Los Browns han tenido unas últimas horas muy movidas. A parte de mandar una tercera ronda a Buffalo a cambio del quarterback Tyrod Taylor y de intercambiar a DeShone Kizer con los Packers para conseguir al cornerback Damarious Randall, han protagonizado también el traspaso más sonado por el momento de cara a la nueva temporada.

Jarvis Landry recibió la pasada semana el tag de jugador franquicia por parte de los Miami Dolphins, que a su vez le comunicaron que se buscara un equipo para traspasarlo. La losa de los 16 millones de dólares garantizados por el tag parecía pesar mucho a la hora de encontrar un nuevo destino; sin embargo, los Browns se aprovecharon de ello y consiguieron al extraordinario receptor a cambio de dos elecciones de ronda bajas en el draft. En concreto, una cuarta de 2018 y una séptima de 2019. De todos modos, los Dolphins consiguen dos elecciones a cambio de un jugador que hubieran dejado salir gratis en la agencia libre.

Cuatro buenos años con los Dolphins

Jarvis Landry fue elegido  fue elegido en segunda ronda por el equipo de Miami tras cuajar una buena temporada en LSU. En su primer año consiguió 758 yardas en 84 recepciones (récord de la franquicia para un rookie) además de 1158 yardas en retornos de punt y kickoffs.

En 2015 y 2016 consiguió sus dos únicas temporadas con más de mil yardas, llegando a clasificarse para la Pro Bowl las dos ocasiones. Estableció el récord de más recepciones en las dos primeras temporadas con 194, aunque fue superado recientemente por Michael Thomas.

Landry ha sido un jugador muy importante para sus quarterbacks, ya sea Ryan Tannehill o Jay Cutler. Parte del slot y se ofrece en recepciones de poco yardaje para asegurar los pases completos y primeros downs. Pero no solo eso, pues es un receptor que se caracteriza además por conseguir muchas yardas después de la recepción. De hecho, en 2016, su mejor temporada como profesional, consiguió la mareante cifra de 612 yardas después de recibir el balón.

Pareja letal junto a Josh Gordon

La recuperación de Josh Gordon el año pasado fue muy importante para los Browns. Tras salir de sanción, cuajó algún que otro buen partido y demostró destellos de lo que es capaz. Si a eso le sumas la calidad de Landry y la progresión que está teniendo el joven Corey Coleman, los Browns está ante una oportunidad de formar un buen cuerpo de receptores para ayudar a Tyrod Taylor, su nuevo quarterback (a expensas de lo que ocurra en el draft).