que para ninguno de los dos iba a resultar fácil anotar en la meta contraria. Italia atacaba con más frecuencia y se permitía el lujo de controlar la pelota, pero una y otra vez se topó con el muro que planteó Goran Ivancic. Serbia aprovechaba sus armas y esperaba a que los de blanco bajaran un poco la intensidad para golpear. Rakic envió al lateral de la red una buena combinación de los suyos, mientras que Kocic se encontraba con el larguero después de desbordar a su marcador en jugada individual. Y es que esa fue la mejor forma que encontraron los dos de hacerse daño.

Si Kocic era el encargado de llevar el peligro en Serbia, en Italia se iba a encargar Alex Merlim. El 10 obligó en varias oportunidades a Aksentijevic a tener que tener activos tanto sus manos como sus piernas. El choque estaba siendo de mucha pelea y eso se notó en los últimos compases de primer tiempo donde los dos querían irse a vestuarios con tablas.

Lo dejaron todo para la segunda mitad

La salida de segunda mitad no fue todo lo tranquila que se podía esperar. Serbios e italianos salieron fuertes a buscar el gol que les pudiera dar tranquilidad, pero lo que encontraron fue a un equipo similar en la pista que no le dejaba avanzar. Las faltas y las tarjetas amarillas se sucedían, el encuentro se estaba poniendo brusco y entonces entre tanto aparecieron los goles. Golpeaban primero los serbios con una jugada ensayada que Tomic logra convertir entre las piernas de Mammarella. El 7 disparó en semifallo y eso fue determinante para que la pelota acabara en las mallas.

Lejos de venirse abajo los de Menichelli izaron la bandera de guerra y acabaron empatando el choque también de estrategia, en un saque de banda en el que De Luca se adelanta a su marcador y la pone lejos del ratio del meta serbio. Merlim o Gabriel Lima entre otros habían avisado a Ivancic de que algo debía cambiar para mantener a los suyos arriba en el marcador, pero la reacción no llegó a tiempo.

La cosa estaba igualada y quedaban ocho minutos por delante para que alguien cambiara el resultado, pero lo cierto es que el miedo a cometer una falta que pudiera ser definitiva y la defensa de Serbia sobre el arreón italiano fueron clave para que el 1-1 se consumara. Mejor resultado para los serbios que deben esperar que en el último partido o Eslovenia o Italia ganen y entonces poder pasar como segunda. Por el contrario a Italia no le queda más remedio que ir a ganar el último encuentro y en caso de que solo pueda empatar que sea por un buen número de goles.

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