Los campeones de la actual Liga ASOBAL volvieron al triunfo en el Palau Blaugrana, luego de la derrota por la mínima en el clásico catalán, con una soberbia victoria frente a los dirigidos por César Montes.

Luego de adelantarse en el marcador por cinco tantos de cara al descanso, los blaugranas aprovecharon al máximo una segunda parte a todo trapo del portero Gonzalo Pérez de Vargas para ampliar esa diferencia. Con trece paradas (65%) en los treinta minutos finales, Gonzalo fue clave también para asistir constantemente a sus compañeros e incluso marcó de portería a portería.

Por su parte, Guadalajara no fue claro en la faceta ofensiva durante todo el encuentro y fue superado por su rival en todos los aspectos del juego. El flojo arranque de la segunda mitad, que incluyó un parcial de 10-1 en quince minutos, hizo imposible cualquier tipo de remontada para los visitantes.

El internacional español Valero Rivera fue el goleador del partido con siete tantos, acompañado por los cinco del danés Lasse Andersson en su regreso al Palau luego de la lesión. Javier García con cinco goles y el brasilero Lucas Candido con tres fueron los más destacados para el conjunto manchego, que sólo contó con dos tantos de Chema Márquez, el actual goleador de la Liga.

La efectividad le dio ventaja al Barcelona

Desde el comienzo los locales buscaron dominar el ritmo del juego y sacar ventaja rápidamente para borrar rápidamente los fantasmas que quedaban de aquel 6 de diciembre de 2017, cuando el Quabit Guadalajara fue el encargado de romper la racha de 133 victorias consecutivas para los blaugranas.

Permitiendo sólo un gol de la visita y aprovechando algunas pérdidas de balón, Barcelona logró ponerse arriba y sacar una buena ventaja en sólo seis minutos de juego (5-1). Y aunque Moyá descontaba desde los siete metros para la visita, N’Guessan con un lanzamiento exterior y el zurdo Aleix Gómez de contragolpe, clavaban la diferencia en cinco goles (7-2). A partir de allí, ambos equipos intercambiaron goles hasta el descanso sin que se pudiera modificar la diferencia en el marcador (15-10).

Durante esos veinte minutos, el tándem Chema Márquez - Javier García (cinco goles entre ambos), fue lo que mantuvo vivo al Guadalajara ya que ni su defensa ni Hombrados en la portería pudieron hacerse fuertes.

Por su parte, Barcelona Lassa se mostró muy efectivo con sus lanzamientos exteriores y con sus contragolpes. Los catalanes convirtieron cinco de sus seis lanzamientos exteriores y marcaron las cuatro oportunidades que tuvieron mano a mano con el portero visitante.

Pérez de Vargas bajó la persiana

Si los dirigidos por Montes tenían expectativas de estar en partido durante los minutos finales debían achicar diferencias cuanto antes y sobre todo levantar el nivel que mostraron en la primera mitad. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario, los blaugranas fueron quienes salieron convencidos a aumentar diferencias para asegurar la victoria.

Los primeros cinco minutos fueron una continuidad de lo mostrado antes del descanso. Moyá desde los siete metros y García desde el pívot convertían para Guadalajara, pero luego de ese tanto pasarían once minutos de sequía para la visita, lapso en el que sufrió un parcial de diez a uno (10-1) para llegar al 27-13.

Gonzalo Pérez de Vargas y Valero Rivera fueron las claves de este tramo favorable para los locales. Los dos Hispanos campeones en el último Europeo brindaron un verdadero show durante diez minutos que les permitió decantar la balanza definitivamente de su lado.

Para más alegría de la afición catalana, Lasse Andersson aprovechó el cierre del encuentro para de a poco volver a soltarse y ser una nueva opción ofensiva a disposición para Xavi Pascual. El joven talento danés convirtió cuatro tantos en la segunda mitad, dos desde los siete metros.

A pesar de los esfuerzos del Guadalajara, las sobresalientes 17 paradas con las que finalizó Pérez de Vargas fueron demasiado para un ataque manchego que finalizó la gran mayoría de sus ofensivas con lanzamientos exteriores, ante la imposibilidad de penetrar la defensa culé. Esto permitió más pérdidas y contragolpes que Barcelona aprovechó a la perfección para ampliar diferencias hasta la bocina.