Cinco años en blanco son muchos años, nadie lo puede poner en duda, y es justamente eso lo que pensaban los aficionados de los Devils al ver año tras año desde 2012, la incapacidad de su equipo para ser competitivo. Afortunadamente para ellos, esa racha tan negativa acabó este pasado jueves.

Victoria épica y clasificación

Bien es cierto que Nueva Jersey tenía en su mano la clasificación a falta de dos partidos para la conclusión de la temporada regular. Las cuentas eran claras, de esos dos partidos había que ganar al menos uno. Y se logró.

Ante un rival duro como Toronto, que no le puso las cosas nada fáciles al equipo entrenado por John Hynes. De hecho, los canadienses se adelantaron en el marcador y Nueva Jersey se vio obligado a la épica y la remontada.

Liderados por un gran Kinkaid en la portería, sus 31 paradas sirvieron para que los Devils pudieran remontar y llevarse el triunfo a la postre.

Cuando sonó el bocinazo final que indicaba que el partido había concluido, los aficionados sintieron un gran alivio y disfrutaron de un triunfo que los lleva directamente a luchar por ganar el trofeo más importante del hockey sobre hielo, la Stanley Cup.

Recompensa a la gran temporada

A principios de esta temporada eran pocos los que contaban con los Devils para los playoffs. Después de 5 años en los que el equipo iba a peor, ha sido gratamente sorprendente ver esta temporada a los Devils hacer un hockey alegre y a la vez disciplinado tácticamente.

Este equipo y concretamente su entrenador, ha sabido unir muy bien juventud y veteranía. Juventud en la figura de su estrella Tyler Hall, y veteranía en hombres como Travis Zajac o Andy Greene.

Además, hay que añadir una gran regularidad todo el año y un gran final de temporada. De hecho, de los últimos 8 partidos, sólo perdieron uno y en la prórroga. Todo eso mezclado da como gran recompensa un billete de primera clase para los playoffs. Veremos si el éxito continúa.