WWE pretendía incorporarse al movimiento global de las redes sociales con el lanzamiento del Mixed Match Challenge, un torneo que enfrenta superestrellas de ambos géneros en equipos. Pese a la innovación en este concepto la transmisión en vivo, exclusiva de Facebook Watch, no ha cumplido con los objetivos esperados, y por el contrario ha presentado un gran descenso desde su primer capítulo.

El primer enfrentamiento ha sido el mejor recibido al momento, combate entre Finn Bálor y Sasha Banks, contra Shinsuke Nakamura y Natalya, con una sintonía en vivo de aproximadamente 135,600 espectadores.

Sin embargo, en las siguientes semanas presentó una baja en el rating, la segunda semana la audiencia bajó a 91,900 para el duelo entre The Miz y Asuka derrotando a Carmella con Big E. De forma inesperada para la empresa, uno de los combates más esperados, dentro de los anunciados, fue el más bajo al momento, con una baja del 50% (62,400) en relación al debut del programa. El combate entre la Campeona de RAW, Alexa Bliss y el Monstruo entre hombres, Braun Strowman, frente a los pelirrojos Sami Zayn y Becky Lynch.

Pero las cosas parecen cambiar, pues el último programa de forma inusual repuntó en vistas y parece recobrar vida para los fanáticos. Parece que el final del combate anterior en el que Alexa y Braun fueron entrevistados por Renee Young generó en los fanáticos expectativa para los próximos combates, además que por medio de las redes sociales, WWE está aprovechando para crear una relación entre cada pareja de competidores, que parece agradar al público, algunos equipos más que otros.

La pelea que regresó a la fanaticada al evento fue entre Mandy Rose y Goldust contra Jimmy Uso y Naomi, donde un equipo dorado armado apenas una semana antes por la lesión a Alicia Fox causó mayor sensación, con un aproximado de 77,000 espectadores en vivo.  

Sin duda la mayor desventaja que afronta el show es su falta de proyección fuera de Estados Unidos y que ha generado enojo y frustración en un sector de los fanáticos que deseaban ver en vivo este torneo que pretendía exactamente acercarse más a la interacción con el público.