Por extraño que parezca, algunos de los mejores jugadores a lo largo de la historia de la NHL son aquellos con las supersticiones más extravagantes e inesperadas. Estas no están limitadas estrictamente a los jugadores, ya que los equipos completos a menudo siguen rituales específicos para ayudar a su equipo a ganar. Aquí veremos unas de las más representativas e inusuales que se han dado en la NHL.

Los Postes de Patrick Roy

Algunos afirman que la genialidad trae consigo a la locura y este podría ser un caso que lo confirma. Patrick Roy considerado por muchos expertos como el mejor arquero en la historia de la NHL poseía una de las supersticiones más cómicas registradas: tener conversaciones con los postes de su arco.

Roy hablaba constantemente con los tubos según él porque le ayudaba a mejorar su juego, bueno parece que le era efectivo ya que ganó cuatro veces la copa y tres veces el trofeo Vezina. Esto a pesar de que el mismo Roy afirmó que lo único que los postes le contestaron a su anímica conversación fue un fuerte y  elocuente: “bing”, cuando el puck los golpeaba.

Nada de Nervios: Glenn Hall

Siguiendo con el tema de porteros, una superstición un poco más repulsiva es la que tenía el ex arquero Glenn Hall. El guardameta se forzaba a sí mismo a vomitar antes de cada partido por la misma razón que en el anterior caso de Roy, para según él mejorar su desempeño en el partido. Parece ser que era una forma -un poco extrema- de liberar la presión de cada juego que representaba algo significativo. Al igual que a Roy, a Hall pareció funcionarle, ganó la Stanley Cup, tres veces obtuvo el trofeo Vezina y fue inducido al Salón de la Fama en 1975.

Glenn Hall | Foto: NHL.com
Glenn Hall | Foto: NHL.com

Si lo tocas te mato: Eddie Belfour

Belfour no tenía una superstición tan repulsiva como la de Glenn Hall, sino una más psicótica. El ex portero de los Blackhawks no permitía que ninguno de sus compañeros de equipo tocara ninguna parte de su equipamiento antes de cada encuentro. Realizando incluso amenazas como: “Si lo tocas te mato” en tono de broma claro… O bueno eso se cree.

Belfour pensaba que si nadie tocaba sus piezas su juego iba a ser mejor. Su resultado: Inducido en el Salón de la Fama en 2011, ganador de la Stanley Cup y del trofeo Vezina en dos ocasiones parece que el tema de la locura en los porteros es altamente efectiva en temas de éxito y resultados.

Ed Belfour | Foto: NHL.com
Ed Belfour | Foto: NHL.com

 

Wayne Gretzky y sus métodos

El número 99 no escapa a la lista de supersticiosos y algunas de sus más extrañas cábalas eran:

Llenar de polvo para bebés su stick antes de cada encuentro. Gretzky se negó a cortarse el pelo cuando debían jugar de visitantes. La única vez que lo hizo, su equipo perdió horriblemente. Wayne siempre puso su equipo en un orden específico. Su mitad inferior izquierda a derecha, y mitad superior izquierda a derecha. En el calentamiento, Gretzky fallaba a propósito su primer disparo al lado derecho del marco. Después de los calentamientos, Gretzky tomaría bebidas selectas en un orden particular. Una soda de dieta, agua, hidratante y otra soda de dieta.

¿Le resultó a Gretzky? Le apodan “The Great One”, el mejor jugador de la historia, nada más que hablar.

Wayne Gretzky | Foto:NHL.com
Wayne Gretzky | Foto:NHL.com

Sidney Crosby, el perfeccionista

Uno de los mejores actualmente tiene una seria superstición con sus sticks, cada uno se debe cortar a una longitud específica y pegar con cinta adhesiva de una manera específica. Una vez que están grabadas, nadie puede tocarlas, y si lo hacen, Crosby se ve obligado a volver a pegar cinta adhesiva, sintiendo que el stick no funcionará como debería a menos que él mismo lo haga.

Además el jugador ganador de tres copas y dos Conn Smythe consecutivos no llama  a su madre en días de partidos. Las tres veces que lo hizo ha resultado en tres lesiones importantes, un hombro dislocado, pie roto y dientes rotos.

Sidney Crosby | Foto: THEHOCKEYWRITERS.com
Sidney Crosby | Foto: THEHOCKEYWRITERS.com

Tocar o no tocar el trofeo

 Una de las supersticiones más conocidas en la historia de la NHL es la elección que enfrentan los equipos después de ganar las Finales de la Conferencia del Este o del Oeste. Presentado con el Trofeo Príncipe de Gales o Clarence S. Campbell Bowl, el equipo ganador tendrá que decidir si tocar el trofeo al recibirlo o no tocarlo.

Varios equipos han optado por no tocar el trofeo de conferencia y aún así pierden la finalUna superstición que consiste en la creencia de los jugadores que recibir o tocar el Trofeo de la Conferencia es un mal presagio, y disminuye las posibilidades de un equipo de ganar el premio principal, la Stanley Cup. Sin embargo, a lo largo de la historia de la NHL, este no parece ser el caso, ya que los equipos que optaron por tocar un trofeo de conferencia tienden a ganar la Stanley Cup aproximadamente el 50% del tiempo.

Crosby tocando el trofeo de la Conferencia Este | Foto: THESTAR.com
Crosby tocando el trofeo de la Conferencia Este | Foto: THESTAR.com

En 2008, Sidney Crosby y los Pittsburgh Penguins eligieron no tocar el Trofeo Príncipe de Gales y luego perdieron en la final de la copa. Un año después, Crosby eligió recoger el Trofeo, y los Pingüinos ganaron la Stanley Cup.