Durante el verano pasado Kevin Owens sostenía una rivalidad con AJ Styles por el Campeonato de los Estados Unidos y el comisionado de SmackDown Live, Shane McMahon, se metió por el medio perjudicando a Owens.

Esta rivalidad llevó a que Kevin Owens atacase salvajemente a Vince McMahon en un programa semanal, entonces se pactó el combate estelar dentro de una Hell in a Cell en el PPV del mismo nombre. Cuando Shane estaba a punto de ganar saltando desde lo alto de la celda, Sami Zayn rescató a Kevin Owens sirviéndole la victoria en bandeja. Estos sucesos pusieron a Shane McMahon en contra de ambos y a Daniel Bryan en una posición entre el comisionado y las superestrellas. En el evento Fastlane Kevin Owens y Sami Zayn podrían haberse convertido en campeones de la WWE pero en ambos casos fue impedido por Shane O’Mac.

Dos días después en SmackDown Live, éste último pacta un combate entre Owens y Zayn para WrestleMania como “una oportunidad para ambos”. Unos minutos después los dos amigos atacaron a Shane sin piedad, mandándolo al hospital. Siete días después WWE anunció que Daniel Bryan acababa de recibir el alta competitiva y que podría volver a luchar. Esa misma noche, el manager general tuvo que despedir a Kevin y Sami por lo acontecido la semana anterior, antes de ser atacado también por ambos.

La semana siguiente Daniel Bryan anunció que Kevin Owens y Sami Zayn se enfrentarían a Shane McMahon y él mismo en WrestleMania 34, donde si ganan los luchadores despedidos volverían a ser contratados. En el caso de perder los mejores amigos nunca más serán vistos en la marca azul de la compañía de Vince McMahon por lo que, o serán despedidos o, durante el Draft, serán fichados por Stephanie McMahon y Kurt Angle para Monday Night RAW.

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